Ambos chicos se encontraban fuera de la casa de su amiga Jules. No era buena idea hacer alguna escena en medio de esa ruidosa fiesta.
-No entiendo por qué eres tan terco, Scott.
Ramona se dio la vuelta para aclarar las cosas de frente a frente con el chico pelirrojo.
-No deberías explicar nada. Ambos ya no somos nada de todas formas, lo nuestro terminó desde la última vez que hablamos...
Scott podía jurar que esa frase retumbó repetidas veces en su mente. Lo peor era lo que lo hacían sentir esas simples palabras. Estaba claro que perdió completamente el interés en lo siguiente que mencionara Ramona.
-Disculpa, ya veo que no fui clara la última vez que habla-fue interrumpida de golpe.
-Ramona... ya no hace falta que digas algo más, era por lo único que vine a esta estúpida fiesta.
Scott dio la vuelta sin más. Podía sentir la mirada de Ramona tras suyo, viéndolo con preocupación por esa actitud tan rara en él. Todo el mundo sabía que, aunque le dieran la peor noticia del mundo, él seguiría viendo todo de manera positiva y alegre. ¿O no? ¿De verdad le dolía tanto? Se preguntaba la querida Flowers.
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Las calles estaban más solitarias de lo común. En todo el camino al departamento solo se encontró con dos personas. Por lo menos en eso tenía suerte, porque claro, era de esas personas que no les gustaba que lo vieran llorar, y menos si era la persona tonta y alegre que todos pensaban que era. Pero ni él creía eso de sí mismo.
Aunque claro, no tenía tantos momentos tristes en su vida, pero pasaba por uno de esos; y de nuevo pensaba en todo lo que estaba mal en él, en su horrible e inmadura personalidad que nadie podía aguantar, en sus defectos y claro, en que no era bastante atractivo como para gustarle a las chicas.
Sin embargo, eso no era lo que pensaba en especial. Pensaba en todo lo que tuvo que pasar para estar con esa chica que amó al instante en que la vio en sus sueños, hablarle por primera vez, invitarla a una cita... aunque lo más importante era que peleó contra todos los ex novios de Ramona para estar con ella, algo bastante normal y casual desde la perspectiva de Ramona, seguro.
Y aunque así fuera, todo ese esfuerzo no significaba nada para ella.
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