Aser Dylan
"Te va a destruir de la manera
más bella. Y cuando se vaya,
finalmente entenderás por qué
los huracanes tienen nombres
de personas".-Mario Benedetti.
Mis manos tomaron cuidadosamente el vaso de café que estaba sobre la mesa. Esperaba que fluyera algún tipo de conversación entre ambos, pero Saul no decía nada, y yo tampoco.
Sentí una angustia extraña en mi estómago cuando pensó en decirme algo, pero decidió callarlo.
¿En qué podría estar pensando? ¿En lo estúpido que era su mejor amigo?
—¿No crees que es triste dejar de estar en contacto con alguien que creías el amor de tu vida? —inquiero, intentando romper la tensión entre ambos.
—La gente va y viene, Aser. No sigas dándole más vueltas o vas a volverte loco con eso.
—No debería normalizarse dejar ir a las personas que amas —mi voz no ayudaba mucho, salía en un murmullo, como si estuviera intimidada por lo que Saul podría responderme.
—Las personas suelen olvidar muy rápido, eso es lo que debería preocuparte —en su voz no noto rabia, más bien algo de tristeza.
—¿Cómo lo hacen? —articulo.
El chico deja su bebida a un lado. A nuestro alrededor comenzaba a llegar gente que ocupaba mesas diferentes en la cafetería.
—¿Quiénes?
—Tú y la hermana de Mack —hago una pausa y agrego—: ¿Cómo logran mantenerse juntos a pesar de todo? ¿Por qué no podemos hacer lo mismo?
Me mira pensativo, como si no tuviese una respuesta clara para darme. Y es la primera vez que lo veo así, lo que me pone aún más triste. Es como... si ya no quedaran esperanzas, como si todo estuviera perdido entre nosotros.
—¿Por qué... no podemos ser como el resto de las parejas? —pregunto, esta vez en un susurro, evitando verlo directamente.
—El amor es algo... intenso. Es único, y creo que tiene sus partes dulces pero también algunas amargas. El amor por alguien es adictivo porque nunca resulta ser perfecto, y eso está bien así.
—¿La persona resulta adictiva?
—Y el sentimiento también.
Suspiro y me rasco la cabeza.
—No te arrepientas de enamorarte de McKenzie —suelta.
—¿Para qué? Si al final ni siquiera estamos juntos...
—Porque enamorarte de ella ha hecho que cambies —me recuerda—, lo sabes, ¿no? —asiento con la cabeza, sonriendo un poco al recordar a Mack—. ¿Te arrepientes de encontrar al amor de tu vida? ¿Es en serio, Aser? Había escuchado cosas estúpidas, pero ésta supera todas ellas...
Lo golpeo suavemente en el brazo, pero él solo está bromeando.
—¿Sabes que eres un idiota, verdad?
—Oh, créeme que me había dado cuenta —ríe luego de decirlo.
Saul mira a sus lados buscando su mochila, y cuando la encuentra se levanta decidido.
—Nos vemos en el departamento, tengo que pasar al supermercado a reponer los chocolates que alguien decidió comerse...
—¡Fue Allen! —me defiendo, levantando ambas manos.
ESTÁS LEYENDO
La Paz de Su Sonrisa
Teen Fiction«Lo irónico del dolor es que quieres que te consuele quien te lastimó». *** -Quizás no soy el amor de tu vida, pero en ese caso, confúndeme con él -su mirada se desvía. -Si no fueras el amor de mi vida, ¿crees que hubiera seguido intentando mantener...