Capítulo 1:

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¿Dónde estoy?

La energía de este lugar es... inquietantemente oscura.

Shen Qingqiu se irguió en la cama, su cuerpo protestando con cada movimiento. Una túnica transparente apenas cubría su forma, revelando un desorden de marcas rojas que se extendían por su pálida piel como un macabro lienzo. Dolor palpitaba en su espalda baja, mientras un ardor extraño se arrastraba por su cuello, pecho y espalda. ¿Acaso había sido víctima de algún insecto venenoso?

Se arrastró hacia el espejo, cada paso una agonía, y contempló su reflejo con creciente alarma. Parecía que un animal salvaje lo había atacado, su piel una ruina de marcas y moretones. Pero había algo más, algo discordante en el aire mismo.

A través de la ventana, el familiar bosque de bambúes de la secta Cang Qiong lo saludó, pero un silencio antinatural envolvía los terrenos. No había rastro de los discípulos que normalmente pululaban por los pasillos. Ni siquiera podía sentir la presencia de Yue Qingyan.

Shen Qingqiu hurgó en su memoria, tratando de reconstruir los eventos que lo llevaron a este momento. Lo último que recordaba era un abrumador mareo, su consciencia desvaneciéndose en la oscuridad. ¿Cuánto tiempo había pasado desde entonces? ¿Horas? ¿Días? La incertidumbre lo carcomía, avivando un fuego de ira en su interior.

—Ning Yingying.— Su voz cortó el aire, afilada como un cuchillo. Pero la normalmente entrometida discípula no respondió a su llamada.

—Ming Fan.— Intentó de nuevo, el nombre de su discipulo más leal como un trueno en el silencio opresivo. Nada.

La frustración y la sospecha crecían con cada segundo, retorciéndose en su estómago como serpientes venenosas. ¿Dónde estaban todos? ¿Por qué nadie acudía a su llamado?

Con los dientes apretados, Shen Qingqiu pronunció el nombre que menos deseaba invocar. —Luo Binghe, te ordeno que vengas aquí de inmediato.—

Silencio. Un silencio ensordecedor, burlón.

Shen Qingqiu apretó los puños, sus uñas clavándose en sus palmas. Algo estaba mal, todo estaba mal.

Era desconcertante. Normalmente, al más mínimo susurro de sus nombres, sus discípulos acudirían presurosos, sin importar cuán trivial fuera la tarea que estuvieran realizando. ¿Dónde se habían metido esos mocosos impertinentes? La frustración comenzó a hervir en su interior.

Un repentino golpe en la puerta sobresaltó a Shen Qingqiu, sacándolo momentáneamente de sus pensamientos.

—Señor Shen, ¿desea tomar el té?— Una voz femenina, suave pero desconocida, flotó a través de la madera. Una voz que no reconoció, que nunca antes había gracia sus oídos.

Shen Qingqiu vaciló, su mano a medio camino hacia la puerta. Xiu Ya no estaba a su alcance inmediato, dejándolo vulnerable. Sin embargo, la voz pertenecía a una mujer, y algo en su tono apaciguaba sus sospechas, sugiriendo que quizás no representaba una amenaza inminente. Con cautela, decidió abrir la puerta.

Nada podría haberlo preparado para la vista que lo recibió. Frente a él se encontraba un demonio femenino, sus rasgos grotescamente animalescos. Las pupilas de Shen Qingqiu se contrajeron violentamente, la ira y la repulsión inundando sus venas como un torrente de fuego líquido.

Pero no podía permitirse actuar por impulso. No en su estado actual, no sin un entendimiento claro de la situación.

Preguntas pululaban en su mente, cada una más urgente que la anterior. ¿Qué hacía un repugnante demonio en la montaña Cang Qiong? ¿Por qué nadie había tratado con esta abominación? ¿Dónde estaban los guardias, los discípulos, sus compañeros maestros?

Alejate de Mí Demonio - Bingqiu (Sistema de Autosalvación del Villano Escoria)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora