Un Último Héroe.

Capítulo 1

17 años después.

Los primeros rayos del sol comenzaban a cubrir las hojas de un próspero y espesó bosque, en un pequeño claro rodeado por este bosque, una gran cabaña era iluminada por dichos rayos del sol.

Pero toda la calma de la mañana fue interrumpida cuando un gran rayo de luz salió disparado desde un cuarto en la parte trasera de la cabaña, el cual golpeó un árbol y lo derribó.

La explosión rompió toda la calma del bosque, causando que todos los pájaros alrededor huyeran del susto.

Bell: ¡¡Funcionan...!! (Gritó eufórico, mientras veía feliz las armas en sus manos, las cuales lentamente dejaban de brillar)

Zeus: ¿Qué demonios estás haciendo tan temprano mocoso...? (Preguntó molesto, saliendo de la cabaña y caminando en dirección del chico)

Este ignorando totalmente al hombre, escribía rápidamente unas notas en un diario, dejando sus armas en una mesa a su lado.

Bell: El diseño es un poco diferente pero funcionan de la misma manera, al final jugar LoL sirvió de algo, aunque todavía tienen rango de mejora, posiblemente si algún día viajo a Orario o tal ves si le envío una carta al idiota de Hermes pueda conseguir unas cuantas gemas de mejor calidad la próxima vez que venga... (Murmuraba rápidamente, causando que el hombre lo mirara como si estuviera loco)

Zeus: No se que tanto murmuras, pero aún no entiendo para que armaste estás cosas... (Habló mientras revisaba las armas, las cuales brillaron levemente ante su tacto)

Bell: Estás cosas, como tú le llamas, son armas de luz... concentran la magia del usuario y disparan un rayo de magia... ya te lo había dicho... (Habló un tanto molesto, aunque se alarmó levemente cuando el hombre apuntó a la cabaña, aunque no ocurrió nada) Debes tener la voluntad de disparar o el arma no hará nada... Ya te lo había dicho... (Habló en un tono plano, solo para seguidamente un gran rayo de luz pasará sobre el, perdiéndose entre las nubes)

Zeus: Interesante... (Habló sorprendido por el arma, la cual soltaba un poco de vapor desde su cañón) Pero aún no entiendo, tienes magia y una gran variedad de hechizos gracias a Alfia, por qué crear esto... (Habló en un tono plano, viendo como el peliblanco se había lanzado al suelo después del disparo)

Bell: Si me sobrepasó con los hechizos puedo tener una mente cero, con estas bellezas puedo seguir luchando incluso si tengo muy poca magia... (Habló en un tono serio, mientras le quitaba el arma al hombre, quien lo miró con sospecha) "Además, he visto demasiados Isekai como para saber que pronto va a aparecer algo que me dejara medio muerto, prefiero estar preparado antes que volver a morir..." (Pensó mientras caminaba en dirección de la habitación que estaba detrás de la cabaña, dónde guardo las armas en un baúl de madera reforzado con magia, ignorando la mirada del hombre)

Mientras ordenaba su taller, bajo la atenta mirada de Zeus, el peliblanco pensaba en su futuro, hace ya un par de años Alfia, la mujer que lo cuido desde pequeño, había muerto, Zeus pronto tendría que ascender al cielo y aunque no lo quisiera, él tendría que irse de la cabaña, aunque con muchos dioses y monstruos vagando a sus anchas por el mundo, temía que su vida llegará repentinamente a su fin gracias a su estupidez, no quería experimentar la muerte una segunda vez.

Pero de la nada y gracias a una magia que creó y perfeccionó con ayuda de Alfia usando parte de los conocimientos de su mundo anterior, sintió como unos visitantes inesperados se acercaban.

Bell: Oye anciano, Hermes y su capitana están a 3 kilómetros de aquí, será mejor que no tengas un caos en la cocina... (Habló en voz alta, saliendo de la habitación y cerrándola, solo para seguidamente ver con cara de palo la expresión aterrada del hombre, mientras que sentían el claro olor a comida quemada) Si sigues así, agotarás nuestras reservas... (Gruñó mientras veía como el hombre se adentraba en la cabaña corriendo, lo que le sacó un suspiro irritado) Este será un largo día...