Capítulo 2: Una ayuda inseperada

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Estaba corriendo por los grandes pasillos y al subir por las escaleras choque con algo.
-Hey ten cuidado por donde vas, ¿estas bien?
Levante la mirada y vi a un chico algo diferente, tenía el pelo blanco y los ojos de un purpura claro, su cara me recordaba a alguien.
-Lo siento no te había visto, ¿tu...eres nuevo?, no me suena haberte visto.
El chico desconocido sonrió.
-Soy Mario, Mario Black soy sobrino del director, me han mandado a Hogwarts unos meses, estoy en la casa de Gryffindor.
-Ya decía yo que me recordabas a alguien, y ¿porque solo unas semanas?
-Bueno dentro de poco me mudare a Estados Unidos así que iré a Livermorny, de momento mis padres me han dicho que me quede en Hogwarts mientras ellos hacen la mudanza. Cambiando de tema ¿que te ha pasado? pareces herida.

Mi sonrisa se esfumó y recorde mi quemadura y el estúpido duelo con Sebastián.
-Un idiota de mi casa me ha quemado en un duelo y luego me ha hecho volar por los aires en otro duelo clandestino.
-Joder que idiota, por gente así los aurores tienen más trabajo, esos son los tipicos que usan la magia sin ningún tipo de empatia. Tengo una idea-me miró y saco un pañuelo de tela de su túnica, me limpio la sangre y me llevó hasta la enfermería, por el camino me comentó su idea.
-Yo quiero ser auror cuando termine mi educación, se bastantes hechizos que te podrían ayudar a defenderte sin problemas de ese gilipollas.
-¿Tu estarías dispuesto a ayudarme?-Dije extrañada, lo que más raro se me hacía era que alguien de mi edad me tratará bien y quisiera ayudarme.
-No me gusta ver a la gente sufrir,se nota que tienes mucho poder sobre ti pero que no sabes controlar y yo puedo ayudarte, los Black somos una familia de magos muy poderosa.

Sonreí y le mire con ilusión.
-Gracias por ayudarme la gente aquí es un poco seca.
-Pienso lo mismo me gusta hacer las cosas solo, me he peleado ya con unos cuantos furtivos y la verdad se aprende mejor sin nadie molestando.
-¿Furtivos?-pregunte extrañada, no sabía mucho sobre el mundo mágico ya que supe sobre la magia a partir de los 12 años ,cuando Fig me acogió.
-Son personas que atrapan a los animales y los usan para despellejarlos y hacerles cosas horribles, siempre que puedo intento salvar a unos cuantos animales.
-Pareces una persona muy valiente y poderosa, es una pena que te quedes tan poco tiempo.
Me revolvió un poco el pelo y me llevo hasta la enfermera.
-Díganme que necesitan-dijo la enfermera.
-Tengo una quemadura en el brazo y mi nariz sangra.
La enfermera me llevo hasta la camilla para examinarme, al levantarme la manga se sorprendió.
-¿Quien te ha hecho esa marca?
-Sebastian Sallow me quemó con el hechizo incendio.
-No no señorita, digo que quién le ha hecho esa marca.
Mire asustada y algo confusa, en mi brazo ya no estaba esa quemadura si no una marca igual que la que tenía la caja de la llave que abrí con el profesor Fig en el carruaje antes de que fuera atacado por un dragón.

Mario se acercó y examinó mi brazo.
-Esa marca....la he visto en varios sitios pero soy incapaz de saber como abrir las puertas con ese símbolo, dicen que solo las personas que pueden ver magia antigua pueden abrirlas. Un momento ¿tú....tienes ese poder?-dijo Mario muy seriamente.
Mire asustada ya que el profesor Fig me pidió que no dijera nada a nadie pero ¿como podía defender esto?

Espere a que la enfermera se fuera para poder explicarle mejor.
-Yo...si puedo ver rastros de magia antigua, la vi en Gringotts ,Ranrok nos siguió hasta allí, pero en el pensadero vi a los que construyeron la cámara, alli tuve que pelear con armaduras y por suerte una armadura gigante cayo sobre Ranrok y sus seguidores, Fig y yo pudimos salvarnos gracias a un traslador.
-Eso explica todo, creo que la magia que posees te cura las heridas, pero te ha dejado una marca como recuerdo por lo que se ve.

