Prologo

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Cabello: Listo

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Cabello: Listo.

Aretes: Listos.

Outfit: Listo.

Maleta: Lista y en el auto.

Desayuno: Listo.

Alexis tachó la última cosa de su lista de cosas por hacer al ver que todo estaba preparado para el viaje, o bueno, casi todo: USA ni siquiera se había levantado de la cama y el tiempo para ir al aeropuerto comenzaba a acabarse. A ojos de Alexis, su asistente, USA lucía como lo que consideraba "un pordiosero".

Faltaban quince minutos para las diez de la mañana cuando el representante del país norteamericano decidió que era bueno ponerse de pie, a pesar de que llevaba cerca de una hora acostado en su cama, viendo el vacío.

Alexis estuvo a punto de llorar de felicidad el verlo bajar para desayunar un plato de fruta que había preparado para él, pero todo rastro de alegría se fue borrando de su cara mientras veía a USA acercarse al comedor con una lentitud digna de una tortuga.

USA bostezó y llevó un trozo de sandia a su boca, dio un pequeño mordisco e hizo una mueca de desagrado. Con la misma pereza con la que había bajado las escaleras, estiró su mano al centro de la mesa y echó un poco de chile en polvo a su desayuno, dándole por fin el visto bueno. México, su mejor amigo de toda a vida, le había aconsejado que siempre que su comida no le gustara, probara agregarle picante.

La nación volvió a bostezar y por fin abrió los ojos para ver al joven muchacho con una cara de sueño.

—Buenos días —saludó—. ¿Qué tal tu mañana?

—Señor América —titubeó nervioso—. ¿Por qué se ha levantado tan tarde? Debimos estar en el aeropuerto desde hace hora y media.

USA inclinó la cabeza de lado, aún adormilado y asintió.

—Lo siento, se me hizo tarde.

—Sus maletas ya están en el auto y me he tomado la libertad de buscar una vestimenta para lucir adecuado durante el viaje, así como un nuevo peinado.

USA bajó la mirada a su plato ahora sin fruta y volvió a ver a su asistente.

—No era necesario, ya había preparado todo desde hace días. Aun así, gracias.

Ambos hombres se quedaron en silencio mientras las manecillas del reloj en la pared seguían moviéndose, notificándoles el paso del tiempo. Ninguno hizo ninguna otra acción y Alexis comenzó a ponerse nervioso. El avión salía

Alexis vio la hora y tembló.

—¿No estará usted tratando de perder su vuelo, cierto?

—No se atrevería a hacerlo —rio Arizona desde la puerta de la cocina—. Francia llamó anoche para amenazarlo.

USA sonrió levemente.

—Buenos días, Ari, ¿qué tal tu mañana?

Arizona chisteó a la vez que se despegaba de su lugar y se movía para llegar con USA.

—Pues irá mejor que el tuyo si no te apuras.

Arizona conocía a USA como la palma de su mano. Sabía cuales eran las intenciones de su "jefe" al levantarse tan tarde y tratar de perder el tiempo: no asistir a la reunión de ONU que tanto llevaba evitando.

Arizona no entendía el porqué de eso y no le importaba mucho, pero sabía la importancia de aquellas juntas. No se realizaban de forma seguida, pero cada que se hacían era por una buena razón y USA no podía seguir ignorando su trabajo como representante de tan importante nación sólo por algún extraño motivo.

Para ser sinceros, a Arizona le sonaban divertidas las juntas, pero entendía porque para su "jefe" no. Pues a diferencia de a la creencia popular, USA no era extrovertido y, de hecho, prefería no asistir a fiestas o lugares donde mucha gente de reuniera.

La clase de vida que a USA le gustaba llevar chocaba enormemente con la rutina que la Junta de los 195. Un viaje que duraba casi tres meses en los que todos los días convivía con decenas de representaciones para llevar a cabo un proyecto en definitiva sonaba agotador.

—Levántate y ve a vestirte —le dijo a USA—. Alexis llamará al chofer que te llevará al aeropuerto.

Arizona miró al humano que asintió con euforia al ver que alguien lo había salvado de tener que "pelear con USA".

Alexis era nuevo en su trabajo. Llevaba siendo asistente de USA apenas un mes y todavía no se atrevía a exigirle cosas (como obligarlo a levantarse temprano para tomar un vuelo). Arizona decía que le faltaba confianza en sí mismo.

USA rodó los ojos y se puso de pie con pereza, casi como si le pesara el mero hecho de existir.

Arizona se rio y le dio una patada detrás de las rodillas que lo hizo tambalearse.

—Apúrate a arreglarte sino quieres irte así y "quemar" tu reputación —se burló.

USA corrió a verse en un espejo ante tales palabras. Miró su apariencia y tuvo escalofríos. En definitiva, no quería nadie que lo viera así. Su reputación se acabaría si alguien se enterara que USA se despertaba luciendo como un zombi y no como un príncipe de película.

—Corre tiempo, América.

Con eso dicho, USA no vio otra opción más que apresurarse al segundo piso hasta su habitación y tratar de verse lo más presentable posible. 

Antes muerto que dejar que alguien lo viera así. 

Me arrepentí del prologo de ayer y mejor lo cambié

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Me arrepentí del prologo de ayer y mejor lo cambié. 

Espero que le guste esta nueva historia con la que he vuelto. 

Hace unos días estuve viendo mi última historia publicada y la que creí que estaba bien narrada y me dio pena al ver los errores que tenía. Espero haber mejorado desde On The Ground.

Tuve una especie de descanso de la escritura de casi medio año en el que comencé a ir al psicólogo de nuevo y espero que me ayude esta vez. Mi psicóloga dijo que debía dejar de autoexigirme, pero, eh, es un proceso y no voy a dejar de escribir ahora. 

En fin, trataré de publicar cada dos o tres días a partir de ahora y no diariamente como los tenía acostumbrados. Según la idea que tengo de la novela esta no debería pasar los 50 capítulos. 

Con eso dicho, les dejo algo con lo que me identifico:

Con eso dicho, les dejo algo con lo que me identifico:

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