⤹「 ✦ TAKE ME AWAY✦ 」
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Lexine Snape, una chica que es rechazada por su familia.
Sirius Black, un chico que rompe la tradición familiar quedando en Gryffindor.
¿Quien puede decir que no son el uno para el otro?
muchas decepciones despues...
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En un frío día de noviembre, mientras la nieve cubría cada centimetro de verde en los campos de Hogwarts, Lexine aguardaba ansiosa por su primera salida a Hogsmeade. Con astucia, obtuvo la firma de autorización de su madre, Eileen, ocultándoselo a su estricto padre, Tobias, quien nunca habría dado su consentimiento. Envuelta en su bufanda y gorro de invierno, Lexine se unió a sus compañeros de tercer año en la emocionante aventura. Aunque sabía que no podría comprar nada en las tiendas como Honeydukes o probar la famosa cerveza de mantequilla, su entusiasmo por explorar el mágico pueblo era indomable.
-Estoy muriendo de hambre- anunció Peter con un quejido audible.
-¡Casi llegamos! ¡Mi mamá me dijo que en Honeydukes tienen unos bombones que son literalmente explosivos! - exclamó James con entusiasmo, sus ojos brillando con la promesa de golosinas mágicas.
-Yo quiero visitar Zonko, estoy deseando lanzar algunos polvos para eructar a ciertos Slytherins tontos - susurró Sirius a James con una sonrisa traviesa, asegurándose de que Lexine no escuchara, pues ella conocía demasiado bien su particular interés en experimentar con Severus.
-Te escuché, Sirius - reprendió Lexine a su amigo con una mirada divertida.
-A veces deberías relajarte un poco más - le dijo Sirius, rodando los ojos con complicidad.
-¡Miren, ya llegamos! - anunció Remus, interrumpiendo la conversación con un tono de emoción palpable.
Con ojos brillantes de emoción, todos levantaron la mirada para contemplar el pintoresco pueblo que se extendía ante ellos. Las tiendas, con sus fachadas encantadoras, parecían invitaciones a la diversión. El bullicio de los estudiantes de Hogwarts llenaba las calles.
Un delicioso aroma comenzó a impregnar el aire a medida que se adentraban en el pueblo, haciendo que el estómago de Lexine gruñera de anticipación. El viento gélido azotaba sus mejillas como látigos, recordándole la crudeza del invierno.
-¡Miren, allí! - exclamó Lexine, señalando hacia una tienda cercana, con la esperanza de encontrar refugio del frío que la abrazaba con cada ráfaga de viento.
El grupo de amigos se acercó con curiosidad a la icónica taberna de Las Tres Escobas. El edificio de piedra, con su techo de paja cubierto de nieve, emanaba un aire acogedor. Las luces cálidas de las lámparas titilaban en las ventanas, invitando a los visitantes a adentrarse en su interior.
Al cruzar el umbral, fueron recibidos por el reconfortante calor del fuego crepitante en la chimenea. El ambiente estaba impregnado de un agradable murmullo de conversaciones animadas y risas. Mesas de madera desgastada estaban dispersas por el salón, algunas ocupadas por grupos de brujas y magos que disfrutaban de sus bebidas y delicias.
El aroma tentador de estofado de carne y cerveza de mantequilla flotaba en el aire, estimulando los sentidos de los jóvenes magos. A lo largo de las paredes, se exhibían numerosas escobas de diferentes modelos y tamaños, algunas con aspecto antiguo y otras relucientes y nuevas, invitando a los clientes a probar la última tecnología en vuelo.
