ੈ✩‧₊˚ Nobita durante algunos años cambió de manera impresionante por pequeñas intervenciones que cambiaron su actitud a un punto un tanto grande, por otro lado este nunca se dio de cuenta del amor que se ha ia ganado años atrás cuando viajaba junto...
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- Por fin te encuentro, despues de tanto tiempo
Menciono Lopplet en un tono dulce y suave, mientras se arrodillaba, con delicadeza tomo una de las manos del azabache, depositando un suave beso en los nudillos. Prometiendo de manera secreta proteger a ese amor que deseo tener en sus brazos, nadie los podría separar desde ese momento tan único y sublime. No permitirá que lo apartará de ese hermoso chico que solo le trajo alegría y amor a su mundo entero. Miro para arriba cruzando su mirada con aquel rostro que deseo ver, deteniéndose en aquellos labios regordetes y brillosos de un colo rojo suave. Mientras el cabello largo de Nobita parecía caer como cascadas sobre sus hombros, aquellos ojos oscuros eran tan exquisitos que podría vivir la vida mirando estos.
- Después de tanto tiempo me alegra verte
Nobita no tenía las palabras exactas para expresar como se sentía. Sus mejillas estaban teñidas de un color rojo. Sentía como su corazón palpitaba con tanta frecuencia, no esperaba tal tipo de afecto del adverso era algo que se sentía bien. Sus nudillos parecían estar adormecidos por el tan suave beso del adverso, no tenía idea de cómo expresarse del todo. Sus labios apenas se atrevían a tartamudear por los nervios, era aquella sensación cálida. Había vuelto a su pecho.
- A mi igual Lopplet paso demasiado tiempo, ¿Cómo has estado?
Pregunto en un tono suave y dulce dedicándole al adverso una hermosa sonrisa. Dejando que sus ojos brillarán con aquella calidez y ternura, sin retirar su mano de las manos del peliverde sintiéndose completamente agradecido de poder ver a aquel "amigo" que había ayudado en un pasado. Sus tiernas palabras entraron como hermosos cantos de ángeles a los oidos del adverso quien solo abrazo al azabache de la cintura apoyando su rostro contra cuerpo del dulce chico. Aún sigue de rodillas podría decir que extrañaba escuchar esos latidos. Quería quedarse al lado de su amado para siempre, no quería separar se de aquel hermoso chico.
Mientras para los ojos de Nobita, Lopplet parecía un gatito buscando la aceptación y cariño de su dueño. Sentía como su corazón se aceleraba con rapidez queriendo quedarse hay para siempre, al final Nobita se arrodilló junto al cuerpo de Lopplet correspondiendo el abrazo, dejando que los brazos del adverso rodearan su cintura con sus brazos al parecer teniendo un agarre firme sobre el. Sus cuerpo parecían encajar en aquel tierno abrazo dónde sus miradas se cruzaron y sus respiraciones rozaban sus rostros.
- Con tan solo verte me siento vivo y feliz, tengo miles de cosas que decirte Nobita. No poder estar a tu lado por todos estos años se sintió como siglos. Verte ahora, para mí es un milagro.
El azabache solo pudo sonrojarse ante tal confesión, sus ojos brillaron de ternura en un movimiento no previsto. Lopplet inclino su rostro para poder acercarse a los labios del chico. Rozando sus labios, apenas sintió aquellos labios logro sentir lo suaves que eran, tan sublimes, tan dulces como una fruta exquisita. El peliverde de acercó de manera peligrosa donde los labios de Nobita depositando un tierno beso sobre los labios del azabache. Los brazos de Lopplet pasaron por la cintura de Nobita quien estaba demasiado nervioso para pensar bien las cosas.
