La desolación del último Peverell

Capítulo 1 - Viaje Discreto

TUUUMMM

El sonido seco de un objeto impactando contra madera resonó en la habitación más pequeña del numero 4 de Privet Drive, dicho objeto se trataba de la mano de un adolescente de casi quince años estrellándose contra un escritorio, después de el sonido inicial de impacto un sonido gutural parecido al de un gruñido, pero estando sofocado, se hizo presente. Los ojos verdes del muchacho pelinegro brillaban peligrosamente mientras su cara se contraía en un grotesco ceño que solo denotaba una cosa: Ira.

La otra mano del adolescente sostenía fuertemente la última de tres cartas que habían llegado hace un par de horas:

......No podemos decir mucho ahora Harry, el profesor Dumbledore dice que nuestras cartas pueden ser....extraviadas y no es buena idea escribir información privada por aquí, solo resiste un poco más, en cuanto nos reunamos prometo que te explicaremos todo. No te preocupes por Hedwig, nosotros la cuidaremos aquí, perdón por no poder mandarla de regreso, pero el profesor dice que es fácilmente reconocible y quiere evitarte la tentación de que envíes cartas que puedan tener información que no le agradaría a ciertas personas....te veremos pronto.

Con cariño, Hermione J. Granger.........

Los ojos enojados de Harry releyeron una vez más el ultimo fragmento, ese párrafo resumía perfectamente las otras dos cartas que yacían arrugadas en el suelo. Con desdén y agresividad el adolescente hizo lo mismo con la última carta y la boto al lado de las antes mencionadas.

Harry no podía creerlo, recién había pasado una semana y media desde que había llegado a Privet Drive y parecía que era el verano de primer año de nuevo, solo que ahora, la reticencia de sus "amigos" por no contactarlo era enteramente su disposición y no tenía nada que ver con pequeños elfos domésticos entrometidos, tan escasos días y parece que todos lo dejaron abandonado.

La primera y única carta que mando con Hedwig fue en el segundo día de vacaciones, la cual estaba dirigida a Hermione. En ella le conto sobre la horrible pesadilla que había tenido de lo sucedido en la tercera prueba del torneo, esto con la intención de desahogarse un poco y, aunque le costara admitirlo, también quería las palabras de apoyo y cariño que le dedicaba la bruja de pelo tupido en esta clase de situaciones, sin embargo, no hubo respuesta inmediata.

En los días siguientes de enviar la carta, sus noches estuvieron plagadas de más pesadillas que en cuanto apenas le dejaban dormir. Unas eran del cadáver inmóvil de Cedric, otras eran de unas puertas oscuras acompañadas de pasillos que no reconocía y en ocasiones solo había un dolor profundo y constante en la condenada cicatriz de su frente. Al despertar la cosa no mejoraba, había un gran sentido de preocupación acerca de porque su amiga no le contestaba y de porque su fiel compañera Hedwig no había regresado – "¿Podría haberles pasado algo?" – pensó agitadamente en su momento.

Inclusive si viéndolo a gran escala no había pasado tanto tiempo, la apariencia desaliñada y pálida del muchacho delataban el efecto y desgaste que tuvieron estos eventos en su cuerpo, y así fue como hasta el día de hoy, a más de siete días que había enviado la carta, por fin obtuvo una repuesta.

Su primera impresión fue de alivio al pensar que Hermione no lo había olvidado, después de todo, la lechuza café que se poso en su ventana tenia no una, si no tres cartas, - "Tal vez Hermione ha salido de viaje fuera del país"– pensó ilusionado, después de todo, ¿Por qué otra razón habría una tardanza tan grande?, seguramente Hedwig estaba cansada por el viaje tan largo y Hermione envió otra lechuza en su lugar, caray, hasta podría ser una nueva lechuza que adquirió su amiga, pero en cuanto vio los sobres su cara cambio de una de ilusión a una de confusión y luego de leer el contenido paso a la Ira que estaba sintiendo en este momento.