Capítulo 2

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—Papá, se te olvidó decirme un pequeño detalle. —sonreí.

—No, te dije que eras la cara de este comercial.

—Exacto, "La cara" —hice comillas con mis dedos.

—Oh —su boca se formó en o. —Tú creíste en la otra "Cara". Lo siento, yo creí que el concepto te había quedado claro. —se encogió de hombros.

—Tranquilo, papá, está bien, ¿Sabes qué? Haré este estúpido comercial —Le dediqué una gran sonrisa.

—Gracias hija, por cierto, no vuelvas a decir esa palabra frente a mí. —me dijo serio.

—¿Estúpido? —dudé.

—Aida... —mi nombre salió de sus labios como una advertencia.

—Okey, okey, no la volveré a decir.

Al menos, estando cerca de ti.

Mi papá me dejó justo en el set, yo aprendí mis líneas.

No hay marcha atrás, lo haces por tu papá.

El director anunció que la escena comenzaba, todos nos pusimos en nuestros lugares.
¡Acción!

No entraré em detalles, sólo diré que tuvimos que repetir la escena unas 10 veces. ¿Por qué? Bueno, cierta persona (Yo) no debió tomar un litro de limonada antes de empezar.
Cuando al fin, logramos terminar el comercial, el director me felicitó.

—A casa, pequeña. —besó mi frente.

—A casa papá. —lo abracé.

El camino a casa transcurrió unos 20 minutos —silenciosos—.

Cuando llegamos mi mamá nos sirvió la cena, nos sentamos a comer,mi hermano fastidioso también.
Terminé, lavé la loza, subí a mi habitación, me cepille los dientes, me dí una ducha, me coloqué una pijama azul, ya que es mi color favorito, di un salto apuntando hacia mi cama, pero como la mala suerte me acompaña, caí del lado izquierdo de la cama, me levante adolorida, me cubrí con la sábana y caí en un profundo sueño.

**********************

—¡¡Feliz cumpleaños!!

—Aj —hice una mueca de: Largo, quiero dormir.
Al parecer soy mala haciendo muecas, porque entendieron lo contrario. Me jalaron mi sábana de fresitas, abrieron las cortinas dejando que el sol mostrara todo su esplendor.

—Mi bebe está cumpliendo 17 años. —dijo mi madre.

—Dime algo que no sepa. —rodé los ojos.

—Aida Enid Rubí. —Mi mamá se enfureció, agarró una de mis chanclas y con su puntería de super mamá me dio directo en el brazo.

—¡Mamá no digas mi nombre completo! —grité. Odiaba mi segundo nombre "Enid" que clase de persona cuerda le pone por nombre Enid a su hija. Al menos esa era mi manera de pensar.

—Soy tu mamá, tengo el derecho de llamarte como quiera. Ahora, baja a desayunar tu comida especial de cumpleaños, alégrate hoy cumples 17 años de vivir en esta tierra.

—Años de desgracia —susurré.

—¿Qué dijiste? —me miró fría.

—Nada. —bajé la voz.

—Eso pensé, ahora vístete. —salió hecha un fuego de mi habitación. A tal grado que cerró la puerta de golpe.

Mi mamá era una paranoica, se molestaba por todo, no hables con la boca llena cerca de ella, no pongas los codos en la mesa cerca de ella, no respires cerca de ella.
Me vestí con mi uniforme para el colegio, ¿Pensaron que era fin de semana? Yo también, hasta que recordé que como dije anteriormente "La mala suerte me acompaña siempre"  Todos mi cumpleaños caen un día escolar, lo que significa que mis compañeros me lanzan huevo y harina*

Cuando bajé me topé con una mamá furiosa, solo me alejé de ella mientras repetía en mi cabeza "No respires cerca de ella". 
Observé mi "desayuno especial"  el cual contenía: Huevo estrellado, tocino, pan, jugo de naranja.
Reí al ver lo que significa "desayuno especial" Para mi mamá.
Desayuné rápido, le di un beso a mi padre, dudé si darle uno a mi madre, así que sólo me despedí cortés.
Cogi el primer autobús, sólo por el hecho de que era mi cumpleaños no significa que, deba estar emocionada. De hecho todos mis cumpleaños han sido inolvidables, pero no en el buen sentido.
Llegué a mi parada, pagué mi pasaje, suspiré al oír la campana de entrada

