Capitulo 1:

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1 semana después:

Estoy delante de lo que será mi hogar durante los próximos meses y joder es un agujero, mi anterior piso lo han alquilado para no levantar sospechas sobre el traslado.  

Hoy es mi primer día en el club, así que me doy una ducha y me pongo uno de los vestidos que me dio Olivia. Antes de salir de casa guardo en un agujero debajo de la cama la Tablet donde hare los informes diarios, la pistola y mi identificación.

Olivia me ha estado entrenando durante una semana, he asistido a clases de pole dance, y tengo aprendida mi nueva vida a la perfección.  A partir de ahora seria Leila, una universitaria huérfana que debido a las deudas se vio obligada a dejar la universidad y empezar a trabajar como bailarina exótica en Olimpia un famoso club nocturno. Me encuentro frente a la puerta del club y no puedo evitar estar nerviosa. Respiro profundamente y entro.

Nada mas entrar en el club, choco con alguien.

-Joder, mira por donde vas.

-¿Estas bien?- me pregunta una profunda voz que me deja paralizada al comprobar de quien proviene.

-Si, lo siento, tendré mas cuidado la próxima vez, estaba un poco distraída es mi primer día.

-Leila, llegas tarde en tu primer día y encima distraes a nuestros clientes- grita alguien a mis espaldas.

Era Blanca, la encargada del club, Gabriel me había distraído era jodidamente atractivo, alto, pelo castaño y ojos verdes. Tenia ambos brazos tatuados y uno de ellos se extendía desde el brazo hasta la espalda, me moría por pasar el dedo por el contorno de sus tatuajes . A partir de ahora tendría que apartar esos pensamientos de mi cabeza, ya que un paso en falso y me costaría la vida.

-Tranquila Blanca, la he distraído yo, porque no te relajas y me acompañas a mi mesa- dice Gabriel guiñándome un ojo.

-Eh, eh, si Gabriel, Leila ve al vestuario, allí tienes tu uniforme, cuando estés lista busca en la pista a Valentina ella te dirá que tienes que hacer.

Sin mas Blanca se marcha con Gabriel y yo me dirijo al vestuario para cambiarme, una vez lista, me arrepiento de haberme puesto el uniforme, la falda es extremadamente corta y el corsé me aprieta demasiado el pecho. Me dirijo a la pista y alguien me sobresalta saludándome con un abrazo.

-Hola, tu debes ser Leila, soy Valentina encantada.

 Valentina es muy guapa y simpática y enseguida me explica que los primeros días estaré como camarera, ya que aunque el trabajo es como bailarina, Isabel la dueña del club tiene que darme el visto bueno.

El club se empieza a llenar y yo con la ayuda de Valentina sirvo los cocteles a los clientes en sus mesas. 

-Leila, necesito ir al baño, ¿Podrás apañártelas sola?.

-Tranquila yo me encargo.

-Muchas gracias- dice abrazándome.

Cuando Valentina se va veo que Gabriel me llama desde su mesa.

-Necesitas algo más- pregunto educadamente.

-Siéntate un rato aquí conmigo, antes casi no hemos podido hablar.

Esta es la oportunidad perfecta para poder acercarme a el y conocerle mejor.

-Dime, que hace una chica como tu trabajando aquí.- dice pasándome el brazo por los hombros.

-Bueno, soy huérfana, estaba en la universidad pero debido a las deudas me tuve que salir de la carrera y empezar a trabajar aquí. ¿Y tu qué me cuentas de ti?

-Bueno, me mude de Irlanda aquí hace unos años y...

-Leila, vuelve al trabajo ya, Valentina esta desbordada y tu aquí hablando con nuestros clientes- me grita Blanca.

-Blanca, quiero que Leila me haga un show privado. 

-Que- que, imposible es su primer día y no esta preparada.

-Es cierto, aún no he bailado nunca- digo intentando convencerle.

-No me importa, pagaré lo que me pidas Blanca.

-Eh, perfecto pasar a la sala Champagne.

Miro a Blanca y ella se limita a echarme una mirada fulminante. Así que me limito a seguir a Gabriel y a Blanca.

-Tenéis 20 min- dice Blanca para luego irse.

-Me siento alagado, soy tu primer cliente.

Era momento de aplicar las clases que tome en mi entrenamiento con Olivia, pongo la musica y me siento sobre el. Empiezo a pasarle las manos por la cara mientras bajo hacia el cuello y me muevo suavemente encima de el. Sigo acariciándolo por el pecho y subo de nuevo , paso suavemente los labios por su cuello sin parar de acariciarle. Gabriel suelta un pequeño gemido y me agarra el pelo para dejar pequeños besos húmedos en el cuello. No puedo evitar que se me erice la piel y soltar pequeños gemiditos cada vez que sus labios tocan mi piel. De repente vuelvo a la realidad y me aparto de el, ya que no puedo caer en estos juegos, pero es inevitable la atracción que siento hacia Gabriel.

-Ya pasaron los 20 minutos- digo dándole un ultimo beso en la mejilla.

Sin más salí del reservado, el resto de la noche transcurrió tranquila y no volví a verle. Cuando mi turno termino me cambie y volví a casa. Una vez en casa me puse a escribir el informe diario aunque no alcance a terminarlo ya que me quede dormida.

OasisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora