Falsos latidos de amor

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Desde que empezamos hablar sentí una conexión increíble, como si hablar con el fuera algo que hiciera desde que era niña, sentía que podíamos hablar de cualquier tema, y aunque duramos un tiempo hablando antes de vernos, sabia que cuando nos viéramos esa conexión no haría algo diferente a volverse más fuerte.

La primera vez que nos vimos fue como si el universo me estuviera mandando eso que tanto necesitaba. Estaba en mi casa cuando mi mejor amiga de ese entonces Lora me escribió para que me quedara con ella porque no se sentía muy bien, pero Artie me había escrito  para vernos por primera vez, yo quería verlo y entonces llame a Lora

-"Holi mor (Lora y yo nos decíamos así de cariño), como sigues?"

- "Hola mor, mas o menos, si puedes venir?"

-"Sí, pero quiero salir con alguien hace mucho y hasta ahora podemos, ¿te molesta si voy estoy un rato contigo, salgo con el y vuelvo a tu casa y me quedo contigo?"

-"Bueno, pero traes helado loca"

Después de la conversación con Lora le escribí a Artie para confirmar nuestra cita y el quedo de recogerme en casa de Lora.

Cuando vi a Artie mi corazón supo de inmediato que era el con quien quería estar, pero mi razón se negaba  a dejar entrar a alguien que podía terminar de destruir lo que ya estaba suficientemente mal.

"Estas hermosa, yo pretendía ir por un café"- Dijo Artie mientras me miraba con la sonrisa más hermosa que había visto hasta el momento, yo tenia un vestido negro, con un saco naranja, medias negras y tenis. Para mi en ese momento era algo usual, me encanta vestirme bien para sentirme bien y que el resaltara eso, genero una sonrisa inmediata

"Estoy normal"- Respondí un poco sonrojada

Fuimos a un cafe-bar cerca a la casa de Lora, aunque estaba nerviosa al principio cada parte de la conversación me hacia confirmar que nuestra conexión era increíble, me sentía tan cómoda con el, tan segura. En un punto ya habían pasado horas y yo no había comprado aún el helado de Lora, así que le dije aunque sabia que tendría que irme y no quería irme aún.

-"Lora esta escribiendo, quiere el helado por el que dejo que la abandonara y saliera contigo"- Le dijé con una risa nerviosa, no quería irme aún, estaba feliz

-"vamos compramos el helado y te llevo, ¿te parece?"- Me dijo con una sonrisa y la mirada más tierna, con sus ojos verdes que cada vez que los miraba me sentía fuera de este planeta.

- "¿Seguro?, ya es tarde y no quiero molestarte, dando vueltas"- Le pregunte con la esperanza de que me dijera que si, quería pasar mucho más tiempo con el pero no se lo iba a decir, era la primera vez que nos veíamos, solo iba a pensar que estaba loca, yo pensaba que estaba loca por sentir tantas cosas por el tan rápido.

-"Obvio, yo feliz de pasar más tiempo a tu lado"- Me dijo sonriéndome

Mientras, estábamos en el carro buscando por toda la ciudad un helado a las 11 de la noche, hablamos de más cosas sobre nosotros, coqueteamos, nos reímos y se sentía como si el tiempo no pasara. Mientras yo buscaba algo en mi cartera las llaves cayeron y no podía encontrarlas, nos detuvimos en un semáforo y Artie se inclinó a mi lado, su proximidad desató un torbellino de sensaciones en mí. El deseo de besarlo apasionadamente inundó mi mente mientras sus ojos se encontraban con los míos.

"Me encanta estar cerca de ti", susurró con una sonrisa que hizo vibrar cada fibra de mi ser. La única respuesta que pude dar en ese momento fue una sonrisa nerviosa.

Cuando llegamos a casa de Lora, él me acompañó hasta la puerta y sentí su proximidad acercándose lentamente. Su beso de despedida hizo que todo mi ser vibrara con pasión como nunca antes. Nos separamos por un instante.

"No quiero irme, tus besos me encantan", susurró mientras nos mirábamos, riendo nerviosamente. "Descansa, preciosa", murmuró antes de besarme de nuevo para luego irse.

Cuando se fue me quede pensando en sus besos y en como me hacían sentir, en como en sus brazos era la mujer más feliz del mundo, como lograba que todo el dolor que estaba sintiendo en ese momento simplemente desapareciera, simplemente no podía dejar de sonreír. Pero mi cabeza y mi corazón empezaron a sentir miedo porque sabía que eso me iba a llevar a ser o muy feliz con el o terminar muy herida