—Otro cumpleaños "inolvidable". —reproché

La primera en felicitarme obviamente fue Magali, literalmente la primera, escribió en mi muro de Facebook a media noche, seguido de mensajes y una llamada la cual no contesté. ¿Qué? Perdón, pero estaba ocupada... durmiendo.

—¡Felicidades mujersota, que cumplas muchos muchos muchos años más de vida! —gritó tan fuerte que hasta en Francia escucharon.

—Gracias. —dije con mala gana.

—¿Pero por qué esa actitud? —preguntó.

—Porque es mi cumpleaños.

—Sigo sin ver el problema. —rodó los ojos.

—¿Recuerdas lo que pasó los años anteriores? —Pues, te invito a subir al tren del recuerdo, dejándonos en la parada del sufrimiento. —agregué.

*RECUERDO*

—¡Feliz cumpleaños! —me abrazó Magali.

Me despegue de su agarre cuando sentí un líquido en mi cabeza, miré a Magali.

—Los White. —señaló a un par de mocosos engreídos obligados por la sociedad a llamarse "personas" cuando eran el dúo perfecto de demonios.

—¡USTEDES! —los señalé.

—¿Nosotros? —dijeron al unísono entre risas.

—¡¿QUÉ RAYOS TIENEN EN LA CABEZA?! —¡CEREBRO, YA COMPROBAMOS QUE NO! —agregué.
—Cálmate ¿sí?. —respondió J. White.
—¡CALMARME! —reí histérica. —¡Además, qué es est...—pasé mi mano sobre mi cabeza, llevé a mi nariz el líquido amarillento y descubrí que era huevo. —¡Que asco! Ahora voy a apestar en mi cumpleaños.

—Feliz cumpleaños. —dijo M. White justo antes de sorprenderme con una bolsa de harina, haciendo que ésta posara por toda mi cara.

Ambos diablillos huyeron con una sonrisa satisfactoria en sus caras.

*FIN RECUERDO*

Y es así como cada año, justo en esta fecha Aida Rubí sufre por causa de los gemelos White.

—Oh, ¿Trajiste ropa extra? —Pregunto Mag. Aveces la llamaba así.

—Por supuesto. —contesté.

El día transcurrió no hubo presencia alguna de los Gemelos o "Diablillos"  como yo les decía, lo cual me pareció extraño, ya que ellos jamás perderían la oportunidad de humillarme en público.

Las clases terminaron me dirigí a mi casa pensativa, "¿Por qué no vendrían?"  "¿Les pasaría algo?"

No soy de las que se preocupan por los demás, pero era muy extraño.
Yo Aida teniendo un buen día, en MI CUMPLEAÑOS. No lo podía creer.
A propósito tengo hambre, no podía esperar llegar a mi casa, y Comer uno de los placeres más grandes de mi vida.
Llegué a mi hogar, al entrar ignoré a mi hermano quien se dirigía hacia mí, supongo que me iba a felicitar, entré a la cocina un aroma hizo que mi estómago gruñera. Es... —olí como un sabueso— lasaña.
No pude evitar hacer uno de mis famosos bailes raros pero sensuales.
Justo estaba comenzando cuando mi mamá llegó a la cocina, su cara de preocupación me alarmó muchísimo.

—¿Mamá pasa algo? —su semblante estaba serio, no, estaba en shock.

—Es... Tu padre.

***
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Muy corto? ¿Muy aburrido?
Dejen sus opiniones, me ayudan muchísimo.

*Aquí en Honduras. Es tradición qué, una persona al cumplir años, sus amigos o familiares le estrellen un huevo crudo en la cabeza, y le lancen harina, ¿Por qué? No lo sé.
Solo sé que es divertido. XD

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