Conversación Clandestina Entre Dos Desconocidos

Día 2

Ella:

Por favor, cuando tengas tiempo y vayas a fumar avísame para enviarte algo q escribí con la idea de que lo leas fumando.

Él:

Eso haré, esperaré un momento de paz y te digo.

.........

Él:

Me he fumado un montón de cigarros, pero no ha valido la pena.

.........

Él:

Voy a prender un cigarrillo. Acabo de tomar café.

Ella:

Prende un cigarrillo, enciende el fuego que hay entre nosotros.

Deja que el humo conduzca mi camino hacia tus labios.

Fúmate hasta el último de mis besos, déjame fumarme el espacio en el que estamos y el tiempo que tenemos.

Seremos las cenizas que caen, esas que nadie recuerda pero que están en algún lugar porque el viento se las lleva.

Quiero que seamos ese fuego malva que dicen que es más intenso, ahí derretir mis ganas de abrazarte y tocar hasta el último de tus pensamientos.

No hablo del calor de los cuerpos, no hablo del calor carnal, ese lado más animal. Hablo de la intensidad del fuego interior de las almas esas que salen de los cuerpos justo después de apagarse.

Me refiero al calor de sentirse acompañado incluso a kilómetros de distancia.

Fuma, fuma conmigo, fúmate mis ganas de verte y déjame fumarme la intensidad de tu mirada para que siempre se me quede dentro la forma en la que me miras.

Fumemos juntos la imposibilidad de vernos para que pase pronto...

Fumemos juntos las distancias largas para que estén más cerca...

Fumemos juntos los días difíciles, los fáciles y los más o menos...

Derritamos el alrededor, porque solo importamos nosotros...

Convirtamos en humo la ausencia de abrazos y besos...

Convirtamos en humo nuestras ganas, pero que no desaparezcan, que permanezcan en algún lugar aunque sea lejano...

Hagamos desaparecer las cenizas de esta vida que no deja que coincidamos, acerquémonos al fuego aunque signifique quemarnos... aunque se que no lo haremos, porque lo eterno no tiene puntos débiles...

Desaparezcamos en el fuego eterno de nuestras vidas y quizás así en el humo del futuro nos veamos...

Él:

Me sucede con frecuencia, cuando leo tus escritos, que no se que decir.

Es bello, sí, pero es más que eso.

No es solo goce literario ni estético...

Ella:

Sean lo que sean solo me salen contigo.

Yo creo que es algo del alma.