La marca fue desapareciendo poco a poco sin dejar rastro de aquella quemadura, la enfermera solo me dio un algodón para la nariz y me dijo que podía irme, Mario tuvo que ir con su tío, pero quedé con el por la tarde para empezar mi "entrenamiento". Me fui a la sala común de slytherin a descansar, al entrar me senté en uno de los sofás, Ominis se acercó a mí.
-Hola Lucy ¿como llevas la quemadura?-dijo preocupado.
-¡¿Como sabes dónde estoy?!- tenía bastante curiosidad sobre su ceguera
-Puedo ver gracias a mí varita, ella es la que más me ayuda con todo, tengo una relación muy fuerte con mi ella, digamos que ella me dice donde estoy o quien hay delante mía, aparte de eso mis sentidos del oido y el olfato estan muy desarrollados, por lo que tu perfume con olor a coco y lo que parecen ser dulces que has ingerido hace unos minutos pude deducir fácilmente que estabas aquí.
-Wow, osea que tú varita es como un bastón, quiero decir los muggles que son ciegos llevan bastón.
-Si algo así, bueno no contestaste mi pregunta.- dijo calmado.
-La quemadura se curó rápido ya no me duele, y bueno Sebastián el muy listo me llevo al club de duelo clandestino y me estampó contra la pared.
-Ese idiota...Lucy siento que Sebastián esté siendo así, no sé qué le pasa últimamente, desde que su hermana no está en hogwarts está comportándose como un completo idiota, te juro que el no es así.
-No se cómo será ni lo que le pasó a su hermana, pero de mi no se va a burlar más, conocí al sobrino del director Black y me va a entrenar para poder defenderme en los duelos.
-No os matéis entre vosotros, ya sabes que Sebastián es muy competitivo, y aunque sea idiota es mi mejor amigo se que es mucho pedir pero dale paciencia.-Dijo ominis casi rogando.
Me levanté y me acerqué a Ominis, puse mi mano en su brazo.
-No es tu culpa, tranquilo no lo matare solo le daré lo que se merece.

Deje a Ominis allí y me gire para irme, justo al girarme me encontré con Sebastián.
-Anda mira si es la "bebe de slytherin", ¿Te vas a volver a ir llorando o vas a chivarte?-dijo Sebastián riéndose.
-¿bebe de slytherin?, se nota que te lo has inventado tú es un apodo malísimo-intente esquivarle pero me agarró del hombro.
-Te lo voy a decir una vez, si te estoy hablando que deberías de ser agradecida porque siquiera te dirija la palabra, aparte de eso si te estoy hablando no te vas a ir y a dejarme la ¡PUTA! palabra en la boca ¿Entendido?.-Con ese grito los que estaban en la sala se giraron.
Me quite la mano rápidamente y frunci el ceño.
-¡Estas loco tío vete a la mierda y no me toques!-le grite y le deje allí.
Me fui enfadada a mi habitación y me encerré allí, cogí a Milán y lo abrace mientras le contaba lo que había pasado, el era el único que no podía criticarme bueno no podía hablar pero yo sé que no lo haría le gustan mucho mis dramas.
-Yo no entiendo porque me odia tanto, sabes yo creo que el sabe que soy mejor que el, quien se cree ese engreído de Sallow.
-Sniff.....
-Verdad si es que la envidia es muy mala.
-Sniff
-¿Mario? si iré esta tarde con el, tengo la sensación de que es mucho más poderoso de lo que dice ser sabes.

Pase la tarde en mi habitación, me preparé para salir, quedé con Mario en las pistas de Quidditch.
-¡Lucy has venido!, ¿estás preparada para tu primer entrenamiento?
-Si pero ¿que hacemos en la pista de Quidditch?-me extrañe bastante.
-Es una pista grande, además hoy no tienen entrenamiento así que podemos practicar tranquilos, bueno te voy a enseñar a usar tus reflejos, tira tu varita al césped.
-¿Pero entonces como me voy a defender?
-Los reflejos se ganan entrenando los sentidos una varita no te va a ayudar a eso, he traído un cubo de pelotas te las voy a lanzar y tienes que esquivarlas.
-¡¡Me estás diciendo que me vas a dar pelotazos hasta que los esquive!!
Mario me empezó a dar pelotazos antes de que pudiera decir la última palabra.
-No veo los reflejos tienes que esquivarlos no atraerlos
-Pero...Auch me has dado en el ojo.
-Usa tus reflejos
-¡Mario déjame pensar al menos un momento!-dije mientras cinco pelotas me daban.
-En una pelea real no te dejan pensar sabes, piensa donde crees que irá y esquivala.
Me concentre y empecé a esquivarlas hasta que fui cogiendo el ritmo.
-Bien sigue así, lo estás pillando.

Estaba feliz hasta que algo líquido se deslizó por mi frente, mire arriba y era un hipogrifo aterrizando en la pista.
-¡Me ha cagado encima!
-Blake ven aquí campeón, muy bien hecho ese factor sorpresa-le lanzó una zarigüeya y en cuanto la vio el hipogrifo se lanzó a por ella y se la comió.
-¡Facor sorpresa ahora me tendré que duchar!
-Te dije que hay que tener reflejos para todo, de todas formas nuestro entrenamiento aún no ha terminado.

Snake Soul  {Sebastian Sallow}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora