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Segunda parte

🤎💚❤️

La última clase ya había finalizado y los estudiantes iban saliendo de a poco; Kyle aún seguía en su pupitre dudando de si dar o no el gran paso.

¿En qué momento pensé que esto era una buena idea?

Su mano derecha subió hasta su pecho, inhalando profundo por la nariz y exhalando despacio por la boca. Las pequeñas clases de relajación para quitar los nervios que le enseñó Tweek son una salvación.

Dejando de lado su angustia, su mirada se posa en su amigo Kenny, quién era interceptado por Butters y su maravilloso mini cake de chocolate decorado con pequeños corazones naranjas y rosas. El impacto de ser correspondido le provocó casi un desmayo; no podría decir lo mismo de Kenny, quien a pesar de atrapar a Butters antes de que cayera, ya estaba comiendo su regalo.

Tweek no se quedó atrás. Luego de casi sufrir un ataque de nervios, dejó sobre las manos de su pareja una caja mediana con una simple decoración en azul y blanco que contenía seis cupcakes de chocolate con glaseado rosa.

No pareció ser una sorpresa para Craig, probablemente porque lo esperaba, y aún así se pudo apreciar su expresión de felicidad. Le corresponde a Tweek con un abrazo dulce y gentil, ambos compartiendo sonrisas enamoradas; jura entonces que una pizca de celos roza su piel.

¿Es así como quiero que sea nuestra relación?

Antes de retirarse, Tweek y Butters le lanzan una mirada de aliento y en voz baja, con un movimiento de labios, expresan su apoyo: "Buena suerte"; seguido de un par de pulgares arriba antes de cruzar la puerta del aula junto a su pareja e interés amoroso.

Resignado y creyendo que es un desperdicio no dar el regalo, Kyle se levantó y caminó en dirección a Stan, quien terminaba de guardar sus cosas en la mochila.

—¡Ey! —se paró enfrente y saludó con el único gesto que le permitía mantener oculto su regalo, sujeto con su mano izquierda detrás de su espalda.

—Ey... ¡Tú! —dijo Stan divertido ante la tensa mueca que hacía Kyle—. ¿Pasa algo malo, amigo?

"Amigo": una palabra, cinco sílabas; ahora con un peso de dos kilos de incomodidad que aterró a Kyle.

Su mente nublada le impedía pensar con claridad. Por otro lado, Stan parece notar su falta de atención repentina y empuja su dedo índice contra el pequeño ceño que se formó en su frente.

—No hagas eso, idiota —agitó su mano para quitar su intento absurdo de burlarse de él.

—Entonces dime, ¿qué te pasa? Desde la mañana que actúas de manera extraña, como si no estuvieses presente en este mundo —cuestionó Stan. El desdén de Kyle le llegó al centro del pecho creyendo que alguna de sus acciones son la causa de tal actitud—. Incluso ignoraste los insultos del ex-gordo, lo cual fue divertido porque pareció enojarse más; pero, es raro.

Lo que faltaba, ya piensa que actúo raro y aún no he hecho nada.

—Así que dime, lo que sea. Si es algo en lo que puedo ayudarte, lo haré.

Es agradable que insista y se preocupe, es lindo a su manera, algunas veces.

Con eso de su lado sus nervios de a poco se alejan.

—Si tanto insistes, te lo diré. Pero no te rías, carajo.

—No lo haré, Ky, te lo juro —dijo Stan. Levantó su mano derecha como símbolo de promesa absoluta y esbozó una sonrisa sincera.

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