Esa misma noche
En la tranquila cena en casa de Shizuka, la preocupación se reflejaba en su rostro mientras jugueteaba con la comida sin probar bocado. Su madre, notando su comportamiento inusual, decidió abordar el tema.
—Shizuka, cariño, ¿qué te sucede? No has tocado la comida y te veo muy pensativa—, dijo su madre con suavidad, colocando una mano sobre la de su hija.
Shizuka suspiró, sintiendo un nudo en la garganta. —Es solo que... ha sido un día extraño, mamá. No puedo dejar de pensar en todo lo que pasó hoy.—
—¿Qué ocurrió, querida? Puedes contármelo, estoy aquí para escucharte—, respondió su madre, mirándola con preocupación.
Shizuka vaciló por un momento, sopesando cómo expresar sus sentimientos. Finalmente, decidió abrirse, aunque omitiendo la verdad sobre el intento de asesinato. —Una de mis amigas me preguntó algo hoy en el colegio... sobre si me gustaba Nobita o Dekisugi.—
Su madre asintió comprensivamente. —Entiendo. Esa es una pregunta difícil, pero es importante que sepas cómo te sientes, cariño. ¿Y tú qué respondiste?—
Shizuka bajó la mirada, sintiendo el rubor en sus mejillas. —En ese momento, estaba tan confundida... No sabía qué decir. Nobita y Dekisugi son muy diferentes, y yo... yo no sé cómo distinguir entre el cariño y el amor.—
Su madre le sonrió con ternura y colocó una mano reconfortante sobre su hombro. —Es normal sentirse así, Shizuka. El cariño es el sentimiento que tienes hacia tus amigos y familiares. Es el afecto y la preocupación que tienes por ellos. Pero el amor... el amor es algo más profundo, es un sentimiento único y especial que te llena de alegría y te hace querer estar con esa persona siempre. Te hace sentir mariposas en el estómago y te hace sonreír cuando piensas en esa persona.—
Shizuka escuchaba atentamente, absorbiendo las palabras de su madre.
—Cuando estás confundida entre el cariño y el amor, pregúntate a ti misma: ¿cómo me hace sentir esa persona? ¿Cómo sería mi vida sin ella? Y sobre todo, sigue tu corazón, porque él siempre te guiará en la dirección correcta.—
Las palabras de su madre resonaron en el corazón de Shizuka. Lentamente, una sensación de claridad y calma comenzó a inundarla. —Gracias, mamá... Creo que entiendo ahora.—
Su madre le sonrió con cariño. —Siempre estoy aquí para ti, Shizuka. Y recuerda, sea cual sea tu elección, lo importante es que sigas siendo fiel a tus sentimientos.—
Al final de esa noche, mientras Shizuka se acostaba en su cama, una certeza se afianzaba en su corazón. Recordando las palabras de su madre, Shizuka se dio cuenta de que, en realidad, lo que sentía por Nobita era mucho más profundo que el simple cariño. Era amor. Se acurrucó bajo las sábanas con una sonrisa en los labios, sabiendo que había tomado una decisión. Nobita era el dueño de su corazón, y estaba lista para enfrentar lo que viniera con él a su lado.
♥
La mañana siguiente, en el aula de clases, el ambiente estaba tenso y cargado de nerviosismo. Nobita, Suneo, Gigante y Shizuka se sentaban juntos, pero ninguno de ellos podía concentrarse en la lección. Sus mentes divagaban entre las imágenes del día anterior y el miedo persistente de que el peligro aún no había pasado.
Nobita estaba particularmente inquieto, sintiendo como si los ojos de todos estuvieran puestos en él. Cada ruido repentino lo hacía saltar, y su corazón latía con fuerza en su pecho. Miraba nerviosamente hacia la puerta, temiendo que en cualquier momento el asesino pudiera aparecer de nuevo.
Suneo intentaba parecer tranquilo, pero sus gestos nerviosos delataban su ansiedad. Jugaba con un lápiz entre sus dedos, su mirada perdida en el vacío. Gigante, por su parte, mantenía su postura estoica, pero su ceño fruncido revelaba su preocupación. Shizuka, aunque intentaba mantenerse calmada, no podía evitar que su mirada se desviara hacia Nobita constantemente, preocupada por su amigo.