La pequeña Leticia estaba enojada y furiosa, encerrada en la habitación mientras escuchaba los ruidos de felicidad de los demás. Por otro lado, Patricia le tuvo que rogar a la directora para que pudiera salir a distraerse un rato. Y así fue, ella al final de todo pudo salir.
Ella buscaba con la mirada a su mejor amigo, pero él no estaba dentro.
—¿Dónde está Xander, no.... no está en la habitación? — preguntó preocupada.
—Él tenía algo que hacer, pero no te preocupes, el vendrá después — dijo rápidamente intentando tranquilizar a la pequeña.
—Él dijo.... Él lo prometió... dijo que la pasaría conmigo ¡Es un mentiroso! — gritó muy desilusionada, él era su única alegría.
—Tranquila mi niña, son cosas que pasan ya las superarás — dijo Patricia abrazándola y sobando su cabellera para calmarla.
El no vino.
Los días pasaron y Xander apareció de nuevo, pero Leticia no le hacía caso, no quería saber nada él. No duro mucho, porque ya para año nuevo volvieron hacer los mejores amigos, luego de que Xander le regalara una fundita de chocolates.
Y así los días pasaron, llegando un nuevo año, otro... otro... y otro año. Los niños habían crecido. Ya no eran unos pequeños, ya eran unos preadolescentes.
Para Patricia, Leticia seguía siendo una niña, le seguía consintiendo a escondidas. Y hoy era uno de esos días, sabía que Patricia no iba a rechazar a lo que ella quisiera. Por eso le pidió que comprara un par de pulseras para tener a juego con su mejor amigo.
—Porfa, porfa, porfa, por favorcito te lo imploró desde dentro de mi corazón y con toda mi alma — seguía con sus palmas unidas sobre el pecho.
—No lo sé Leti ahora no puedo salir, pero si esperas, lo pienso y si digo que si te lo digo — dijo mientras seguía caminando.
—Sí, yo espero y sé que me vas a decir que si, bueno espero que sea un total si, recuerda que me lo das el diecisiete de mayo, sin olvidarte te estoy diciendo con tiempo. — dijo antes de irse — Cierto —se volteo para ver a Patricia y con una gran sonrisa le dijo — gracias Patricia, eres la mejor.
Se fue corriendo para encontrar a Xander. Salió por la parte de atrás para ir a las canchas, Xander había agarrado un balón del camión.
—¿Jugamos? — pregunto Leticia.
—Claro.
A Leticia se le vino un pensamiento, de porque los hombres no practiquen constantemente futbol, aun así, pueden manejar como se debe el balón. Tuvo como media hora intentando quitárselo, hasta que le da coraje y coge mejor el balón con las manos y se lo tira en la cabeza.
—¡Auch, loca enana! — gritó llevándose la mano a su cabeza.
No siguieron jugando y se acostaron en el suelo, Leticia cerró los ojos por el fuerte sol.
[...]
Llegó el día, pero estaba preocupada de que Patricia se olvidara. Una vez sus dos cajitas en la mano corrió donde a su amigo con una sonrisa.
Busque por todas partes a Xander y resultó estar en el columpio junto el lugar perfecto. Corrí hacia él y me senté en el columpio vacío.
—Toma — le tendí la pequeña cajita– es para ti. — dijo con emoción.
Cogió la caja y la abrió despacio, y se asombró al ver el dije de un niño con una pelota y atrás un apodo "Parasito". Él se queda viendo, y se acerca Leticia.
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UN LUGAR EN PAZ
DiversosRegina una niña de tan solo cinco años fue llevada al orfanato, sufrió desde tan pequeña y con el pasar de los años fue sufriendo aún más. Varias personas le mintieron, por culpa de una sola persona, la hermanastra de su madre. Ella solo quiere esta...