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El primer día.
El primer día de clases para Ashley era una emoción.
Es cierto que no era el primer día, pero si para ella, ya que algunas de sus tizas no habían llegado y su madre armó todo un escándalo, que casi despide a una de las sirvientas.
En fin. Ashley tenía 11 años, al igual que todas las niñas. Ese día se había vestido con un hermoso vestido de seda de color grisáceo y celeste, con bordados en la cintura y en lo más bajo del vestido.
Camino hacia la escuela por el bosque, cuando se encontró con una niña de su edad, pelirroja.
-hola.-saludo Ashley, para que ella prestará atención.
La pelirroja la mira sorprendida y le sonrió con alegría.
-¡¡Mucho gusto!! Soy Anne Shirley-Cubthbert.-extendio la mano para saludarla.
Ashley tomo su mano.-igualmente, mí nombre es Ashley Anderson, soy nueva.
-¡¡Lo se!! Todos en Avonlea hablan de tu familia, ¿Es cierto que vienes de un lugar exquisitamente maravilloso?
-Eh de decir que vengo de una gran cuidad, con un extenso y gratificante ruido, aunque la minoría de veces me gusta.-ashley le sonríe y Anne sonríe con felicidad al escucharla decir esas palabras tan complicadas que parecía que las dos comprendían.
-¿Me podrías guiarme hacia la escuela? Porfavor.-pregunto con educación la rubia.
-claro que si, ¿Te puedo decir Ash? Se que es más corto y suena raro pero tu nombre es muy...-Ashley le completo al ver qué no encontraba la palabra.
-¿Raramente extraño pero a la vez gratificante porque parece vanguardista?
-siento que vamos a ser muy buenas amigas.-decreto Anne, y Ash le sonrió.
Pasaron todo el camino a la escuela hablando sobre montones de diferentes temas.
Cuando llegaron a las puertas de la escuela, está aún no había tocado la campana y la pelirroja la arrastró hacia dentro, le dijo que colgará su abrigo y sombrero y la acompañará.
Ashley obedeció en silencio, sabía que la próxima parte era...poco gratificante. Que horrible es no leer el futuro.
Cuando Anne la acerco a las otras chicas ellas la miraron de arriba a abajo, discriminandola inmediatamente. Pero se callaron al ver un escudo en la parte central del vestido, que significaba que la familia era de un apellido importante.
