3.

912 54 12
                                    

Estaba harta de todo y de todos. Salí con una carpeta bajo el brazo, mi maletín, mi celular y un papel que tenía que entregar a la oficina de Andrés Manuel. Era una petición, se lo dejaría a su equipo para que lo hicieran llegar a él.

Entre las paredes grises y beige de la oficina pude destacar como una mirada estaba en la intensa búsqueda sobre mis ojos, buscando ser correspondida. La juventud en su piel, el cabello brilloso y esa camisa polo me indicaron que era ella.

—Hola Claudia.

—¿Aún no te vas ______? Hablé como si estuviera sorprendida.

Sabía cada minúsculo movimiento de ella.

—No, estoy terminando, mañana es día de subir podcast así que estuve editando todo el día.

—Qué bien. —dije poco emocionada sabiendo cual era el podcast que seguía. Era el tag del enamorado.

—No la veo entusiasmada... Espero que no sea por lo que le dije hoy en la tarde doctora.

—No, no ______ es sólo una crisis del matrimonio, estoy pasando momentos en donde no estoy muy segura de mi posición.

—Lo lamento tanto, pero el señor Jesús es un hombre bueno Claudia, yo sé que... Él te hace feliz a pesar de los momentos de dificultad.

"Él me hace feliz"

¿En serio creer que él quiera seguir a pesar de mis repentinos cambios de humor? —dije rompiendo la tensión entre las dos. Acercándome un poco hacia donde estaba ella.

—Doctora como pregunta eso... Ustedes son la pareja ideal, tantos años juntos, sus hijos, son la familia más linda.

Me dolía cada palabra que salía de su boca. Sonreía por compromiso tratando de verme lo más natural posible pero por dentro quería llorar de frustración, cada día, cada minuto, cada segundo me demostraba aún más que no le importaba de la manera en que yo la quería a ella. Me miraba como su jefa, ni siquiera como una conocida, o como una desconocida al menos.

—Oye... _____ ¿Te molesto si te invito a mi departamento hoy? —se me salieron por sí solas las palabras.

Sus ojos se abrieron por completo, su cara era de susto más que de sorpresa, había ido demasiado rápido para ni siquiera pedirle que se quedara a platicar conmigo en la oficina y directamente invitarla a vernos en mi lugar más privado, no era lo que buscaba transmitir pero, no me podía dar el lujo de hacerla pensar que era una mujer cobarde.

—Doctora ¿Me lo dice a mí?

—Es qué tengo que hacer unos papeleos más hasta tarde y pensé que invitarte a acompañarme sería una buena idea _____. Contigo siempre sale mejor todo. —Hablé con una risa que transmitía todo lo que no estaba sintiendo en ese momento "comodidad, tranquilidad y compañerismo".

—Pues, es que doctora Claudia no quisiera interrumpir entre Jesús y-

—Ah, ah... ¿Entre quienes?

—Perdón. Entre Jesús y tú.

—No, por eso no te atormentes. No va a estar Jesús, él se queda los fines de semana en la casa para organizar sus viajes y hoy es uno de esos días en donde nos damos un descanso de los dos, no tengo planes de otra noche con el mismo rumbo.

—Entonces sí le acompaño doctora, la verdad nunca me imaginé que usted me invitara a conocer un lugar tan particular y profundo es un honor como siem...

—Cariño hablame de tú. ¿Soy tan vieja?

—Claudia, perdón es que no cómo crees... Sólo es que por respeto siempre se me va decirte así.

Claudia Sheinbaum x LectoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora