✶ I Want You To Smile! ✶ ══ Chester X Mandy ══

¡Nuevo amigo!

Chester caminaba de vuelta a camerinos totalmente abrumado por lo sucedido.

"¿Qué rayos fue todo eso?" pensaba para sí, sin entender aún la reacción de Mandy. Nunca la había visto tan enfadada ni celosa.

Al llegar, se dejó caer sobre un banco y se llevó ambas manos al rostro, suspirando sonoramente. ¿Cómo habían terminado discutiendo de ese modo tan extraño?

Repasó mentalmente cada detalle de la conversación. La furia de Mandy al verlo con Janet, sus feroces requerimientos de explicaciones... Hasta que soltó ese inesperado reclamo sobre si andaba con alguien más.

¿Por qué le importaría tanto a ella con quién salía? Eso era algo que siempre le quedó dando vueltas.

Y luego esa expresión de vergüenza al darse cuenta de sus propias palabras... Jamás la había visto así de vulnerable.

De pronto, una posibilidad empezó a abrirse paso en su mente. Una idea que hasta el momento se había negado a considerar, por temor a lo que significaba.

¿Acaso Mandy sentía por él algo más que una simple amistad? La sola idea hizo que el pecho se le acelerara.

Chester terminó de vestirse con su colorido atuendo de payaso. Tomó un profundo respiro antes de salir, pues la conversación recién ocurrida aún lo turbaba.

Al abrir la puerta, se topó de frente con Janet, quien charlaba animadamente con Bonnie. Ambas interrumpieron su plática al verlo.

- Oh, hola Chester. -Saludó Janet con una sonrisa- ¿Ya te sientes mejor? Te noté un poco agitado antes.

El bufón se rascó la nuca, incómodo- Ah, sí. Digamos que tuve un pequeño... altercado.

Bonnie lo miró con curiosidad- ¿Payaso triste? La señorita Mandy a veces puede ser muy intensa.

"Intensa es poco", pensó Chester.

- No fue nada. -Se apresuró a restarle importancia- Solo un malentendido.

Deseaba evitar seguir hablando del tema. Aún tenía que asimilar lo ocurrido él mismo.

- Bueno, si necesitas algo sabes dónde encontrarme -Se ofreció Janet maternalmente.

- Gracias. Debo irme ya, nos vemos.

Se despidió con prisa. No sabía qué rumbo tomar, sólo que necesitaba respuestas cuanto antes.

Con el corazón aún agitado, Chester emprendió el camino de regreso a Chuchelandia con las manos en los bolsillos.

Su mente no dejaba de divagar, rememorando todos los años a lado de Mandy. Sentía que quizás no la conocía tan bien como imaginaba.

Jamás anticipó que la fría reina fuera capaz de un estallido de celos como el de esa tarde. Siempre fue tan estricta con sus emociones. Verla tan vulnerable le hizo preguntarse cuánto más habría detrás de su coraza de indiferencia.

Mandy siempre se las arregló para mantenerlo a distancia sobre asuntos personales. A pesar de la confianza que habían cultivado, Chester sospechaba que aún le ocultaba muchas cosas.

Y ahora esas dudas sobre sus propios sentimientos sólo lo confundían más. ¿Quería a Mandy como amiga, o había empezado a verla de otro modo sin notarlo?

Suspiró hondo, admirando las estrellas que le hacían compañía en su marcha. Ella significaba mucho para él, aunque ignorara el alcance de sus propios sentimientos.

Solo el diálogo sincero los sacaría de dudas. Mañana mismo confrontaría a Mandy y de una vez aclararían las cosas. Debía armarse de valor.

Pero... ¿Y si quizás solo lo ve como un hermano al que cuidar?