Capitulo 8

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Camus no pudo evitar abrir los ojos de par en par debido a la conmoción que le había provocado escuchar aquello. Frente a él yacía Uniti quien hasta ese ese entonces no había dejado de tener una actitud hostil hacia el, era difícil creer que ahora le interesara su bienestar


Ante su comentario Camus no hizo otra cosa más que ignorarlo, giró todo su cuerpo en la cama cediendo parte de su espalda a Uniti, quien lo miró con tristeza para luego decir

- ¿ Recuerdas al viejo sirviente Hakurei?

Camus una vez más abrió sus ojos con sorpresa, él recordaba ese nombre. Esa persona era el que siempre los cuidó a él y a su madre

- ¿ Quién?

Sin pensar en el dolor que sufriría su cuerpo, Camus volteó a verlo a toda prisa. Uniti una vez más enseñó el viejo cuenco con la fría medicina en su interior. Su expresión era clara " bebe la medicina si quieres seguir escuchando"


Pasaron unos minutos antes de que Uniti decidiera abrir la boca, depositó con cuidado el cuenco vacío en la charola con la que lo había traído. Posteriormente miró a Camus y habló:

- Aún no te has preguntado¿ Porqué tú hermano mayor te odia tanto?


Ante ésta abrupta pregunta Camus únicamente atinó a palidecer, es verdad, incluso Uniti se había percatado de la rara actitud de Degel hacia su persona. El peli blanco contó todo desde un principio, y mientras más escuchaba Camus, más pálido se volvía su rostro. Entonces es eso, el palacio frío, su madre, la Gran Reina madre.

Camus sintió como si alguien apretujara sus órganos internos abruptamente, su corazón latiendo descontrolado al igual que su cuerpo. Entonces esa es la razón, desde un principio sus bobos intentos de no provocar a Degel fueron inútiles, éste igual a un cocodrilo de río solo había esperado el momento indicado para clavarle los dientes a su estúpida presa. Y su madre, no había bastado con todo lo que le hicieron, también buscaban destruir todo lo que alguna vez brotó de ella, porque era así, incluso si el no poseía culpa de nada, a Degel jamás le tembló el pulso al momento de ir a por su cabeza

- Pero.... ¿ Porqué él...?

- ¿Aún no te ha asesinado cuando es el principe heredero? -Uniti sonrió con sorna y no pudo evitar burlarse - Haaa... Mi pequeño príncipe, en verdad eres un sapito en el fondo del pozo, no sabes siquiera quien eres.

Camus lo miró sin entender, Uniti no pudo seguir soportando ver esa mirada perdida en su rostro, con una sonrisa victoriosa plasmada en sus fracciones reveló:

- ¿ Sabes siquiera hijo de quién eres? Eres hijo de Cristal, única nieta directa del viejo Lugonis, Gran patriarca del antiguo clan de los Dragones Rojos. Jajaja - Uniti no pudo evitar regocijarse - ¿ Sabes porqué él príncipe Milo pidió explícitamente tú mano y Degel se la negó? Jajaja por supuesto que no fue por amor. Mi querido príncipe Camus- el de cabellos plateados acercó su rostro al del joven, casi como queriendo plasmar en sus retinas la expresión que Camus pondría al enterarse de todo

Caminando por los extensos pasillos que dirigían a la sala de trono una ilera de soldados a ambos lados se fue inclinando ante su imponente presencia, Degel Verseut, principe heredero de la gloriosa nación del norte. Descendiente directo y prodigio entre los dragones plateados provenientes del clan de hielo antiguamente fundada por la formidable Hilda de Polaris. El segundo clan más poderoso de toda la nación

Degel llegó a la sala del trono ondeando su capa y siendo reverenciado por todos, una vez frente a su padre y madre, Rey y Reina dobló una de sus rodillas y la incó en el suelo, en señal de completa sumisión. Mientras este suceso se daba la voz de Uniti resonaba una y otra vez en la mente de Camus


Explota en la Sangre (DegelxCamus)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora