First Love

Enamorado.

->> Daniel.

Luego de Melany vinieron muchas más, pero algo marcó a Aaron cuando terminó con ella, pues después de su ruptura no quiso hablar conmigo sino hasta un par de meses después.

Nunca sospeché que Melany supiera mi orientación, mucho menos que se lo hubiera revelado a mi amigo así como así. Estaba equivocado. Muy equivocado.

Dos días antes de mi cumpleaños, Aaron me interceptó a la salida de la escuela y me miró directamente a los ojos. Se había dejado crecer el cabello y ahora le caía como piezas de dominó sobre el rostro, enmarcando sus pómulos y esos ojos oscuros que me parecían asombrosamente exquisitos.

– ¿Eres gay?– preguntó cuando terminé de examinar su cara.

Me puse nervioso y negué rápidamente con la cabeza. Me tomó del hombro y lo apretó un poco y me asusté, porque por un par de segundos creí que me golpearía.

– ¿Daniel, eres gay? – volvió a preguntar, pero ésta vez sonaba decepcionado, como si ya lo supiera y solo esperaba que yo se lo confirmara. – Melany me lo dijo, pero yo...– se arregló el cabello varias veces y suspiró, como si le costará estar frente a alguien como yo. – No me importaría si lo fueras, pero quisiera que me dijeras en todo caso si...

– ¿Necesitas que lo diga en voz alta? Es muy difícil para mí. No te lo había dicho porque creí que te enfadarías conmigo y no me volverías a hablar.

Su boca se abrió y se cerró tres veces seguidas, creí que estaba imitando un pez. La mano en mi hombro se había ido y yo extrañé ese ligero toque.

– ¿Dejaremos de ser amigos? – cuestioné en cuanto sentí que había pasado mucho tiempo en silencio. Sus ojos estaban fijos en los míos y no tenía ninguna otra expresión en su rostro.

No hablé durante los siguientes siete minutos. Todos se habían ido ya, la escuela estaba vacía y se me estaba haciendo tarde para llegar a comer. Me aclaré la garganta y cuando iba a hablar, su mano se posicionó sobre mis labios. Pide sentir como mis mejillas se ponían calientes.

– Está bien, no te preocupes por lo nuestro, no me molesta. – Me sonrió y luego me despeinó el cabello. Echó la cabeza hacia atrás cuando se rió y me dió un golpecito en el pecho. – Quiero conocer a todos tus novios, les daré mi visto bueno.

Se giró y estiró su mano para que yo la tomara, para que regresaramos juntos a nuestras casas. La tomé y lo seguí.