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Han pasado unos días desde lo que paso en ese bar y aunque aún siente miedo no puede olvidar a ese chico guapo que los ayudo, Jumpol ese es su nombre.

También recordaba lo que sintió cuando lo vio pero lo mas seguro es que no lo vuelva a ver se notaba que eran de mundos totalmente diferente.

- Gun podrías ayudarme con las cajas, traje algunos productos para darles a nuestros pacientes..

- Claro que si doctor..

- Hoy hablé con Mia.. me enteré lo que pasó hace unos días y créeme no debería ponerse ni poner a los demás en peligro.. aunque según lo que me dijo no volverá a hacerlo..

- A mi también me pidió perdón y me lo prometió, al parecer la experiencia la cambio..

- Gun.. se que eres un chico amable y que siempre quieres ayudar pero imagínate que hubiera pasado si esa persona no los ayuda..

- Lo se.. no quiero ni pensarlo..

- Deberías habernos marcado a cualquiera para acompañarte.. en fin.. lo que queda ahora es seguir..

- Si.. voy por las cajas.. - agarre las llaves y salí hacia el estacionamiento.

Aún se le ponía la piel de gallina cuando recordaba esa noche, nunca olvidaría esa sensación, la verdad era que la conocía demasiado bien, toda su vida fue así hasta hace un año.

Lo único bueno de ese divorcio fue que terminó el dolor y las heridas, su cuerpo podría ser la evidencia de todo eso sabía que nadie lo miraría dos veces si lo mostrará, nadie sabia lo que tuvo que pasar y no queria decirlo era tan vergonzoso.

Aún ponía una barrera para que nadie pudiera llegar a él de manera profunda, a pesar de llevarse bien con los que lo rodeaban no tenía la confianza ni mucho menos el valor para abrirse a los demás.

Había llegado al coche y estaba intentando sacar sin éxito alguno una de las cajas que al parecer tenía piedras dentro - Es en serio.. pero que demonios tiene dentro.. - un último jalón y talvez la podría mover aunque sea un poco.

Pero no lo único que consiguió fue romper un pedazo y pegarle a alguien mientras intentaba no caer de espalda - Perdón, perdón.. lo siento.. yo solo.. - dije antes de levantar la mirada y encontrarme con ese chico guapo de esa noche.

- No te preocupes.. estoy bien, por suerte pude evitar que te lastimaras..

- Gracias..

Sonrió - Creo son pesadas, si quieres puedo ayudarte..

- En verdad.. te lo agradecería mucho, están demasiado pesadas.. si me ayudas te invito un helado.. - dije intentando no sonar infantil.

Aunque obviamente así sonaba, quien carajos invita un helado a un hombre que no parece comerlos con frecuencia - idiota - eso era.

- O tal vez ¿otra cosa?.. ¿Una café, una bebida? o..

Volvió a sonreír y que lindo - Un helado está bien, aunque no lo parezca si me gustan..

Dios.. de seguro estoy como un tomate - me gire - Puedes seguirme y trae la caja..

Me apresure ni siquiera me voltee a ver si me seguía estaba demasiado apenado, aunque pude escuchar que cerraba la puerta y ponía la alarma - maldición había olvidado las llaves - por suerte él no.

Llegué a la entrada y mantuve la puerta abierta para que pasara - Déjala a lado de recepción, gracias..

- Iré por la otra caja y entonces me agradeces.. - dijo mirándome con esa sonrisa.

Asentí, que más podía hacer simplemente su corazón parecía haber corrido un maratón, me acerque al mostrador y tome mi bote de agua, tenía que tranquilizarme.















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