Capitulo 30- El regreso

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Pov Alli:

-Vos podes Alli, solo tocá el timbre- era como la quinta vez que me lo decía.

Estaba esperando para entrar a mi casa, iba a volver a ver a mis padres y se iban a llevar una sorpresa porque no les había dicho nada que volvía.

Toqué timbre y escuché a mi madre hablando por teléfono.

-Quién viene a esta ho...- dijo abriendo la puerta, pero no termino- ¿Alli?- dijo con una sonrisa.

-La misma-

-¡Hija!- dijo abrazándome- Estas aquí, pero ¿cuando has venido? ¿Por qué no me avisaste?-dijo corriendose para dejarme pasar.

-Llegué hoy y no te avise ya que quería darles una sorpresa- dije dejando las valijas en el living.

-Mi bebé esta en casa- dijo dándome un sonoro beso en la mejilla.

-Mamá no empieces...-

-¿Qué no empiece? Hace 3 meses que no te veo, la casa es muy tranquila sin ti-

-Lo sé- dije con una sonrisa.

-¿Qué vas a hacer? ¿Vas a ir a ver a las chicas?- dijo sentándose en el sillón junto a mi.

-No, tampoco saben, las voy a sorprender hoy en el baile-

-Ya me imaginaba. Entonces ¿qué tienes pensado para este rato?-

-Pasar tiempo con una señora que se hace llamar mi madre, ya que hace mucho que no la veo-

-Esa es mi niña- dijo abrazándome- Oh y por cierto, todavía te debemos tu regalo de cumpleaños-

-Si, de eso no me olvido-

***

-¡Mira esto! Era tan tierna de chiquita- dije emocionada.

Llevábamos 3 horas de charlas, comidas, chistes, anécdotas y ahora estábamos mirando fotos.

-Si, no sé que te paso-

-¡Mama!- dije haciéndome la ofendida y ella se rió.

Estábamos discutiendo sobre unas fotos de hace unos años cuando tocaron el timbre.

Oh no.

Eran Romi y Martín, ¿qué se supone que vienen a hacer a mi casa?

-Mamá- le susurre/grite a mi madre- Abriles vos, y acordarte que yo supuestamente sigo en España-

-¿Y qué les digo?- me susurró mi madre.

-No sé, inventa algo- dije parándome y yendo a las escaleras para ir a mi habitación. Digamos que no fui muy sútil, me tropecé con la mesita ratona y me caí de cara al piso.

-¡Auch!- dijo mi madre fuerte.

-¿Señora Benson está bien?- escuché que preguntaba Romi desde afuera.

-Si si, solo me tropecé, ¡ya les abro!- dijo mi madre mientras que me decía que no haga ruido y que subiera de una vez.

Subí corriendo y haciendo el menor ruido posible las escaleras y me quede en el pasillo para escuchar lo que decían.

-Hola chicos ¿cómo están?- dijo mi madre arreglándose el pelo.

-Bien y ¿usted? ¿Se pegó fuerte?- dijo Romi.

-Oh, no fue nada. ¿En que los puedo ayudar?-

-Queríamos saber si sabe algo de Alli, no hablamos con ella desde ayer y no nos contesta las llamadas ni los mensajes-

Mierda. Me había olvidado de cambiar el chip, con razón no me llegaban los mensajes.

-Ohh eee si, hablé con ella hoy de mañana, esta muy ocupada. Aparte, le salió una nueva oportunidad para conseguir un trabajo en un estudio de arquitectura y seguro por eso no pudo contestarles-

-Si, nos imaginamos que estaba ocupada, pero por las dudas vinimos a preguntarle- dijo Martin.

Habían cambiado mucho en estos meses. Los dos estaban más bronceados, Martín estaba mas alto y más rubio y Romi estaba más flaca y tenía las californianas unos tonos más claros que su color natural.

-Es una pena que no allá podido venir para el baile- dijo Romi con una sonrisa triste.

-Si, lo mejor hubiera sido que hubiera venido de sorpresa y que nos sorprendiera a todos- dijo mi madre.

La abofeteé mentalmente, si llega a meter la pata la mato.

-Si, hubiera sido lindo- dijo Martín- Bueno, no la molestamos más, aparte nos tenemos que ir a arreglar para el baile-

-¡Que les vaya lindo! Y disfruten mucho- dijo mi madre amablemente.

-¡Hasta luego señora Benson!- dijeron los dos mientras mi madre cerraba la puerta.

Conté hasta 10 mentalmente y me arrimé a las escaleras.

-Casi metes la pata- le dije a mi madre enojada.

-Tranquila, no se dieron cuenta-

-Si, porque si no te mataba-

-Ya basta de quejarte, es hora que te aprontes para ese baile-

***

Pov Romi:

-Te queda más lindo de lo que pensé ese vestido- dijo Martín analizándome de arriba a abajo.

-Y yo pensé que no iba a vivir para verte de traje-

-Sentite orgullosa- dijo acomodándose la corbata.

-¿Vamos a buscar a Anto?- dije agarrando mi bolso y alisándome el vestido por quinta vez.

-Si y yo conduzco, no vaya a ser que justo hoy tengamos un accidente-

-Cuanta confianza me tienes- dije saliendo de mi casa, con Martín pisándome los talones- Al final, ¿como salió la prueba de ADN?-

-El bebé es de otro, quédate tranquila, no vas a ser tía-

Me reí mientras acomodaba el vestido, no quería engancharlo al cerrar la puerta. 

-Vamos a buscar a Anto-

45 minutos más tarde ya estábamos entrando al gimnasio del instituto. Lo habían decorado todo de negro y blanco y les había quedado impresionante.

-¿Esta chica sexy que estoy viendo es mi novia?- preguntó Luca a mis espaldas. Me voltee rápido y quede embobada.

Estaba con un traje azul marino, una camisa blanca y un moño que le combinaba con el traje, decir que estaba perfecto era quedarse corta.

-Así es, muy afortunado sos ¿no?- dije mientras me acercaba mas a él.

-La verdad que si- dijo para después darme un corto beso.

Un rato después ya estaba la pista de baile llena de gente y nosotros estábamos en una mesa todos juntos.

-¿Vamos a bailar?- dijo Kevin parándose. Él y Bruno también estaban lindos, cualquiera que los viera se moriría por ellos, pero yo tengo a Luca y me alcanza y me sobra.

-Si, para eso vinimos- dijo Anto parándose y arrastrando a Bruno con ella.

Luca me agarró de la mano y me guío hasta el centro de la pista de baile, Martín estaba bailando con una morena, Anto y Bruno juntos y Kevin al lado de ellos solo. Pobre Kevin, si estuviera Allí todo seria diferente.

Estaba sonando Fireball de Pitbull cuando el Dj corto la música y todos se empezaron a quejar, agarró el micrófono y empezó a hablar.

-Oigan oigan calma- dijo haciendo gestos con la mano- Es solo un segundo, corté la música porque, como todos saben, aquellos que llegaran tarde iban a ser iluminados al llegar- se escucharon las risas de todos, era una regla absurda que habían puesto este año para asegurarse que todos llegaramos en hora -Parece que alguien se olvido de la consigna-

Después de eso, una luz potente dejo ciega a una rubia en vestido azul. No creía lo que estaba viendo, o más bien, a quién estaba viendo.

LO QUE NOS FALTABADonde viven las historias. Descúbrelo ahora