Finalmente había llegado el momento de ir al cielo, Lucifer se encontraba en su habitación tratando de calmarse, casi era la hora y no sabía cómo sentirse al respecto y su hija cantando feliz por todo el hotel no lo ayudaba ¿debería llevar regalos? No, ellos fueron quienes lo echaron, no merecían ni siquiera que los mirara. Nunca logró entender porque le habían echo eso, el solo quería que los humanos tuvieran libre albedrío, le parecía injusto que solo ellos tuvieran tanta sabiduría, así que con ayuda de Lilith hicieron que Eva comiera el fruto prohibido y pues ya se saben lo demás, blablabla, pecado, blablabla, infierno, blablabla, caído, blablabla, rey del infierno, blablabla, padre, blablabla, abandonado. Cuando pidió una explicación de su expulsión lo único que le dijeron fue que intentaba superar a Dios, lo cual no iban a permitir. Bien, ahora estaba triste y ansioso.
Lucifer se limitó a vestirse y arreglarse el cabello mientras trataba de pensar en algo más agradable, de pronto los recuerdos del día anterior invadieron su mente, no pudo evitar sentirse acalorado, llevaba 7 años sin nada de nada ¿qué esperaban?, a estas alturas se consideraba virgen, es que solo de pensar que las frías manos de Alastor paseaban por su espalda lo hacia sentir nervioso y extrañamente caliente. Unos golpecitos en la puerta lo sacaron de sus impuros pensamientos, golpeó sus mejillas tratando de olvidar el incidente y abrió la puerta, ahí parado estaba Alastor, genial, ahora debía tratar con otro problema.
— ¿Necesitas algo?—preguntó Lucifer mientras volvía a su asiento para seguir arreglándose, el demonio fue detrás de él
— Solo quería ver cómo te encontrabas—se acercó a su cuello haciendo que al más bajo le de un escalofrío— te noto nervioso ¿necesitas que te ayude a relajarte?
— Dudo mucho que puedas hacerme olvidar que tendré que ver a los que decían ser mi familia—su voz se entrecorto, suspiró y aclaro su garganta— en fin, no creo que puedas ayudarme con esto
Alastor lo puso de pie y lo abrazó, aún no era bueno demostrando emociones o tratando de apoyar a la gente solo copiaba lo que veía a diario, con suerte funcionaría y lograba atinarle a algo. Lucifer se quedó quieto por unos segundos para después aferrarse a la cintura del más alto, lo único que necesitaba era que nadie le hiciera un interrogatorio y que solo le hicieran compañía.
— Lucifer, ¿quieres hablar sobre eso?—el más bajo negó con la cabeza y Alastor mirándolo así de indefenso no pudo evitar meter sus dedos en su cabello rubio— sabe que puede hablar conmigo...
— Solo... no quiero ir al cielo—las manos del demonio se posaron en las mejillas de Lucifer— pero tampoco quiero decepcionar a Charlie, ugh, estoy tan... nervioso
— Tal vez esto ayude—Alastor se agachó para besar en la mejilla al más bajo, eso sería suficiente ¿no?, pues para su sorpresa el rey quería más que eso, él se aferró de su cuello y lo atrajo para besarlo en los labios. Su corazón latía con fuerza y a veces deseaba que fuera un ataque, esas nuevas emociones lo agobiaban— ¿debería cerrar la puerta?—vaya, eso podría mal interpretarse, solo no queria que Charlie los encontrará en esa situación y no estaba listo para ir más allá de unos simples besos, antes de aclarar lo que había dicho, Lucifer ya había cerrado la puerta con seguro.
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Strange Magic [RadioApple]
FanficDespués del ataque de Adán y sus exorcistas, Lucifer Morningstar decide vivir junto a su hija en el recién remodelado hotel para ayudarla en su sueño y para cuidar de ella, sin embargo Alastor estará ahí para sacarlo de vez en cuando de sus casillas...