Decisión

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Heridas leves, eso escuchó de la boca del médico. Es curioso, siempre que ocurre una tragedia de este tipo siempre le decían, has vuelto a nacer, para Engfa significaba todo lo contrario, una parte de ella moría, ya fuera esperanza, fe o la clara insistencia que tenía el destino de quitarla a todos sus seres queridos. Le dio igual que la recomendaran 24 horas de reposo, fue en busca de su esposa, quería oír noticias, buenas noticias y lo único que encontró fue, una dura decisión.

Charlotte había sufrido golpes por todo su cuerpo, una pierna rota y dos costillas astilladas, pero eso no era lo más preocupante, nuevamente había sufrido un gran golpe en la cabeza, el lóbulo occipital, en un principio lo asoció a la primera vez que estuvo en coma por culpa del balazo, hasta que le aclararon que se trataba del área de la visión y percepción:

— Podemos intentar operarla para que recupere la vista, pero ahora mismo se encuentra demasiado débil, hay pocas probabilidades de que salga con vida

Lupe que estaba al lado de Engfa se tapó la boca y se abrazó a Macario:

— ¿No puede operarse más adelante?

— Más adelante los daños pueden ser irreversibles

Engfa sonrió por culpa de los nervios, como si la vida las hubiese tomado como unos fantoches del que burlarse y torturar:

— Me está diciendo que dé permiso para operar y arriesgar la vida de mi mujer para que vuelva a ver o un arriesgo de que quede ciega para siempre no operar y tener altas probabilidades de sobrevivir.

— Engfa— interrumpió Lupe— ¿Puedo hablar contigo?— miró al doctor— nos disculpas unos momentos doctor— El hombre asintió y dejó que Lupe apartara a Engfa— Amo a mi hija, la conozco lo suficiente para saber que se morirá si se queda ciega...

Engfa endureció su gesto, ya no estaba pensando en Engfa la esposa, si Charlotte moría ya no solo la afectaría a Lupe, a Macario o a ella, afectarían a cuatro niños pequeños, sus hijos y solo podía pensar, una madre ciega con vida o una madre muerta:

— No se trata de lo que quiera Charlotte— Lupe se sorprendió ante esa respuesta— ahora mismo estoy pensando en que tus nietos pueden perder a Charlotte y yo no estoy dispuesta a que vivan sintiendo la ausencia de su madre— Caminó hasta el doctor— Firmaré los documentos en el que me opongo a que le hagan esa intervención

El doctor asintió con la cabeza y de su carpeta metálica, sacó un documento en el que supuestamente daba autorización o por el contrario se negaba. Lupe volvió a colocarse al lado de Engfa, la miraba suplicante, por primera vez en todos los años que se llevaban conociendo:

— Engfa— decía entre llantos— si firmas esos papeles, no te lo perdonará

Engfa se sentó y buscó un punto de apoyo para no romper el documento a la hora de rellenarlo:

— Prefiero que viva y me odie a que muera— acercó la punta del boli al documento y musitó— una vez más soy la mano que firma los papeles.

Lupe dio la espalda a Engfa, el hombre de casi dos metros, cuya barba se había recortado las puntas, puso sus grandes manos en los hombros de su mujer:

— Engfa tiene razón— Lupe retiró la mirada— nuestra hija es fuerte, sabrá adaptarse

— Nuestra hija la que tiene complejo de heroína y necesita saber que puede proteger a sus seres queridos, se sentirá una inútil— Miró a Engfa— ya pudiste verificarlo el tiempo que estuvo sin poder caminar, eso fue por un tiempo, imagina toda una vida...

— Pues va siendo hora que su hija acepte que no siempre se trata de ser la heroína— dijo Engfa parando de escribir— se trata de ser un humano que ama y al que aman, eso hace mucho más que el esforzarse en ser siempre más de lo que realmente necesitamos.

El Diablo Sigue Vistiendo De Rojo ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora