Habían pasado días desde que Axel me había retenido aquí en este sitio. A pesar de la incertidumbre que me consume, se que cada segundo que paso me acerca más a la verdad que anhelo tanto descubrir. Aunque los días se hacen interminables, mantengo la esperanza de que pronto todo esto quedará atrás. Debo tener paciencia, ella será mi mejor aliada en estos momentos.
—¡Hola! —escuché una voz desconocida que me tomó por sorpresa, levanté la mirada hacia su dirección.
Era un chico de cabello castaño, con el cabello ligeramente desordenado y unos ojos marrones cautivadores que me observaban con una amplia sonrisa. Sus labios se curvaron aún más al ver que no dejaba de mirarlo detenidamente.
¿Y él quién era?
El joven se sentó a mi lado —dije hola, chica observadora—, comentó, y en ese momento reaccioné —sé que soy encantador, pero si sigues mirándome así, pensaré que quieres matarme para traficar con mis órganos.
—¿Quién eres? —pregunté, ignorando lo que acababa de decir.
—Me llamo Asher. ¿Por qué mi hermano te tiene aquí en este lugar horrible? ¿Eres una de sus conquistas? —preguntó, arqueando una ceja.
—Eh... no —respondí, sin entender lo que sucedía—. ¿Eres hermano de ese tipo?
—Si te refieres a Axel como "ese tipo", estoy de acuerdo contigo. Y sí, desafortunadamente, es mi hermano —dijo en tono burlón—. Bueno, y si no eres una de sus conquistas... ¿quién eres?
En ese momento, la puerta se abrió de golpe y me hizo saltar del susto.
Axel lucía enfadado —¿Qué haces tú aquí? ¿Y se puede saber cómo has entrado aquí?
—Bueno, llevabas días sin aparecer por casa, y ayer por la noche cuando por fin apareciste decidí seguirte en la mañana, y sin darme cuenta ya me encontraba aquí —respondió, sonriente —y sobre como entré, tengo mis tácticas.
—Has escuchado el dicho que dice que el chismoso cae al pozo. Pues así terminarás si sigues metiéndote en mis asuntos —dijo Axel bastante molesto.
—¿Quién es ella? ¿Y por qué la tienes en este lugar? —preguntó Asher, mirándome fijamente.
—Acaso no escuchaste lo que acabo de decirte —le gritó Axel, notándose una vena en su cuello—. Eso no es asunto tuyo.
—Quiero saber por qué tienes a la chica encerrada en este cuarto —insistió Asher.
—Eh... anoche estábamos flirteando y la traje aquí —contesto Axel, y yo me quedé boquiabierta queriendo decir algo.
—No seas mentiroso. Esta chica debería estar muy ciega para fijarse en ti —mencionó Asher, sonriendo, mientras Axel se impacientaba—. Además ya le había preguntado si era una de tus conquistas y dijo que no.
—Vale, ella es mi... —dudó para decirlo—, mi novia. Sabía lo pesado que te ibas a poner si lo decía y quería evitar eso.
¿Será... mentiroso?
—Mhm... ¿en serio eres novia de este impresentable?
Axel lo miró con mala cara, antes de fijar una mirada amenazante en mí.
—S-sí, soy su novia —respondí, finalmente.
Se me daba fatal mentir, pero creo que el no se dio cuenta, o prefirió ignorarlo.
—Bueno, está bien, y si es tu novia, ¿por qué la tienes encerrada aquí?
—Ya basta con las preguntas —le contestó Axel—. Sal de aquí de una vez.
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Alas de Traición
Teen FictionEn un mundo donde la traición y los secretos se entrelazan, la vida de Astrid cambia para siempre cuando es secuestrada por su antiguo crush de la secundaria. Obligada a desentrañar el enigma que rodea su origen, se ve envuelta en una red de intriga...