Capitulo 3: Expelliarmus

66 4 0
                                    

-¡Como que no hemos terminado! Tú hipogrifo me ha cagado que más quieres.
Mario se reía.
-El entrenamiento no solo es lanzarte pelotas, tendré que enseñarte algún hechizo no crees.-dijo con sarcasmo.
-¿Entonces puedo coger ya mi varita o al menos ducharme?
Mario miro mi pelo manchado y me dio un pañuelo.
-Limpiate con esto, además no está tan mal piensa que te dará suerte, has tenido bastante suerte de que Blake no haya comido hoy mucho-Fue hacía el hipogrifo y lo acaricio, era un hipogrifo bastante grande de color gris y ojos azules.

-He hablado con Lucan Brattleby para que nos deje ir al club sin nadie molestando, te vendrá bien practicar conmigo un hechizo que sirve para desarmar, ¿conoces "Expelliarmus"?
-No no lo conozco, ¿así que sirve para desarmar?-dije con bastante curiosidad.
-Si, ven vamos al club antes de que se llene, a esta hora no habrá nadie.
Mario y yo fuimos hasta el club, allí estaba Lucan esperándonos.
-Aqui estáis, habéis tenido suerte pero la próxima vez venid a la hora que acordamos.
-Perdon Lucan, tuvimos un pequeño accidente con mi hipogrifo y la cabeza de Lucy.
Mire mal a Mario.
-Bueno tenéis diez minutos, después ya hay reservado un duelo.-dijo Lucan.
-Suficiente, ven aquí Lucy saca la varita e imita mi movimiento, tienes que desarmar al maniquí.

Hice el movimiento y lance Expelliarmus contra el maniquí quitándole la varita de la mano.
-¡Bien hecho!, vale vamos a probar algo mejor quiero que hagas volar el maniquí y le desarmes.
Asentí con la cabeza y apunte al maniquí.
-¡Levioso!,¡Expelliarmus!
El maniquí se elevó por los aires y quedó desarmado.
-Aprendes rápido, recuerda el truco es la concentración y la intención del hechizo, no puedes atacar a alguien si tu no tienes la intención y....-Antes de que Mario pudiera acabar de hablar la puerta se abrió y varias personas entraron.
-Creo que ya pasaron los diez minutos que teníamos reservados-dije riendo antes de que mi mirada se dirigiera a la puerta y viera a Sebastián entrar.
-No me jodas Sallow otra vez...-le dije a Mario preocupada.
Mario miro a Sebastián mientras se acercaba a nosotros.
-¿Qué haces aquí? "bebé de slytherin"- dijo Sebastian mientras se reía.
-¿Y tu es que no tienes personalidad?-dijo Mario en un tono enfadado a Sebastián.
-Tu amiguito me confirma que no te puedes defender sola ¿Tan inútil eres que te tienen que defender?-dijo Sebastian burlándose.

Mario sacó su varita en posición de ataque, Sebastián hizo lo mismo todos miraban curiosos por la pelea que podría haber, los dos eran poderosos y no tendrian piedad con el otro, me aleje a un lado temblando de miedo sin saber que hacer me dio tanta rabia no poder hacer nada.
Sebastián y Mario empezaron un duelo que no era para nada amistoso, no quise mirar, enfoque mi mirada en un barril mientras mi respiración iba subiendo cada vez más y más hasta marearme, de repente sentí algo frío subiendo por todo mi cuerpo, cerré los ojos con miedo, de fondo se podian escuchar los ataques que lanzaban en el duelo. De repente mis ojos se abrieron y todos los barriles que habían explotaron deteniendo la pelea de golpe.
-¡Que ha sido eso! ¿Has sido tu Black?-dijo Sebastian.
-Oye vale que soy bueno pero no, no he sido yo no me ha dado tiempo a girarme hacia los barriles.-Dijo Mario.

Sebastián dirigió la mirada hacia mi y curioso se acercó mientras todos observaban la escena. Al acercarse puso una cara de asustado.
-!joder mirar sus ojos!-Dijo Sebastián dando un grito.
Mario se acercó corriendo a mí, mis ojos estaban brillando con un fulgor azul, como si estuviera poseída por algo.
-¡Lucy! ¿Ey estás bien que te pasa?,¡Lucy contesta por favor!-Mario estaba muy asustado.
-Que rara es-Dijo Sebastián.
-Callate Sallow esto no es una broma- le apuntó de nuevo con la varita.
-A mi no me amenaces-Sebastian volvió a empezar un duelo.
Los dos luchaban pero ninguno realmente llegaba a darle al otro, eran igual de poderosos por lo que sabían lo mismo.

-¡EXPELLIARMUS!
Los dos quedaron desarmados a la vez, se miraron extrañados y luego volvieron a mirarme.
Me vieron con ese fulgor azul en los ojos mientras apuntaba con la varita, después de unos segundos mi mirada volvió a ser la misma.
-¿Que ha....que ha pasado?-mi varita cayó al suelo.
-Tu has hecho eso-Mario apunto a los barriles que explotaron o a lo que eran sus restos.
-Pero como ni siquiera saque la varita no pude....
Sebastian se acercó a mí.
-Sabes puede que tengas algo raro en ti pero nunca serás mejor que yo, ni siquiera con tu amiguito Black, ahora vete de mis espacios porque ya tengo suficiente con verte en la sala común rarita.-Sonrio y se fue.

Mario le empujo y se acercó a mí.
-Oye no le hagas caso, creo que ha sido la magia antigua lo que ha hecho esto.
-¿Que quieres decir, que mi poder se ha apoderado de mi?-dije extrañada, aún tenia una sensación rara en el cuerpo y mis ojos esconcian.
- Aún no sabes controlarlo y en momentos de ira explota, como con los barriles, ¿Has sentido algún tipo de ira en ese momento?
-Cuando estabais peleando me he agobiado y miraba al barril con ganas de romperlo, lo demás está un poco borroso aún-Me encontraba bastante confundida con lo que había pasado.
-Creo que la próxima clase va a ser manejar la ira y el estrés-dijo Mario sonriendo.
-Voy a ir a mi sala común a descansar, siento no haber sido de ayuda-dije algo baja de ánimo.
-Pero si hiciste algo increíble, no solo hiciste volar en pedazos los barriles sin necesidad de varita, sino que lanzaste el hechizo de desarme y nos desarmaste a los dos, eso es muy difícil de hacer, deberías de estar orgullosa.
-Lo estaría si hubiera sido consciente, necesito pensar nos vemos mañana-le di un abrazo y me fui, antes de salir hablé con Lucan.
-Oye Lucan perdón por destrozar los barriles, te conseguiré otros cuando pueda.
-Oh no te preocupes, los barriles los destrozan siempre, los suelo robar del sótano de las tres escobas cuando están vacíos claro.

Le sonreí y me fui a la sala común, necesitaba dormir urgentemente, pero no sin antes ir a la cocina para distraer a los elfos y llevarme un bizcocho de chocolate.
Conseguí mi trozo y me escabullí a mí habitacion en el pasillo de los dormitorios encontre a Ominis.
-¿Quién lleva chocolate encima?- preguntó Ominis.
-Hola Ominis quieres un trozo de bizcocho, lo he robado de la cocina.
-¿Has robado? Sabes que eso está mal, deberias de haberlo pedido, a mi siempre me dan galletas cuando tengo hambre.
-Hoy estáis todos muy bordes, bueno lo hecho hecho está, ¿Quieres o me lo como yo sola?
-Mmmm bueno está bien, no tengo nada mejor que hacer.
Pues ven a mí habitación antes de que los prefectos nos vean, agarre de la mano a Ominis y lo deje entrar asegurándome que nadie nos veía.
-Sientate tengo mucho espacio, no tengo compañeras de habitación.
-Se nota que eres limpia, huele bien no como mi habitación Sebastián no limpia mucho y deja todo tirado, hablando de Sebastián ¿Ha hecho algo más?
-Bueno él y Mario pelearon en el club de duelo, bueno prefiero no contarlo no sé muy bien lo que pasó realmente, pero si Sebastian sigue siendo idiota.

Milán se acercó a Ominis, se me olvidó mencionarle que tenía un conejo así que se asustó.
-¿¡Que es eso!? ¿Es un puffskein?-dijo Ominis alterado.
Me reí bastante por como se asustó.
-No, es mi mascota, es un conejo se llama Milán y tranquilo no hace nada.
Ominis acarició a Milán, se lo puse en las piernas y a él pareció gustarle bastante.
-Se siente muy suave, y cariñoso es la primera vez que acaricio un conejo, las mascotas aquí son más ya sabes "fantásticas", los puffskein son mis favoritos, son bolas de pelo que no se despegan de ti.
Nos pasamos un rato hablando y comiendo bizcocho, me sentí feliz de sentir que podía hablar con alguien más y tener un amigo más.
-Me lo estoy pasando genial Ominis, eres muy gracioso.
-Tu igual, pienso que la gente se equivoca contigo no entiendo porque Sebastian te trata asi, estoy seguro de que a Anne le caerías muy bien, le gustaba liarla mucho.
-¿Que... le paso a Anne? lo habéis mencionado pero no sé muy bien la historia.
-Bueno Anne es la hermana melliza de Sebastián, ella fue maldecida por uno de los seguidores de Ranrock, cada vez va a peor Sebastián cree que puede curarla y trata con la magia oscura como si no fuera nada peligroso, sinceramente estoy bastante preocupado por el.
-Gracias por contármelo Ominis, aunque igualmente nunca le hice nada para que sea así.
Alguien llamó a la puerta y entró, era un prefecto.
-Perdonad por interrumpir la cita o lo que sea esto, pero os recuerdo que está prohibido que entren chicos en las habitaciones de chicas y viceversa, salid de aquí antes de que llame a un profesor.

Ominis y yo salimos a los pasillos y encontramos a Sebastián mirándonos.
-Lucy mi gran compañera, sabes que está mal aprovecharte de los ciegos no-dijo con sarcasmo.
-Sebastian no empieces, no a esta hora por favor-se quejo Ominis.
-Te siguen defendiendo, después de lo de hoy sigues siendo un bebé llorón.-Dijo Sebastián mirándome fijamente.
-Sabes creo que tienes envidia de mi, de qué tenga ese poder.
-Ya te gustaría, no entiendo en qué tendria que envidiar a alguien que lleva de retraso cinco años de educación mágica, a alguien como tú.
-¡SEBASTIAN YA ESTA BIEN!-grito Ominis.
-Mira lo que has hecho que mi mejor amigo me grite, que os den
-No puedes irte aún-dije con una sonrisa maliciosa
-¿Que?
-Tenemos que ir con la profesora Hecat recuerdas, para el castigo.
-No me jodas-gruño Sebastián
Afirme con la cabeza y fui hacia la salida de la sala común con Sebastián.

Snake Soul  {Sebastian Sallow}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora