CAPITULO 7

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La noche era la misma donde quiera que se ponía el sol, pero la noche que llegaba a este castillo era inusual. Una noche tóxica, pesada, solemne y profunda. Como si el día, que parecía un lugar donde vivía gente, fuera una broma.

Un aire delicado fluía por todas partes, lo que hacía que la gente fuera tan cautelosa como una presa. Incluso las sombras proyectadas en el pasillo eran como pantanos, por lo que si iba por el camino equivocado, parecía enredarse en sus tobillos. Los recuerdos de quedarse dormida mientras lloraba suavemente todas las noches cuando llegó por primera vez a este castillo, surgieron.

'Ya no sucede con tanta frecuencia, pero...'

Después de regresar a la edad de 11 años, comenzó a intentar adaptarse, pero esta oscuridad comenzaba a sentirse espeluznante nuevamente por primera vez en tres años.

━Vamos, señorita. Sígueme.

Sin que nadie la abriera, se abrió la puerta del comedor.

━¿Estás aquí?

━Sí...

Hemos comido aquí juntos varias veces antes, pero el ambiente de hoy era algo diferente.

En lo alto de la larga mesa estaba sentado el Gran Duque, en el lado derecho de la mesa estaban sus dos hijos.

━Siéntate.

¿Sería una ilusión si todo en el comedor estuviera pulido más brillantemente que en su memoria? Los muebles no eran excepcionalmente brillantes. Pero el Gran Duque y sus hijos estaban todos vestidos majestuosamente.

'Estás vestido de manera vergonzosa...'

Por otro lado, Sienna estaba vestida con ropa del orfanato porque su ropa nueva aún no estaba lista. Toda la ropa pasó por las manos de Madame Deborah, pero los restos de tela de algodón áspero no pudieron transformarse en seda.

De todos modos, ya había pasado la edad para avergonzarse de la propia ropa. Pero sentía un poco de curiosidad acerca de sus intenciones.

'¿Estás haciendo esto para matarme?'

El Gran Duque, Ashiel y Michael también observaban en silencio a Sienna sentada en el lado izquierdo. Sienna suspiró por dentro.

'Sí, lo sé. Aunque no los mire, sé muy bien que soy un objeto extraño que no cabe en este lugar.'

De todos modos, ella no quería hacer contacto visual con ninguno de los tres, así que comenzó a abrir la pieza central de la mesa.

━No era una flor común.

Era una fruta. En un plato con relieve dorado como una fuente gigante, uvas frescas de Khaman colgaban como el agua de la fuente, y encima apareció una gran granada abierta, mostrando cuentas rojas.

EL MUNDO SIN MI HERMANADonde viven las historias. Descúbrelo ahora