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Xóchitl, en su trayecto de regreso a casa, se topó con un cartel que proclamaba "Vota Morena, vota Claudia Sheinbaum".

Este encuentro la hizo cuestionarse profundamente; ¿estaba verdaderamente enfadada por cada mención de su antigua amiga ahora rival, o quizás la invadía un sentimiento de amargura por no estar del lado de Claudia? Con esta duda rondándole la mente, continuó su camino, que no era sencillo dado el tráfico de la Ciudad de México y su poco aprecio por manejar la bicicleta en esas condiciones.

Las miradas curiosas de la gente se posaban de soslayo en ella, sin embargo, en ese momento, lo que más la atormentaba no eran las miradas ajenas, sino sus propios pensamientos sobre esa mujer que ahora representaba una figura compleja en su vida.

—Debería tomar un Uber. —murmuró para sí misma, y así lo hizo, dejando la bicicleta en un lugar poco transitado y limpiándose las manos en la ropa antes de subir al vehículo.

Al llegar a casa, su marido la aguardaba con una expresión de certidumbre, como si esperara algo más que un simple saludo.
—¿Qué pasa? —inquirió Xóchitl, notando la mirada inquisitiva de su esposo.

—No, nada. —respondió él, aunque su tono dejaba entrever una carga de expectativas no expresadas.

—¿Crees que fui a ver a alguien? —continuó, su voz teñida de un matiz de desconfianza.

—Viniste en Uber, ¿no? Ya no te vi con la bicicleta que Alf...

Antes de que pudiera terminar, Xóchitl lo interrumpió con un tono firme.

—Mira, te quiero mucho, pero lo último que necesito en este momento son discusiones por tus inseguridades. Voy a mi habitación.

Con paso firme pero el corazón agobiado, Xóchitl se encerró en su habitación, permitiendo que las lágrimas recorrieran sus mejillas. La confusión que sentía respecto a Claudia se mezclaba ahora con la frustración de los celos tóxicos en su relación matrimonial. ¿Cómo había llegado a este punto en su vida, donde cada paso parecía estar rodeado de tensiones y desencuentros?

Mientras tanto, su celular, que había estado silencioso durante gran parte del día, mostraba Miles de notificaciones pero un único mensaje que capturó por completo su atención:

"Hola Xóchitl, soy C. Espero que hayas llegado bien... Aún conservo tu número jeje... Quería invitarte confidencial porfa, a verme en uno de los depas, ayer que hablamos pensé que tardarías un poco más".

Una sonrisa tierna asomó en el rostro de Xóchitl, pero rápidamente la reprimió al darse cuenta de su propia reacción ante ese texto. Decidió bloquear la pantalla y dejar el celular a un lado, tratando de apartar esos pensamientos de su mente.
...

El día siguiente amaneció con un nuevo sol para ambas mujeres.

En la residencia de Claudia, el reloj marcaba las 4:20 am cuando la candidata a presidenta contemplaba a su esposo con un amor profundo y una entrega total.
—Jesús, eres tan atractivo que yo de...
antes de que pudiera terminar, su esposo la interrumpió con un beso en la mejilla y se levantó vistiendo para dirigirse a su despacho.
—Te amo, mi Claudia, pero ya es tarde. Debería haber estado revisando papeles desde las cuatro, amor. —expresó él con un tono amable pero firme.

—Sí, lo sé, cariño. Ve y haz lo que debes hacer.

—Te amo, mi vida.

Fue todo lo que añadió él antes de salir, a lo que ella respondió con un cariñoso:

"Yo a ti, gordo".

Aunque un tanto frustrada por la falta de compañía matutina en ese día "libre", Claudia se recostó de nuevo en la cama, dejando que su mente divagara entre imágenes y pensares.

Entre todas las imágenes que se presentaban en su mente, una de ellas destacaba con claridad: ¿cómo sería su vida si ganara la presidencia? Sin embargo, ninguna de esas imágenes lograba desplazar el pensamiento recurrente sobre su adversaria política y amiga perdida.

—Ay la xotch —murmuró para sí misma con una leve risa. —Qué vueltas que da la vida.

Con determinación, se levantó de la cama, decidida a enfrentar el día que le esperaba, incluyendo el discurso que debía dar a partir de las ocho de la mañana.

Mientras tanto, en la soledad de su habitación, Xóchitl también se enfrentaba a un nuevo día lleno de incertidumbres y decisiones por tomar. La noche anterior había sido una montaña rusa emocional, pero ahora, con la claridad de la mañana, se sentía más decidida que nunca a afrontar los desafíos que se le presentaban.

La invitación de Claudia seguía resonando en su mente, como un eco persistente.
¿Debería aceptar la invitación y enfrentar directamente a su rival?

Claudia x Xóchitl Fanfic ¿No te parece una pena?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora