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Las flores se agitaban, mientras la suave brisa acariciaba sus hebras negras, sonriendo cuando los rayos del sol tocaron con gracia los pétalos azules y violetas de la delicada flor, destellando una intensidad perfecta.

—¿Por qué sonríes? —preguntó con curiosidad aquel hombre de cortos y finos cabellos blancos, acomodándose en el largo banco de madera oscura, mientras su brazo descansaba en el marco de la ventana, iluminando su piel pálida.

—Realmente no lo sé, quizás porque lo tengo a usted, a Makio y Hinatsuru conmigo — contestó Suma, bajando su mirada mientras sus mejillas se calentaban, haciendo que Tengen abriera su ojo con brusquedad, cobrando sus mejillas un color rosa.

—Suma, por favor — susurró Uzui, cerrando sus ojos con lentitud mientras una línea se curvaba en su finos labios—. ¡Pero es cierto, Lord Tengen! — exclamó la de mirada zafiro, sorprendiendo al hombre, quien solo largó una carcajada sutil.

—Lo se, lo sé, pero no es necesario que te preocupes —afirmo el albino, enredando su mano en las cálida mejilla de su esposa—. Yo, Makio y Hinatsuru siempre estaremos para ti — murmuró, admirando aquellos radiantes ojos azulados, los cuales contrastaba con los suyos. Los suyos eran de un bajo fucsia ardiente, uno que se unía a ese frío color, creando un baile sin fin hermoso...

Kyanbasu ga nukedashita hanabana

Día ( Uzui & Suma )Donde viven las historias. Descúbrelo ahora