No puedo con mi alma. Ayer no hice más que tirarme al sofá después de hacer absolutamente nada en dos meses y sorprendentemente estoy agotada, aunque supongo que es porque he dormido en el sofá, a pesar de que odio hacer eso.
Me levanto y me froto los ojos para poder ver con más claridad a pesar del cansancio que he acumulado por dormir en el lugar menos adecuado de la casa. Estoy a punto de irme a dormir, esta vez a la cama, cuando de repente empieza a sonar el teléfono, voy a cogerlo pero no reconozco el número así que decido no responder, pero después de eso suena otra vez, y decido ignorarlo pero vuelve a sonar, así que acabo respondiendo de malas maneras.—Señorita Caitlyn Kyle? —Pregunta un hombre al otro lado de la línea.
—¿Quien es usted? —Pregunto.
—Mi nombre es Tom, Tom Larce, soy el abogado de Alice Flint, ¿Le suena?.¿Que si me suena?, la señora Flint es la única persona del barrio a la que conozco medianamente bien, es la dueña de mi librería favorita, pasó horas ahí hablando con ella, incluso me ha regalado algún libro, es un encanto, incluso a veces voy a su casa a tomar el té y hacerle Compañía.
—Tengo entendido que solía frecuentar su librería —Dice Tom.
—Y sigo haciéndolo.
—Oh... ¿No lo sabe?.
—¿Saber el qué? —Pregunto desconcertada.
—La señora Flint ha muerto... lo siento mucho.De repente me quedo sin palabras... la señora Flint, la única persona que me ha hecho sentir como en casa desde que me mudé a Nueva York, acabo de perder a la única persona a la que no le tenía pánico en esta ciudad de personas desagradables.
—¿Señorita Kyle? ¿Sigue ahí? —Tom otra vez.
—Si... —Digo intentando reprimir las lágrimas pero fallo —¿Como ha pasado? ¿C-cuando ha sido? —Intentó articular las últimas palabras.
—Un infarto, justo esta noche... mire... se que esta es una noticia horrible, lo siento mucho... pero la llamo porque Alice... la señora Flint, le dejó en herencia su librería, y su casa en el piso que hay encima de ésta, debe firmar unos papeles y la librería y la casa serán suyos... deberíamos concretar una reunión para ir al notario y encargarnos de todo, ¿Le parece bien?.
—Claro...
—¿Le parece bien mañana a las cinco y media?.
—Si, por supuesto.
—Está bien, le enviaré la dirección del notario.Tom se despide de mi y colgamos el teléfono, después de esto sólo quiero llorar, llorar hasta quedarme dormida.
Ni siquiera pude despedirme de ella... no pude darle las gracias por hablar sido como una mandaré para mi desde que llegué a la ciudad.
Ahora mismo solo quiero pasarme el día durmiendo para no tener que pensar en que ya no está, en que ya no tengo a nadie, me he quedado completamente sola... otra vez.
~Me despierto de golpe, miro el despertador de al lado de mi cama, son las dice de la noche, he dormido todo el día tras quedarme llorando por la muerte de Alice, ella y yo solamente hablábamos de libros, tomábamos té y charlábamos de cualquier cosa... pero estaba bien... era bueno tener a alguien a quien contarte tus cosas y que no te hiciera sentir un bicho raro en otra ciudad.
Me levanto y me sirvo un vaso de agua para bebérmelo y luego recostarme en el sofá.
Me pongo a pensar en la llamada del abogado, no sé por qué la señora Flint me dejaría su negocio y su casa en herencia en vez de a alguien de su familia, la verdad es que nunca me dijo que tuviera familia, solo que estuvo felizmente casada con un hombre llamado Frank con el que ahora se habrá reunido en alguna parte.Un rato después de quedarme pensativa en el sofá comienzo a buscar algo para distraerme hasta dormirme otra vez, pienso en que tengo que ponerme a trabajar, llevo dos meses sin nada a pesar de tengo 2 ofertas de trabajo desde que acabé mi contrato de becaria en un periódico local algo conocido, pero las 2 son en otra ciudad y no me apetece mucho mudarme otra vez... además últimamente no sé si el periodismo es lo mío... estaba harta de ver las noticias cada día y ver las mismas cosas malas así que en lugar de eso veo cualquier sitcom que echen en la tele.
Pronto empezaré a necesitar pasta así que las cosas están de la siguiente manera, me encargo dela librería que me ha dejado Alice o me mudo... y la verdad es que las dos opciones me dan miedo... no sé qué hacer y tampoco se a quien demonios pedirle consejo porque no conozco a nadie en la ciudad y mi familia... bueno, digamos que intento verla lo menos posible o nada directamente.
Decido olvidarme de todo esto e irme a la cama e intentar dormir un poco a pesar de que me cuesta bastante, pero acabo entrando en un sueño profundo.
Me paso la noche en vela, despertándome y durmiendo un poco para luego despertar otra vez, no lo soporto pero no puedo evitarlo.
Al día siguiente me despierto tarde, muy tarde, lo suficientemente tarde como para saber que el abogado que me llamó ayer se va a enfadar mucho conmigo, son las 17:20, tengo 10 minutos para llegar a la dirección que me envío así que espero que no esté lejos, mierda, por qué me osan estás cosas en los peores momentos.
Cojo lo primero medio decente que veo en mi armario, una camisa blanca y unos vaqueros y me pongo unas botas negras Antea de salir de ahí por patas y coger un taxi lo más rápido que puedo.
Una vez en el taxi le indico la dirección y llegamos en 15 minutos, mierda,ya voy como.... ¿Media hora tarde? No tengo ni idea pero esto va fatal.
El taxista me roba 30$ por dejarme ahí y entro al edificio lo más rápido que puedo para preguntar por Tom Larce en la recepción.
La recepcionista me indica con amabilidad que se encuentra en uno de los sillones que hay justo al lado con otra persona más que supongo que será el notario.Me dirijo al lugar indicado y veo a Tom, de aspecto elegante y joven, distinto a cómo me lo imaginé cuando hablamos por teléfono, rubio, de ojos verdes y bastante alto se podría decir.
—¡Caitlyn!, hola, empezábamos a pensar que no vendrías —Dice con una sonrisa mientras me estrecha la mano. —Te presento a Jake, el sobrino de la señora Flint.
Va a resultar que Alice si tenía familia.
Giro la mirada y me percato de la presencia de un hombre con el mejor físico que he visto jamás, de pelo castaño y ojos azules, cuyo atuendo para la ocasión consiste sorprendentemente en unos vaqueros raídos, y una camiseta desgastada de algún grupo de finales de los 90.
—Hola... siento mucho tu pérdida — Digo.
—Ni siquiera sabía que tenía una tía —Dice llevando la mirada hacia Tom —¿Empezamos de una vez?.Tom y yo nos quedamos perplejos.
—Eh... claro, seguidme — Dice éste levantándose y llevándonos por un pasillo que lleva a un ascensor.
Subimos y entramos en el despacho del notario que resulta ser una mujer pelirroja de unos 45 años llamada Liddy.—Bueno, procedamos con la lectura —Dice Liddy. —Yo, Alice Marjorie Flint, les dejo mi librería, "Las páginas de Alice" a mi querida amiga Caitlyn Kyle y a mi sobrino Jake Flint, con la esperanza de que continúen en negocio. Dejo mi piso, en el que tantos recuerdos compartí con mi querido Frank, a Caitlyn, dónde seguro que encontrará inspiración y montones de libros que seguro que serán de su agrado, y por último pero no menos importante, mi dinero, irá destinado al orfanato en el que mi hermana y yo pasamos nuestra infancia.
—¿Y ya está? ¿Eso es todo? —Dijo Jake, notoriamente molesto. Tom, Liddy y yo lo miramos sin decir nada. —Estupendo....
—Esto... bueno, creo que podemos proceder a firmar —Dice Liddy. Tom asiente y saca unos papeles para indicarnos dónde debemos firmar.Firmamos los papeles y nos despedimos de Liddy y Tom. Al salir quiero hablar con Jake, hay cosas de Alice que me gustaría saber, pero el no parece muy interesado en hablar conmigo, ya que sale del edificio a toda prisa, dejándome con las ganas y con un montón de dudas sobre que íbamos a hacer con esa librería de la que al parecer ahora yo era propietaria.
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Bueno, este es el primer capítulo de algo que llevaba mucho tiempo en mi cabeza, ahora solo espero que guste a alguien:) 📚🍂
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Las páginas que compartimos
Storie d'amoreCaitlyn es una romántica empedernida en la ciudad de Nueva York, que tras haber estudiado periodismo y haber pasado 2 horribles años como becaria en la oficina cutre de un periódico local no sabe que hacer con su vida a parte de ir a la librería de...