Capítulo 15: Ruleta rusa

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1 mes después

Baek Piyoung... ¿Cómo podría empezar a hablar de ella? Era confiada, ambiciosa e inteligente. Su vida era sinónimo de éxito, estaba casada con el cirujano plástico Jeon Dongma, vivía en una mansión y había triunfado en la policía de París por más de dos décadas.

Aunque, no todo lo que brilla, es oro.

La querida coronel ha tenido escondido parte de su historial relacionado una enfermedad extraña, adicción a la nicotina, engaños y una enemiga mortal.

Hace algunos días, me infiltré en su casa sigilosamente, para instalar decenas de cámaras diminutas y poder vigilar cada movimiento.

"Otro día de mierda" decía ella al cocinar su desayuno en la mañana.

- Tranquila, Baek - hablé para mí - Es justo lo que planeé.

Yo estaba a punto de tener una charla con ella.

~ 𖦹 ☼ ⋆。˚⋆ฺ ♡ ~

Una vez totalmente disfrazado e irreconocible. Me adentré en la gran estación de policía.

- Sus benefactores son una molestia - dijo a un compañero - Castíguelos.

Abrí la puerta de aquella oficina, procediendo a aclararme la garganta para llamar la atención de ella y sus colegas.

- ¿Sí? - respondió una mujer rubia.

En silencio, señalé a Baek.

- ¿Yo? - llevó la mano al pecho - ¿Qué quieres? - se acercó.

- Soy el de sistemas - dije - ¿Su oficina está aquí?

- Solo la he usado un par de veces - afirmó desinteresada - ¿Por qué?

- Porque actualice esa computadora - expliqué - Y encontré algo.

- ¿Qué? Sea claro, señor - respondió fastidiada.

- Cosas...indebidas - hablé incómodo - Por así decirlo.

Me arrastró a la salida de la sala para evitar que nos escucharan.

- A ver, ¿qué es esto? - empezaba a enfurecerse - ¿Crees que vendría acá solo para ver cosas de adultos? Que asco.

- ¿Terminó la reunión? - se acercó Jake a nosotros.

Excelente momento para aparecer, hijo de puta

- No - respondió su colega - Estoy con problemas informáticos.

- Sí - confirmé.

- Ah, ¿sabes de Michael? - volteó a verme - El alto y de nariz grande. Se encarga de las computadoras.

- ¿Michael? - preguntó la coronel.

- Lo sé, Michael no está - negué con la cabeza - Yo soy Maxime, su reemplazo.

- Ajá, claro - dijo sarcástica - Muéstrame tu credencial.

- Pues, usted muéstreme la suya también - respondí indignado - ¡Yo solo estoy trabajando! ¡Y tengo que borrar sus películas asquerosas! Eso parece ser xenofobia.

- No se enoje, señor - habló con vergüenza - Vamos a la oficina.

- Hasta luego, monsieur - pasé frente a Sim.

Atravesé una puerta con rapidez mientras Baek me perseguía.

- Mi oficina no es por acá - dijo molesta.

- ¿Conoce los polvos de hada? - pregunté sonriendo.

- ¿Los qué? - frunció el ceño.

Antes de darle tiempo para pensar, arrojé un polvillo sobre su rostro para desmayarla. Tiré su teléfono y robé su arma.

Steal a Heart ; Ni-ki & SunKiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora