Prologue: Welcome to Twisted Wonderland

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Los recuerdos pueden ser la mayor salvación para algunos.

Están llenos de momentos felices y metas que en un futuro logran cumplirse o encaminadas vidas de todos aquellos que logren apreciarlas.

Aunque ese no es su caso.

Los recuerdos son una pesadilla que no tiene final.

Sus primeros recuerdos son felices.

El y sus amigos están jugando en el parque cerca de sus casas, jugando a investigar, las atrapadas las escondidas, a los héroes y a los villanos. Todos divirtiéndose en sus aventuras infantiles.

Luego se ve a sí mismo en su casa cenando con su familia y su amigo mientras conversan sobre los héroes que habían visto desde la antigua reunión o de camino a casa.

La inocencia de sus almas.

Después se ve en el jardín de niños. Todos divirtiéndose mientras hacían las actividades que la maestra les ponía, dibujar lo que quieren ser de grandes. Eso era algo fácil para todos. Sus manos empiezan a sudar y después salen chispas.

Su Quirk apareció.

Todos a su alrededor se sorprenden y festejan el que lo obtuviera, incluso su mejor amigo le dedica su mejor sonrisa felicitándolo.

A partir de allí todo se empieza a derrumbar.

con cada día que pasa la mayoría de sus compañeros van accediendo a sus Quirks, todos menos uno. Al principio no le importaba, siempre había sabido que no iba a tener una gran peculiaridad como los demás debido a sus padres pero también estaba la opción de alguna mutación. Pero aun así, todos se divertían en sus juegos hasta que llegó el día que cambió todo.

Izuku Midoriya es un Quirkless.

El no se enteró hasta unos días después cuando la maestra les explicó que había algunas personas que no tenían Quirk y que Izuku, su amigo, no tenía uno.

Todos se burlaron de él, incluyendolo. Los dos habían apostado quien sería el más poderoso y superaría a All Might. Pero como Izuku no tenía Quirk eso lo descalificaban. Si tan solo hubiera sabido que aquella insignificante e infantil apuesta había quedado en el olvido hace mucho para el peliverde.

Pero había algo que nunca olvidaría de ese día...

Su rostro y su mirada eran ilegibles como si le hubieran chupado el alma.

Al no tener Quirk, todo cambió a su alrededor, mientras él era elogiado por su peculiaridad, Midoriya era castigado y culpado por cosas insignificantes como si no tuviera derecho a realizarlas. Al principio pensó que se lo merecía, sus maestros en la primaria les habían hablado de la era pre-quirk y lo que los no peculiares, todos sabían que habían hecho eso adrede para perjudicar al pecoso. Muchos de mente cerrada como él lo tomaron muy mal y los golpes e insultos empezaron.

Pero el pecoso se mantuvo firme ante todo eso.

Pero aun así parecía afectado...

Cuando cumplieron los diez años, las agresiones físicas y la discrimminación incremento, todos los chicos de su edad eran conscientes de lo que era Midoriya y lo que significaba por lo que Deku era el centro de burlas y abusos. El era fuerte, su peculiaridad era fuerte y se merecía aquellos elogios, él era el mejor, el seria el numero uno, pero...

Pero no fue hasta aquel incidente en el bosque, cuando cayó de ese tronco hasta el agua se dio cuenta de algo. Algo de lo cual no podría superar, ni siquiera muriendo y renaciendo...

El corazón de Midoriya...

Para Izuku Midoriya era casi imposible odiar a alguien, no importa cuanto hiciera su vida un infierno, el pecoso siempre lo llamaría por ese apodo a pesar de que llevaran años sin hablarse o compartir las cosas como en el pasado, él siempre lo considera un amigo. El peliverde nunca dudaría en ayudar a todo aquel que necesitara ayuda, a pesar de como fueron con él, como en aquella ocasión...

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