Regalo (Cap.33)

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Any: Si, bueno tu y yo hace tiempo que nada y pues... no hemos estado muy cercanos y necesitamos nuestro espacio.

Poncho: Lo siento princesa, se que no te he dedicado el tiempo suficiente, perdoname y ahora si que no te dejare sola ni un minuto

Any: Pues ven,  -lo dirige a la habitacion donde estaba la cama llena de petalos de rosa y velas-  esto es parte de la sorpresa.

Poncho: Vamos bien! pero yo quiero lo que sigue...

Any: Esperate, ponte comodo que ya vengo  -me meti al baño y saque el conjunto de ropa interior nuevo que compre y me lo puse, me quedaba perfecto, con una bata roja y los tacones.

Me puse un poco de perfume y guarde todo a su sitio.

Abri la puerta lentamente y lo vi sentado en la cama sin camisa, como que ya estaba preparandose para lo que venia.

Despacio sin hacer mucho ruido sali, el volteo y me dio otra de sus sonrisas...

Any: Estas listo para la sorpresa???

Poncho: Bueno, pienso que si estoy mas que listo para la sorpresa, demoraste mucho eso debio valer la pena.

Any: Pues tu diras si valio la pena,   -me acerque y me sente sobre sus rodillas y le dio un corto beso-

Poncho: Any se puede saber que traes debajo de esa bata, tan sexy por cierto?

Any: Porque no lo averiguas

-- Nos pusimos en la cama, el sobre mi, y desato el nudo de la bata; su cara era de felicidad, tenia en los ojos una mirada llena de fuego, y yo solo atinaba a sonreirle coquetamente--

Poncho: Anahi Puente estas hermosa, bella, tierna y a la vez muy sexy, toda mia.

Any: Toda tuya, te amo!

Poncho: Te amo mas que a mi vida!  -se me acerco y empezo a besar con toda la pasion podia haber en ambos, bajo sus besos a mi cuello, mientras yo bajaba sus pantalones y el quedaba en boxers.

Sus manos delineaban mi cuerpo, era algo única lo que me hacia sentir.

Sentia su corazón latir a mil, no podia evitar el roce de nuestras intimidades, haciendo mucho mas exquisita la noche.

Pose una de mis manos en su miembro, el solto un gemido, que aumento la pasion, paso sus manos por mis muslos y luego paso a desabrochar mi brasier.

La noche fue maravillosa, para crear sensaciones extraordinarias, cuando llego el momento de que nos volvamos uno y sentirnos cada uno, fue lo mas mágico.

Me hacia sentir como nunca, con el podia tocar el cielo mil veces.

Ambos agotados de la larga noche, nos recostamos y nos quedamos profundamente dormidos.

Más que amigos... Donde viven las historias. Descúbrelo ahora