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❝Perfecto, perfecto. Eres demasiado bueno para ser verdad❞

La mano de Kazuha viajó por la piel ligeramente caliente del índigo, su respiración acelerada mientras besaba el cuello del alfa

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La mano de Kazuha viajó por la piel ligeramente caliente del índigo, su respiración acelerada mientras besaba el cuello del alfa. Los dedos del albino llegaron a los pezones endurecidos del omega, su pulgar jugueteando con esos lindos botones.

- Cariño, hueles tan delicioso. Adoro tu aroma. -dijo Kazuha con un gruñido en el oído de su esposo, esa voz ronca hizo estremecer a Kunikuzushi. El omega podía sentir el lubricante natural humedeciendo su ropa interior.

- A-Alfa, alfa. Te necesito. -dijo el omega con aquella voz anhelante que volvía loco a su alfa. El índigo quitó la camisa de su alfa con rapidez, el albino gruñó cuando sintió los dientes de su bebé morder con fuerza su hombro.

- Mierda. -Kazuha maldijo al posar sus ojos en la marca de mordida que su omega había dejado, era rojiza, un pequeño hilo de sangre brotando, probablemente esa marca estaría allí un buen tiempo.

El índigo pareció satisfecho, lamió las pocas gotas de sangre de la herida y se restregó contra la pierna de su alfa, de sus labios brotando suaves jadeos o sollozos necesitados.

- Omega travieso. -rió el albino dándole una leve palmada al culo de su esposo, sacando un dulce gemido seductor de sus bonitos labios.

El mayor no hizo esperar más a su omega, con un movimiento rápido le quitó los pantalones de pijama revelando su pene erecto junto a esas nalgas llenas, hilos de lubricante brotando de su entrada recorriendo sus muslos blancos.

Las manos fuertes del alfa apretaron a su antojo los dos montículos redondos del índigo, los labios de ambos uniéndose en un beso profundo que les dejó sin aliento mientras dos dedos se deslizaban con suma facilidad hacia el húmedo y hambriento interior del omega.

- Estás tan húmedo, mi flor. -dijo Kazuha con un tono ronco a causa de la lujuria, mismo que hizo gemir de pura necesidad a Kunikuzushi, quien solo podía respirar pesadamente sintiendo esos dos largos dedos penetrar su agujero.

El par de dígitos se deslizaron con facilidad por las paredes del índigo, quien emitió un suave gemido, su cuerpo tembloroso apoyándose sobre el de su marido mientras su caliente respiración chocaba contra el cuello de Kazuha.

El albino sonrió suavemente, su mano libre deslizándose por la cintura delgada de Kunikuzushi mientras dejaba suaves besos en su mejilla. El índigo respiraba de manera superficial mientras sus manos temblorosas se aferraban como podían a los hombros del alfa.

- A-Alfa... -El omega suspira mientras de forma inconsciente mueve sus caderas haciendo profundizar un poco más los dedos expertos de su marido.

- Shh... -pidió suavemente Kazuha, quien introdujo un tercer dedo estirando más la estrecha entrada de su omega -. Solo concéntrate en sentirte bien. -Fue lo que dijo mientras buscaba los labios de su amado para fundirse en un ansioso beso francés.

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⏰ Última actualización: Apr 14 ⏰

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