Max Verstappen

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—Max, tienes que cederle terreno a alguien, hay que cambiar el neumático —Horner le avisó durante la carrera.

El piloto paró y cuando volvió a la pista vio pasar al monoplaza de su novia, quien acababa de parar e iba la segunda. Pasaron bastantes vueltas y la chica estaba apunto de adelantar a Leclerc, cuando una mala maniobra hizo que la chica saliera por los aires durante una curva y su monoplaza cayó en el terreno dejando a la joven inconsciente.

—Alguien acaba de tener un grave accidente. Bandera roja, todos a sus garajes.

Los pilotos llegaron a sus garajes y se fueron reuniendo poco a poco para ver quien había sido el accidentado. Una vez estaban casi todos, Horner, Vasseur y Wolf entraron a la sala donde estaban, este último con lágrimas en sus ojos.

—Chicos, se suspende la carrera —habló Vasseur.

—¿Como, pero por qué? —todos los pilotos empezaron a quejarse haciendo que la paciencia del encargado de Mercedes se agotara.

—Amelia está muy grave en el hospital. Ha tenido un accidente muy feo —los chicos se callaron inmediatamente y Max, el único que no se había quejado porque sospechaba que fuera su novia quien estuviera mal, se acercó al jefe de la marca.

—Toto, necesito que me avises de todo lo que pase. Por favor, no puedo salir de aquí y no saber nada de ella me está matando.

—No te preocupes Max, voy ahora con ella y te voy contando —ambos se abrazaron y Max se sentó derrotado junto a sus amigos quienes le abrazaron.

....

Las horas pasaban y los pilotos recibían cada vez menos noticias de Toto sobre el estado de su amiga. Max no paraba de dar vueltas por la sala y sus nervios estaban por las nubes. Horner apareció y el joven corrió a su encuentro desesperado.

—¿Sabes algo? Por favor, dime algo.

—Max, respira. Toto acaba de llamar, la han operado del hombro, con el accidente el monoplaza se partió y le desgarró parte —Max suspiraba aterrado—. Se supone que está fuera de peligro pero al perder la consciencia y mucha sangre no saben cuando podrá despertar. Lo siento hijo —Horner le abrazó y Max empezó a llorar en su hombro. Nunca nadie había visto al piloto tan vulnerable.

Sus recuerdos le llevaron a una carrera de hace 5 años, donde ella acababa de entrar en Fórmula 1 y tuvo un accidente en el que sufrió bastantes quemaduras por el destrozo del coche. El joven la había conocido cuando él tenía 12 años y ella 16, creando una gran amistad que les unió para siempre. En el momento de ese accidente estaba enamorado de ella y el hecho de poder perderla le comprimía por dentro. Pasó dos semanas enteras sin competir porque se pasaba el día en el hospital junto a ella hasta que por fin se recuperó y pudo volver a casa. El revivir ahora este sentimiento, 5 años después y ahora siendo su novia, le estaba matando por dentro. Si ella llegaba a morir no podría imaginar lo miserable que sería su vida ahora mismo. Sus planes de casarse, familia y tomarse ambos un tiempo de las carreras para criar a sus hijos, se desmoronaban, haciendo al joven llorar sin parar, imaginando las peores situaciones. La cabeza de Max iba a explotar y por fin vio una liberación. Recogió su abrigo y salió corriendo. Sus compañeros empezaron a perseguirle por el edificio, pero se acabaron cansando y le dejaron marcharse. En la puerta, el piloto se encontró con su jefe.

—Max, no te puedes marchar. La FIA dice que tenéis que estar aquí —le agarró por los hombros para frenarle.

—No puedo quedarme sin hacer nada Horner. Es mi novia la que está en el hospital después de un accidente muy grave. Tengo que verla... —su voz se rompió y sus ojos se llenaron de lágrimas— ¿Y si no me puedo despedir de ella? —el piloto empezó a llorar en los brazos de Horner y este trataba de consolarle.

—Ella va a estar bien, ya lo verás —levantó la vista y vigiló que no viniera nadie—. Márchate. Ve con Amelia. Si alguien dice algo, te cubro las espaldas.

—Gracias Christian, de verdad —le abrazó y se marchó del hotel.

....

Max llegó a la planta del hospital esquivando al personal y finalmente vio a Toto en un pasillo. Llegó a su lado y le preguntó por la chica. El más mayor le explicó que había despertado y estaba bastante dolorida, al parecer los efectos de la medicación se habían ido.

—Entra verla si quieres. Es tu novia. Me avisó Horner de que venías pero tranquilo, te cubriremos si la FIA se entera.

El joven le sonrió y llamó a la puerta antes de entrar. Cuando oyó a la chica decirle que pasara su cuerpo sintió un gran nudo al verla en ese estado. Pálida, sin fuerzas y con heridas en su cara y cuerpo más las vendas de la operación.

—M... Max —habló la joven—. Has venido.

—No podía no venir a verte. Estaba muy preocupado.

La chica palmeó la cama con su brazo sano y le indicó que se sentara allí con ella. Su novio la hizo caso y se dieron la mano mientras este lloraba.

—He vuelto a tener el mismo miedo que hace 5 años. Amelia, pensaba que ibas a morir y no iba a poder superar eso nunca. Eres mi compañera de profesión, de amistad, de vida. Sin ti no soy nada —mientras lloraba, apretaba la mano de la chica—. He podido llegar a entender como se sienten Charles y Daniel en Suzuka por Jules o Pierre por Antoine. No quiero tener que pasar por eso contigo, prefiero mil veces perder yo la vida en una carrera a renunciar a mi futuro contigo.

—No digas eso mi amor. No me vas a perder. Si es verdad que he tenido dos accidentes muy graves en mi vida pero ahora nada me separa de ti. Con lo que me costó ser tu novia no me voy a dar por vencida —ambos recordaron el inicio de su relación cuando un joven Verstappen, a pesar de estar enamorado de ella, se cerraba en banda por priorizar su carrera —. Eres lo mejor que tengo y gracias a ti soy mejor piloto, soy más constante y ya no conduzco como una loca —mirando su cuerpo—, aunque hoy sea una excepción. Pensemos en que no ha pasado nada más grave y que estoy aquí, que seguimos juntos.

Amelia agarró la mejilla de su novio y le obligó a mirarla. Este cedió y cuando quiso darse cuenta estaba besando sus labios. Esos que llevaba sin tocar desde la previa de la carrera. Ahora mismo daba igual meterse en problemas con la FIA o perder puntos del mundial. Ella había aprendido a ser más trabajadora y constante en su trabajo gracias a él, pero Max había aprendido lo que es una familia y tener apoyo a su lado, si ella estaba bien, para él no importaba nada más.

Después de muuucho tiempo, aquí estoy. Últimamente no soy constante en ninguna de las dos novelas, pero ya mejoraré, lo prometo. Gracias por el apoyo que recibo al ver los votos y las lecturas, no sabéis la ilusión que me hace. Os quieroooo

Formula 1 MomentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora