Siempre fuimos el y yo contra el mundo. Un dúo perfecto, nadie tenía la osadía de enfrentarnos. Pero siempre había alguien, que sobrepasaba los límites.
Intentaron separarnos, era la mejor opción para destruirnos. Una cruel venganza pendiente de añ...
Ser la Emperatriz de una gran nación, comenzaba a ser más difícil de lo esperado. Incluso tener que mantener vivos a todos los príncipes y princesas, que una vez di a luz, era difícil.
Siempre fuimos el y yo contra el mundo. Un dúo perfecto, nadie tenía la osadía de enfrentarnos. Pero siempre había alguien, que sobrepasaba los límites.
Intentaron separarnos, era la mejor opción para destruirnos. Una cruel venganza pendiente de años atrás, cobró vida para dañar hasta el alma más pura.
Se abrieron caminos, nuevos sentimientos, nueva historia. Pero nunca fueron reales, ¿mentira? No, era mucho más. Ni siquiera me había dado cuenta que mi camino estaba lleno de flores marchitas, con afiladas y peligrosas espinas. Aún así esa flor marchita con el alma envenenada, me hirió hasta el cansancio con sus espinas y la verdad fue que siempre la tuve a mi lado pero nunca lo admitía.
Era una batalla sangrienta, ni siquiera aquel que estaba fuera de culpabilidad, se salvaba. Incluso aquellos que nacieron de mí y de otro vientre, se vieron envueltos en la guerra del Harén. Todos lloramos, perdimos pero también ganamos.
Sufrí, lloré, sangré y toqué fondo más de una vez. Abrí mi corazón, lo rompieron, tomaban dagas para incrustarlo en él. Lentamente cicatrizaba, mientras me herían una vez más. Sentí que moría, yo perdí mi vida...
Pero a pesar de todo el estaba ahí, ellos estaban ahí. A pesar del daño, renaciamos, para volver a triunfar. Porque nosotros llevábamos el control del imperio, pero nuestros enemigos elegían nuestras tragedias... Aprendí a luchar contra el mundo por él, por nuestros hijos. Y por esa criatura que alejaron de mí.
Siempre lo dije; La piedad no estaba hecha para aquellos que ansiaban proteger algo. Ellos querían el trono, pero yo quería proteger a mis hijos y mi amado. No tuvieron piedad, entonces tampoco la tenía. Sangre corrió, lágrimas que llenaron un Río que antes estaba vacío, corazones destrozados, almas condenadas por algo que se llamaba; Poder oscuro.
Intentaron matar este amor, que sobrepasó barreras. Incluso tentaron con nuestras vidas, la de nuestros hijos. Abrieron heridas, dónde la sangre no pensaba detenerse. Pero una vez más, sané. Resurgi y enseñé a mis frutos a nunca rendirse, hasta ganar una guerra. Yo reencarné cómo el Karma... dispuesta a saldar las cuentas pendientes...
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¡PERSONAJES!
PROTAGONISTAS.
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Anastasia Spencer, conocida en Corea cómo Kim Nam Mi (Reina Madre Imperial) (Emperatriz) Nombre Real: Hümasąh Sultán.
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