**HACE 10 AÑOS**Chester era un niño que surgió de un amor adolescente (hijo no deseado). Su padre solo venía de paseo por el país y, en una aventura de juventud, dejó embarazada a la madre de Chester. Dicho esto, los padres del papá de Chester lo hicieron responsable junto con su mamá, dejándolo a la deriva y culpando a Chester por sus vidas tan miserables.
Chester ya estaba enterado del desprecio que le tenían sus padres. Para distraerse y ganar un poco de dinero, hacía shows de payasos, donde encontraría a su amigo del alma, "Enrique", y formaría una amistad desde sus 7 años.
Enrique: Oye Chis, ¿realmente por qué no te has ido de tu casa?
Chester: Bueno, realmente es por mi mamá.
Enrique: ¿Y qué tiene tu mamá?
Chester: Pues mi papá siempre llega borracho y le pega a ella, pero realmente se desquita con mi mamá por mi culpa.
Enrique: ¿Con eso no crees que es mejor irte?
Chester: ¡Wow, amigo! ¿Eres del FBI o por qué tantas preguntas?
(Realmente, Chester no se iba porque pensaba que su papá iba a cambiar y tenía pena de preocupar a su madre).
Chester: Hey Enrique, ¿y qué pasó con esa chamba que me estabas diciendo?
Enrique: Tú tranqui mi cranki, te invité para eso, ¿o no?
Chester: Pero ya hace una hora me estás preguntando sobre mi vida.
Enrique: Perdón carnal, es la costumbre, pero es para conocerte mejor y entender tu forma de pensar, digamos tu "mentalidad de tiburón".
Chester: ¿Y de qué se trata o qué?
Enrique: ¿Qué me dirías si te digo que tú le sacas punta a Chuponcito?
Chester: Sin rodeos, Enrique, dime qué es.
Enrique: Bueno, más que nada ser comediantes y entretener a un público que experimenta por primera vez el mundo de la comedia.
Chester: ¿O sea, payasos?
Enrique: ¡Qué pasó! ¿Ofendes a mi Chester Cheetos? Pero piénsalo bien, ¿eh?
Luego de 10 minutos de pensarlo en la casa de su amigo, Chester aceptó. Al parecer, a Chester le agradaban mucho los niños y así podría alejarse de las peleas de sus padres.
Chester: ¿Y cuándo empezamos, Enrique?
Enrique: Silbatos, mi copo de nieve, pero tendrás que entrenar para ser igual que tú mero mero pastelero.
Chester: ¿A poco y se gana bien? Y hablando de eso, ¿cuánto gano yo?
Enrique: Primero que nada, hay que pulir tus habilidades, mi todo terreno árido, ya después hablamos de ganancias, ¿ok?
Chester: Pero no me habías dicho que no has empezado nada.
Enrique: Pero si no me fuera bien en mis inversiones, no tuviera eso.
*Voltean a ver una PlayStation 3 chipeada*
Chester: Bueno, es verdad, supongo yo.
Enrique: Mira carnal, pago renta, luz y agua y me sale para mis necesidades (mentira).
Después de un año de estar practicando sus números, Chester estaba totalmente seguro de sí mismo y motivado.
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Caramelos del Destino: Dulces Travesuras en Candyland (Chester X Mandy)
HumorEn Candyland, Mandy, una pastelera con un corazón dulce, lucha contra la desaprobación de su padre, Don Gustavo. Padre luchon de dos inmigrantes jovenes de 15 años Chester y Enrique, un inmigrante explotado en la tienda de dulces, por Mandy. A medid...