El cuarto fue envuelto por el silencio intermitente, cortado por las respiraciones costosas del joven Nara y los susurros de aliento de su madre. Temari lo estrechaba suavemente, extendiendo esta acción por minutos antes de soltarlo suavemente y fijar su mirada en aquellos orbes aguamarina que tanto la llamaban a su hogar.—Dai, tu sabes que soy una ninja tanto como tu padre o como tu mismo... —con tranquilidad, Temari mostraba sus cartas; sabía que la lógica de Shikadai estaría de su lado, por más que su corazón se encontrara dividido. La rubia pasó con suavidad su mano derecha por el rostro de Dai, limpiando cualquier rastro de lágrimas— Mi aldea natal siempre ha sido más dura que esta. Protegeré a mi equipo y volveremos junto con Sasuke.
—Sarada... ¿ella lo sabe? —Temari negó ante la pregunta de su hijo.
—Y esperemos que no se entere hasta luego de nuestra partida, es lista y entendería la gravedad de la situación al ver al equipo convocado.
Shikadai no soltó palabra alguna, sería inútil seguir intentando cambiar la opinión de su progenitora. Aunque lo más molesto de todo podía ser lidiar con el carácter de Sarada cuando se enterara; Dai hizo una nota mental sobre mantenerse alejado de la Uchiha para evitar salpicaduras de la matanza. Mientras tanto, Temari continuó con los preparativos para su misión.
—Ya que no tienes intenciones de ir a entrenar, ve a bañarte —ordenó la mujer—. Hoy es la cena en la casa Uzumaki; debes empezar a prepararte —el joven Nara bufó en respuesta.
—Qué fastidio... Es solo Boruto y su familia —ante aquella afirmación, la vista aguamarina de la mujer se fijó en su hijo.
—Sigue siendo la familia del Hokage —Shikadai evitó la mirada de su madre al escucharla, soltando un bostezo acompañado de murmullos de flojera y fastidio.
—¡Ay! ¡Mamá! —Haber evitado la vista de Temari no había sido la mejor estrategia, puesto que la mujer aprovechó aquella vía libre hasta la oreja de Shikadai para agarrarlo y comenzar a arrastrarlo hacia el cuarto de baño a pasos pesados.
—Ya dejé preparado el maldito postre que me pediste para llevar a la cena con el Hokage —comenzó Temari; el pasillo de la residencia Nara haciéndose extrañamente largo para impresión de Shikadai—; y ahora que no se me quemó la molesta Crema del País de las Nubes que tanto disfrutan ustedes dos, par de vagos, no tendrás el lujo de saltarte el entrenamiento y encima no prepararte como se debe.
La rubia hacía caso omiso a las quejas por parte de su hijo, mas no tuvo que voltear a verlo para saber que el ninja estaba preparando una de sus técnicas más características.
—Shikadai Nara, no se te ocurra jugar con esas sombras; de hacerlo, la parada que habías hecho en la residencia Uchiha ye parecerá hasta bonita comparada con el lugar al que te mandaré —Así, la resistencia desapareció. Y, una vez dentro de la habitación de Dai, la rubia lo empujó dentro del baño con las cosas necesarias. Cerro la puerta y dio su última orden desde el otro lado.
—¡Lávate bien, que revisaré detrás de las orejas! —Temari esperó junto a la puerta con una sonrisa de suficiencia. Una vez su hijo dejó salir una última queja, la manera Nara de decir "está bien", Temari salió del cuarto y volvió a su alcoba.
Temari no estaba segura de qué esperar por parte de su hijo en cuanto a su reacción frente a la misión; especialmente después de lo que Shikamaru le dijo "tú le explicarás tu suicidio a Dai". Suspiró, recordando los luceros aguamarina inundados de su hijo; definitivamente no esperaba una reacción así. Shikadai siempre había demostrado ser un niño fuerte que comprendía lo crudo que podía llegar a ser el mundo exterior. Quizás el saber sobre esa misión fue la gota que colmó el vaso; el momento en el que la realidad golpeó a su hijo y todo lo que aprendió sobre los ninjas fue sentido en carne propia.
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InoTemaCho - Familia Nara
FanfictionCon la nueva paz instalada en Konoha y el régimen del Séptimo Hokage, Naruto Uzumaki, siendo uno para admirar en todo el mundo ninja; el señor de la Aldea Escondida entre las Hojas no puede darse el lujo de perder a su consejero enviándolo a una mis...