Parte 3.

26 1 0
                                    

Capitulo O4:)
Y de pronto mi celular comenzó a sonar, por lo que él se vio obligado a salir.
- Hola – contesté.
- Hola (tn) – habló Dylan – mira, lamento molestarte, se que estás en algo importante – me sonrojé – tu misión – aclaró como si pudiera leerme el pensamiento - pero necesito una pequeña ayuda aquí.
- Claro, voy en camino – dije algo desanimada.
- ¿Pasa algo? Preguntaron Christian y Dylan a la vez, uno al lado mío y otro por celular.
- Debo irme – le dije a Christian – nos vemos en casa
- ¿Por qué? – pregunto
- Tengo un asunto que resolver, pero procuraré no tardar – le sonreí, me acerque a él y le di un beso en la mejilla y salí corriendo a socorrer a Dylan.
Le iba a ir mal a Dylan por interrumpirme, a no ser que sea algo de vida o muerte.
_______________________________________________
- Bien, que quieres – dije de mala gana entrando a la oficina de Dylan.
- Que carácter – se burló – Voy a ser claro y conciso, necesito que vayas a investigar a una chica llamada Amanda Cour, una amiga de Christian que se reunirá con él en una hora, hay sospechas de ella, y necesitamos que la mantengas vigilada.
- De acuerdo, estaré al tanto.
Dije, y partí, no puedo creer que me haya llamado para esto, podría haberme dicho por teléfono, o incluso, dejar que yo misma me diese cuenta, no soy un fracaso de espía como para no averiguar cuando alguien planea algo malo.
Cuando llegué a casa de Christian, él se notaba un poco enfadado.
- Adivina quien soy – dije llegando por detrás y cubriéndole los ojos con las manos.
- A ver, déjame pensar – su voz no tenía ningún tono burlón o de juego – Una chica que dejó a su novio botado en el cine para correr a auxiliar a un "amigo" – Dijo con énfasis, yo retiré mis manos.
- No te enojes por eso – reí – Lo siento, pero enserio debía ir.
- ¿Quién era? ¿Lo conozco? – me atacó con sus preguntas.
- Eh... no, es un amigo de... de... Estados Unidos que... - me interrumpió.
- Estamos en Estados Unidos.
- Digo... de Canadá – eso - Lo conocí por una amiga de allá y vino a pasar las vacaciones acá, me llamó porque estaba perdido, no encontraba la parada de autobús, en una calle nueva para él, ya sabes, turistas – reí un poco mas relajada – así que debí ayudarlo. – se me daba bien eso de mentir... en ocasiones.
- Como sea – desvió la mirada – Hoy viene una amiga a cenar – cambió el tema – así que ve a arreglarte, no sé, lo que sea.
Bien, estaba enojado, volvió a ser tan serio como al principio.
- Amanda Cour, ¿no?
- Como sabes eso – estaba impresionado
- Instinto femenino – mentí, y subí a mi habitación a cambiarme.
_______________________________________________

- ¿Cómo estás Amanda? – preguntó amablemente la mamá de Christian, ya sentados en la mesa. El trato con ella era notablemente distinto al que le tenía a (Tunombreyapellido), atrapada en la imagen de la irritante Violet Lowel
Observé a la invitada de honor, Amanda Cour era una chica que venía de Francia, tenía el cabello castaño, casi del mismo color de Christian, y en esta ocasión lo dejó suelto, cayéndole a la altura de los hombros con unas leves ondas.
Sus ojos eran color avellana, profundos y silenciosos, pero tenían un aire de dulzura e inocencia, la perfecta chica mala, pensé, que se hace la inocente.
Sus rasgos eran muy finos, y demostraba mucha cortesía con la familia de Christian, y mucha educación.
Al verme, me dedico una sonrisa, pero vi en sus ojos que tenía cierto recelo.
- Muy bien – respondió algo tardía y distraída a la pregunta de la dueña de casa – He venido a quedarme en Estados Unidos por unos días, por el trabajo de mi padre – rió – y así además aprovecho de pasar más tiempo con mi Christian Querido. – se inclinó sobre él y tomo su brazo con afecto.
Mi Christian, esas palabras resonaron en mi cabeza, provocándome un extraño sentimiento que me obligó a endurecer los puños y bajar la mirada. Mi Christian Volví a repetir. No la dejaría.
Era mi deber, sonreí, y en mi mente le declaré la guerra, mensaje que pareciera que ella hubiera podido escuchar, ya que me quedó observando con los ojos llenos de furia, y una sonrisa algo... Escalofriante.
Permiso – me disculpe levantándome de la mesa, ya había terminado de cenar, y no soportaba mas a esa chica, así que fui a mi cuarto a planear algo para deshacerme de ella.
Minutos después, escuché unos pasos, y sentí el ruido de mi puerta al abrirse, me desilusiono él ver a esa chica, esbelta y altanera, parada frente a mi.
- ¿Qué no sabes tocar? – le reproché
- Eso es ahora lo que menos me interesa – sonrió.
- Vengo a darte una advertencia, aléjate de... - la interrumpí
- ¿De Christian? ¿Eso es todo? ¿Qué me harás si no? Quebrarme una uña, o insultarme en tu idioma, para que yo no entienda – reí con sarcasmo – Eso si me dolería.
- Tu no sabes de lo que soy capaz – dijo, y eso confirmó la teoría de que ella fuera la mala de la historia.
- Mira tú, niña, se lo que tramas, y no quiero que me vengas con amenazas, porque... - alguien entro de golpe a la habitación, y me hizo callar diciendo.
- ¿Qué estas haciendo, Violet? Que no sabes tratar a las invitadas.- sip, era mi príncipe azul, que venía a defenderme, o tal vez prefiera defender a la bruja disfrazada de hada buena.
El hada Buena, o si prefieren, la malvada bruja, corrió a buscar socorro a los brazos de Christian.
- Ella me dijo que viniera, pensé que podíamos ser amigas, pero solo quería... Hacerme sentir mal
- ¿Qué? – casi grité
Christian miro a Amanda con dulzura, y luego a mí como reprochándome.
- Claro, le creerás a ella – reí de mala gana – Es Obvio – susurré salí por la misma puerta en que habían entrado ellos, casi empujando a Christian con el hombro, no tenía un rumbo destinado, pero quería salir, o hablar con alguien con quien pudiera ser yo, (tn), no la tonta de Violet.

Mi trabajo es ser tu novia.- Christian Beadles y tu. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora