03; La fiebre del oro

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Habian transcurrido varios meses desde la ceremonia de selección, y Lexine estaba radiante de felicidad. Aunque Severus ahora se encontraba sin la compañía de ella y de Lily, parecia haber hecho muchos amigos en Slytherin, pero aún pasaba la mayor parte del tiempo entre clases con ellas.

Les habian asignado compartir dormitorio con unas chicas encantadoras con las que rápidamente entablaron una amistad sólida. Una de ellas era una hermosa rubia llamada Marlene Mckinnon que introdujo a la pelinegra al fascinante mundo del rock, mostrandole una pila de discos y revistas que exploraban este género musical que le parecia tan único. La chica Snape quedo impresionada por los cortes extravagantes, los pantalones ajustados y las chaquetas que solían llevar hombres y mujeres en esas fotos. Además, había uno en particular que siempre destacaba con un rayo de color rojo pintado en su rostro. Dorcas Meadowes era otra de las chicas en la habitación, con unos rizos oscuros y su personalidad vibrante,le gustaban mucho los colores y se la pasaba pintando en las paredes,aunque a la mañana siguiente estas pinturas desaparecian. Sin embargo, Alice, aunque muy simpática, pasaba menos tiempo con las chicas debido a que tenía mas amistades en Hufflepuff.

Esa mañana, Lexine se despertó con emocion. Había quedado en encontrarse con Remus para estudiar antes de su primer examen de Historia de la Magia. Aunque en realidad entendía todo lo que habían visto en clase, veía en esa sesión de estudio la excusa perfecta para pasar tiempo con el chico que, con el tiempo, se había dado cuenta de que le gustaba. Aunque le daba vergüenza admitirlo, especialmente frente a Lily, su astuta mejor amiga, quien siempre lograba interrogarla.

-Lily, te lo he dicho mil veces, es solo un amigo. Además, es muy inteligente y seguro que me ayuda a prepararme para el examen -exclamó Lexine, intentando librarse de su amiga que caminaba con ella por los pasillos, cargada de libros y acompañada por Severus.

-Nadie te cree esa excusa, Lex. Podrías haberme pedido ayuda a mí. Además, no te he visto tener absolutamente ninguna dificultad en las clases del profesor Binns -respondió Lily con una mirada perspicaz, mientras continuaban caminando.

-Ese chico Remus es un poco extraño, ¿no crees? ¿Viste la cicatriz en su cara? ¿Le preguntaste cómo se la hizo? Parece un rasguño de... -pero Lily lo interrumpió rápidamente.

-No se opina del aspecto físico de los demás, Sev. No creo que Lexine haya sido tan imprudente de preguntárselo, ¿verdad? -dijo la pelirroja, lanzándole una mirada de reproche a su amiga.

Para evitar un sermón, Lexine asintió con la cabeza en señal de negación,pero la verdad era que si le había ganado la curiosidad y se lo habia preguntado en la ceremonia de selección,pero jamás volvió a tocar el tema después de eso.

El sonido estruendoso de los libros al caer al suelo resonó por todo el pasillo, atrayendo las miradas curiosas de las personas que se encontraban cerca. La causa del alboroto era evidente: Sirius Black y James Potter habían empujado a Severus, provocando que este tropezara con Lily y todos sus libros se esparcieran por el suelo. La pelirroja, visiblemente avergonzada, se apresuró a recogerlos mientras su hermano le brindaba ayuda.

-La próxima vez, presta atención por dónde caminas, Quejicus -gritó James Potter con una risa burlona, disfrutando de la situación.

- ¡Quizás deberías preocuparte más por tus lentes que por los de los demás, cuatro ojos! A menos que prefieras que sin querer los tire a la basura y tengas que vivir en un mundo borroso como tu sentido del humor.- Exclamó Lexine con determinación.

Las palabras de la chica provocaron un murmullo entre los presentes, algunos asintiendo en acuerdo mientras otros observaban con expectación cómo se desarrollaba la escena.

La pelinegra se alejó del lugar dejando atrás el bullicio del pasillo mientras se dirigía hacia la biblioteca. Sabía que allí encontraría a Remus Lupin, el chico con quien había acordado estudiar. A medida que se acercaba, sentía una mezcla de emoción y nerviosismo. Aunque los sentimientos hacia él seguían siendo los mismos desde la primera vez que lo vio, ahora podía hablar con él con más naturalidad, sin balbucear ni hablar de más.

Sin embargo, aunque había aprendido a controlar sus emociones para no ser tan obvia, Lexine era consciente de que confesarle su amor a Remus no estaba en sus planes. Sabía que era demasiado joven para enfrentarse a la posibilidad de un corazón roto, especialmente porque el chico no había dado ningún indicio de que sintiera lo mismo por ella. Así que, decidida a disfrutar de su amistad sin complicaciones, entró en la biblioteca con una sonrisa en el rostro, lista para sumergirse en los libros y en la compañía de Remus.

El castaño se veía notablemente cansado cuando Lexine lo encontró en la biblioteca. Sus ojos tenían un brillo apagado y su piel parecía más pálida de lo habitual. Los días anteriores, había faltado a clase debido a una enfermedad,en realidad,casi siempre se enfermaba,el en forma de tranquilizarla le había dicho que tenia una salud delicada,pero normalmente, se quedaba en la enfermería al menos una semana y salia radiante como si nada hubiera pasado,esta vez solo se había quedado tres días. Esos dias en los que estuvo preocupada por su amigo, Lexine habia decididó ir rápidamente a la enfermería para visitarlo, pero Madame Pomfrey no la dejó entrar. Según la mujer, el chico estaba sufriendo de un resfriado "altamente contagioso", por lo que debía permanecer aislado.

Lexine supuso que la palidez y el aspecto demacrado de Remus se debían a su proceso de recuperación. Sin embargo, su sorpresa fue aún mayor cuando notó que sus manos estaban vendadas. ¿Cómo había terminado con las manos heridas además de lidiar con un resfriado?

Con estas dudas rondando en su mente, Lexine se acercó con cuidado a Remus,pero no hizo ninguna pregunta,sabía que,aunque no lo decía por parecer amable,le incomodaba hablar de sus asuntos personales.

-Hola, Rem, perdón por llegar tarde,tuve un agradable encuentro con tus amigos en el pasillo -dijo con un toque de sarcasmo mientras se acercaba a su amigo. Se sintió satisfecha al ver que su comentario provocaba una débil sonrisa en el.

-Ellos no son tan malos, en realidad,deberías conocerlos. ¿Puedes creer que ademas de a mi ,incluyeron a ese chico Peter Pettigrew en su grupo? osea no quiero decir que sea algo malo,pero sinceramente cuando me entere que deberia compartir habitacion con ellos pensé que iban a burlarse de nosotros,pero todo lo contrario. Aunque debo admitir que no son los mayores fanáticos de tu hermano. Cuando les dije que eras su hermana, no podían creerlo. Todos estuvieron de acuerdo en que eres muy bonita y tienes un temperamento muy distinto al de Severus -explicó Remus con una expresión tranquila.

Lexine arqueó una ceja con curiosidad. ¿Los chicos realmente se dedicaban a hablar de ella en su habitación? De ninguna manera ella se haria amiga de esos chicos tan molestos,pero más importante aún, ¿Remus también pensaba que era bonita?

Remus notó su gesto y agregó rápidamente: -Claro que yo les dije que eras muy agradable.

El rubor invadió las mejillas de Lexine ante el halago inesperado, así que decidió cambiar de tema rápidamente. Sacó sus libros y comenzó con la lección, aunque su mente aún daba vueltas por el cumplido.

TAKE ME AWAY || Sirius Black ★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora