Capitulo 3

255 19 4
                                    

YAHAIRA

No sabía que era lo que había pasado, lo único que sabía era que me dolían las piernas, mi intimidad, ya era de mañana, me dolía la cabeza me levanté y miré que un hombre estaba acostado roncando a lado mío, ahí comprendí que es lo que había pasado, empecé a recordar todo y sonreía como tonta, volví a acostarme pero al momento él se despertó asustado.

-¿Qué pasó?—Me miró.

-No pasa nada, solo tengo dolor de cabeza.—El volteo a verme.

-¿Te acuerdas de lo que pasó ayer?—Me miró atento, su voz ronca se escuchaba tan sexy que por mí me te pasaron muchas cosas.

-Perfectamente que quiero repetirlo.

-¿Quieres repetirlo?—El se encimó a darme besos y yo correspondí. ¿Así como ayer? ¿O mucho mejor?

-Si a tu antojo—acaricie su pecho.

-Vas a chupármela antes, será tu desayuno, huevos con chorizo—lo vi sin entender y sonrió coqueto. Es broma.

-Ya te entendí—Asentí y reí. Pero no le digas a nadie.

-¿A quién o a qué le tienes miedo?—me miró. Yo estoy soltero, no tengo hijos.

-Pensé que tenías esposa.

-Negativo, estoy soltero, si estuviera con algún compromiso no estuviera haciendo esto—por cada palabra que me dijo era un beso y me agarró del cuello viéndome dominante. ¿A qué le tienes miedo?

-A nada—Dije tragando hondo.

-¿Tienes pareja?—Alzo la ceja y negué. Ya lo sabía, sé todo de ti, pero estamos perdiendo el tiempo en preguntas—El se levantó jalándome y puso su miembro por mi cara. Todo tuyo mi reina.

Sin pensarlo o renegar lo introduci a mi boca y hacía movimientos lentos, escuché su respiración acortarse y  me agarraba del cabello, wow era tan grande que no sabía que no entraría por completo, los movimientos comenzaron a tornarse más rápido y su respiración cambió aún más, el jadeaba hasta que de una abrió los ojos cuando tocaron la puerta, era Alfredo arruinando el momento.

IVÁN ARCHIVALDO

Estaba tan excitado por lo que ella me hacía, cuando me la chupan es mi momento favorito porque me siento dominante, siento que yo mando en ese momento y de pronto escucha la voz chillante y repugnante de Alfredo.

-QUE VAMOS A DESAYUNAR—escuché que gritó y abrí los ojos, me había arruinado el momento.

-¿Qué es lo que quieres Alfredo, estamos descansando?, tápate mi vida ya regresó—Di la orden y ella obedeció, me puse un short rápido y abrí la puerta. Yahaira está dormida, no haga ruido.

-Raios Iván ella está dormida pero tu pene no—Hizo una cara de asco viéndome allá abajo, así era el, juguetón, decía las cosas sin importarle, era mucha la confianza que nos teníamos.

-¿Por qué me miras ahí? ¿A caso quieres probar?—jugando le arrime mi miembro erecto y él salió corriendo gritando como mujer.

-Después hablamos, cerdo—Reí y se fue, cerré la puerta con llave y me acerqué de nuevo a ella.

-¿En qué estábamos?—La miré y ella se acomodo como estaba antes de que Alfredo llegara y siguió haciendo el trabajo que le había ordenado, esta mujer me estaba dando el placer que necesitaba, el mal humor que tenía en días.

Ella empezó a acariciarse y yo miraba como lo hacía, noté que estaba demás excitada, su cuerpo estaba comenzando a sudar, saqué mi miembro de su boca y prosegui a besarle recostandola lento en la cama.
Baje mis besos húmedos a su cuello, abdomen, hasta llegar a su parte, con la lengua masajee lento su cl1toris y enredaba su nudillos en mi cabello.

YAHAIRA

Este hombre me estaba llevando al cielo con un simple oral, estaba ya en mis cinco sentidos, si ayer no recordaba lo que se sentía pues hoy sí, lo estaba haciendo más rápido y empecé a humedecerme más, sentí como mi parte palpitaba, mi cuerpo pedía a grito tenerlo dentro, en eso el metió tres de sus dedos causándole algo de disguto pero se tornó a placentero, me miró y yo lo miraba a él, movía los dedos lo más rápido que se podía, hasta que de mí empezaron a salir chorros de líquido y mis piernas no paraban de temblar.

Noté como el sonreía y cargándome introducío su miembro, embistiéndome duro, me puso sobre un tocador para que yo me agarrara y lo hice.

-Tus tetas como rebotan, me fascinan—Jadeando me embistió muy duro haciendo que nuestros cuerpos hicieran más ruido.

En su pecho noté su sudor, su cabello desordenado y el jadeando hacia que mi cuerpo pidiera más, me estaba llevado al cielo, jamás había sentido eso, lo que él me hacía era delicioso.

-sigue...así—mis gemidos inundaban el cuarto, mis primeras temblando y de la nada volvió a sale líquido de mi.

Él me volvió a llevarme en la cama poniéndome de perrito y me empezó a dar nalgadas, mis pompas estaban tornándose rojas, dolía pero me gustaba, volvió a entrar en mi junto con eso estimuló mi parte, los gruñidos de el también de escuchaban fuertes.

IVÁN ARCHIVALDO

Estaba haciéndolo tan rico que hasta armarle un chamaco pasó por mi mente, jamás me había llenado de placer como con ella, lo hice a mi antojo, hasta que me empecé a correr dentro de ella dándole embestidas duras y metiéndole todo mi miembro, ella gimio y salí de ella.

Me acosté a un lado y la abracé, ninguno de los dos habló, no podíamos, teníamos que reponernos y reponer nuestra respiración, ella me miró y yo le di un beso.

-¿estás bien?—me pregunto.

-Si, solo siento que me estoy infartando—Ella rio y la mire. ¿Qué?

-No había hecho cardio—Los dos reímos y logré reponerme bien.

-no, créeme que no lo había hecho, así tan duro, aparte recordé que estás cruda.

-Si, me duele la cabeza un poco, pero no podía evitar no hacerlo, mira como tiemblo—sonreí y me sentí tan bien de haberla dejado así y que ella le haya gustado todo esto.

-Te buscaré una pastilla, si quieres báñate y agarra ropa de mi clóset, yo iré a otro baño—ella asintió y se fue a bañar, yo fui a otra habitación, me bañe y salí cambiado a la habitación en donde ella estaba, ya estaba lista. Bajemos a desayunar.

Bajamos los dos agarrados de la mano, las muchachas de servicio nos miraban raro y llegamos a la cocina ahí estaba Alfredo esperándonos y nos miró.

-Nombre ¿quieren una silla para el dolor de piernas?—Sabia a lo que él se refería. Trae una almohada porque aquí la cuñada le va a doler a la hora que se siente.

-Alfredo—lo mire y él sonrió.

YAHAIRA

Quería sonreír al escuchar la palabra cuñada, pero me contuve porque en realidad no sabía si Iván me quería para algo después de lo que hicimos, él abrió una silla y tome asiento, Alfredo me miraba burlón y pregunté.

-¿Sucede algo?—Tomo de su jugo y empezó a reírse.

-Ten algo para el dolor de todo—Se rio y me entregó una caja de pastillas. Escuché todo, para la otra avisen y me salgo de la casa, quedamos traumados, me imaginé todo.









HELOU JAJAJAJA COMO VEN AL ALFREDO?

Perdón por las faltas de ortografía

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Apr 23 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

DELANTE DE MI🔥Donde viven las historias. Descúbrelo ahora