Dos.

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-Pero esta bien- dijo el.

El me abrazo y yo me acurruque- que bueno tener un amigo en el que apoyarse- pensé.

-Cayo como todas- dijo el otro.

-¿Porque sigues aquí?- fue lo único que quise decirle, en cambio lo único que hice fue pensar en lo que había hecho, lo tonta que había sido.

-¿No ves que la haces sentir mal?- dijo el, fastidiado de la no deseada compañía.

El otro se fue, dejándonos a el y a mi solos. Me miro y yo agradecí que no hablara sobre el tema. Me sonrió y se fue.

-Tenía un amigo, uno que no me criticaba, el sabia lo importante que es para mi vivir la vida- Fue tan extraño pensar eso, ya que luego lo observe a lo lejos hablando con sus compañeros, sonreí como una estupida y me dije a mi misma:

-Lo quiero.

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