Día 3

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Ella:

¿Qué fue lo que cambió todo?

¿Preguntarte tu nombre?
¿El primer abrazo?
¿Que subieras tú?
¿Qué hubiera pasado si yo hubiese bajado?

No sé que cambió todo... ambos caminábamos en senderos opuestos, kilómetros de distancia.

No se que hizo que nos encontráramos, si somos dos almas lastimadas por la realidad o si somos las cenizas que deshace el viento.

A veces pienso que la realidad se detiene cuando coincidimos en nuestra isla, esta que hemos creado en intervalos de tiempo, impreciso, sin horarios, sin reglas ni prejuicios.

Quisiera desnudar el tiempo y en sus agujeros encontrar la forma de llegar a ti. Quisiera molerte con abrazos, destruirte con besos, romper la idea de que esto no es real y hacerlo más invisible e imposible para que duela más, para que duela tanto que me haga recordar que aún tengo la capacidad de sentir algo, que la vida no me ha arrancado los sentimientos.

Quiero caminar el desierto más largo y caliente para llegar a ti.

Quiero atravesar el océano más grande para encontrarte.

Quiero tener alas para buscarte.

Quiero ser invisible para que sin que lo sientas abrazarte.

Y quiero una cosa más, quiero que estés del otro lado esperándome...

Si me quedo sin fuerzas, sostenme.
Si no me da tiempo, espérame solo un poco más, te prometo que llegaré.

Abrázame fuerte cuando me veas, lo necesitaré.
Mírame fijo aunque me de pena, porque lo aceptaré.

Toma mis manos y no digas nada, solo sabré en tu mirada que no es el fin, porque lo eterno no tiene idea de que vamos más allá.

Le hemos robado las armas a la vida, al tiempo,  el espacio y la distancia. Nada de eso nos importa, nada nos daña ni nos aleja. Cada vez te siento más cerca. Cada vez me siento más cerca de las nubes, porque contigo, contigo lo tengo todo, porque contigo el adiós no es opción, porque somos y seremos fuego eterno.

Él:

Gracias por tan maravillosos regalos. Me salvan.
Te quiero, gracias por quererme a pesar de todo.

Ella:

Abrazos

Él:

Espero y quiero que todo este bien contigo, en todos los sentidos posibles.

Llevo varios días sintiéndome pésimo. Mi ánimo no anda bien.

Nada tienes que ver tú.

A ti solo puedo agradecerte mucho. He leído tus textos, muchas veces, y de algún modo, me dejan un tanto más en calma, gracias por eso, me has dado  con ello, algo importante.

Te quiero, mucho.

Ella:

No sabes cuanto me alegra que mis escritos te trasmitan algo de paz.

Quisiera estar ahí para ti para abrazarte en los momentos duros.

Anoche cerré los ojos y te pensé, te juro q por un momento pensé q estabas ahí.

Él:

Anoche yo te pensaba también, te lo juro. Quizás nos encontramos.

Eres tan bella. No cabes en ninguna descripción.

He escrito poco en los últimos días, creo que en buena medida, porque me he sentido mal. No me hace bien contaminarte con esa basura. Por otro lado, hablamos y obtengo energías.

Ella:

Aunque no lo creas me das mucha paz

He encontrado algo en ti q me abstrae de este mundo terrible

Él:

Yo he encontrado algo así también en ti. Que buena fortuna!

Conversación Clandestina Entre Dos DesconocidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora