8.- All this trash talk make me itchin

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—La cultura del anime y el manga.

—No.

—La contaminación de los mares.

—No.

—Culturas Nativas Americanas.

—No.

—El impacto de la comunidad LGBT.

—Argentina y Noruega hablarán de eso.

—Escuelas plurilingües.

—No. Suena aburrido,

—Acuerdos de Paz.

—No, no, no. —USA se levantó del suelo en el que él y Rusia estaban acostados y miró a su compañero—. ¿Es que es difícil obtener un buen tema?

Ambas representaciones estaban en el techo del centro comercial. No había nadie ahí y necesitaban silencio. La excursión y visita a las tiendas de dulces y juguetes no les dio ningún resultado, por lo que al final optaron por buscar un lugar tranquilo para pensar.

Comenzaba a pardear. El cielo se pintaba de naranja y azul mientras los bañaba de los últimos rayos de sol.

—Entonces no hagamos nada y que nos sancionen. —Rusia se encogió de hombros—. No tengo mucho que perder.

—Rusia —dijo USA con tono hastiado. No necesitaba un Rusia depresivo en ese momento, necesitaba al Rusia fuerte y rudo que mostraban en las propagandas de su país—. No tienes permitido morir antes de hacer el proyecto. Después.

—¿Y quién dijo que planeo morir? —se quejó mientras se daba vuelta sobre sí—. ¿Tienes alguna clase de fantasía sobre muertos? Ya van muchas veces que lo mencionas.

—Ah —suspiró—. Olvídalo. No tengo idea de qué podemos hacer.

—Y sólo tenemos un día más para pensarlo —rio—. Yo digo que huyamos a la selva y nos alimentemos de plantas e insectos. Sobreviviremos cazando.

USA alzó una ceja.

—¡Claro que no! Yo no sé cómo ni dónde cazar. ¿Dónde voy a cazar unas alitas barbecue?

Rusia lo vio de reojo y, sin poder evitarlo, empezó a reír. Se hizo bolita y llevó una de sus manos a su boca para tratar de disminuir el ruido que sus carcajadas producían.

USA tampoco pudo evitar la pequeña sonrisa que se le escapó.

Tenía tiempo de no ver a alguien reír así. Al menos no un eslavo. O, en específico, un hijo de URSS. Según recordaba, los niños solían ser juguetones y risueños, pero ser criados por un hombre duro que se preocupaba más por una guerra no era sencillo.

Tarde o temprano todos terminaban aprendiendo las actitudes con las que habían crecido.

Miró al atardecer desde el frio suelo del centro comercial. Les quedaba poco tiempo. La mayoría de temas aún no estaban tomados, pero aún era difícil decidir cuál escogerían. La página donde las representaciones entraban a reclamar un tópico permanecía en la pantalla de su celular, llamándolos.

TornDonde viven las historias. Descúbrelo ahora