Rafe y Megan, se conocen desde niños, no se llevan del todo bien pero se soportan, Rafe es el clásico niño rico egoísta y clasista, mientras Megan es la clásica chica bonita y popular.
No hay nada interesante en ellos dos, oh al menos así era antes...
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Megan.
La mañana siguiente, desperté por el sonido de una notificación en mí celular, Rafe ya no estaba, Kelce tampoco, solo Topper que ahora estaba en el sofá.
Tome mí celular y ví un mensaje de Sarah, hasta que por fin. “Hey, perdón por no responder, estuve ocupada." Leí el mensaje y estaba 100% segura de que estaba mintiendome.
"Puedo ir a tú casa? Necesitamos hablar." Le envié el mensaje, a los segundos respondió con un "Sí" por lo que me levante de mí cama y saque algo de ropa.
Eran las ocho de la mañana, algo temprano, me acerque a Topper y lo sacudi un poco a lo que él soltó un quejido frunciendo el ceño.
—Topp, mejor pasate a mí cama. —Le dije con un tono suave, Topper froto sus ojos.—
—¿Qué hora es? —Preguntó con la voz ronca y cansada.—
—Las ocho con quince. —Respondí, el solo asintió y se pasó a mí cama a pasos lentos, dejándose caer.—
Tome la sábana y lo cubri mejor, acaricie su cabello y luego me dirigí al baño con la ropa que hace unos minutos había escogido.
Luego de darme una ducha y vestirme, me maquille un poco y planche mí cabello. Salí del baño y baje a la cocina, Kelce y Rafe estaban ahí, desayunando.
—¿Por qué tan arreglada? —Pregunto Kelce.—
—Oh por nada... Tengo una cita. —Dije, Kelce sonrió y Rafe veía su móvil.—
—¿Oh sí? ¿Con quién? Sí se puede saber. —Kelce me miró de forma pícara.—
—Ah-ah, es secreto. —Sonreí llenando un vaso con leche, mientras sacaba la mermelada de piña de la nevera.—
—Yo siempre te cuento mis citas. —Me miró ofendido.—
—Eso es porque nunca te puedes quedar callado. —Lo miré y Rafe soltó una risa que intentó esconder.—
—Aja... ¿Es guapo? —Alzó una ceja.—
—Umm, sí. —Sonreí, a veces Kelce parece una chica.—
