𝑼𝒏𝒐

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Young Seo salió de la ducha y tomó una toalla para envolverla alrededor de su cuerpo. Escuchó el sonido de la puerta y se preparó para el problema que tendría cuando su esposo se diera cuenta de que aún no estaba lista. A veces se sentía tan cansada de su matrimonio, que le parecía imposible que solo dos años atrás, hubiera pensado que era la persona más feliz del mundo. Soo Hyuk entró en la habitación, haciendo mucho ruido como siempre y se quedó mirándola de arriba abajo.

—¿Se puede saber por qué no estás lista aún? —preguntó.

Ella suspiró.

—No quiero ir.

Él la miró como si le fastidiara, en últimos tiempos, la miraba de esa forma mucho más seguido de lo que a ella le gustaría reconocer.

—No voy a presentarme en un evento tan importante sin mi esposa, ¿qué dirá la gente? Lo único para lo que me sirves es para presentarte en sociedad y ahora ni eso quieres hacer.

Young Seo sintió esas palabras como un golpe directo a su corazón.

—No me siento bien hoy, tuve un día largo en el trabajo y...

Soo Hyuk levantó la mano para hacerla callar.

—Excusas y más excusas. Varias veces te he dicho que no hay ninguna necesidad de que trabajes, pero no quieres dejar de hacerlo porque así te quedarías sin excusas que poner para siempre decirme que no.

Ella se sentía tan cansada de que cada vez que hablaran todo terminara en una pelea, sentía que Soo Hyuk dejaba de amarla y de soportarla a cada segundo que pasaba, pero a pesar de eso, no aceptaba que ella le mencionara siquiera el divorcio. Él había sido parte de su vida desde siempre y, a pesar de que la lastimaba cada vez más con sus acciones, en el fondo de su corazón guardaba la esperanza de que las cosas volvieran a ser como antes.

—Solo dame veinte minutos, ¿Sí?

Soo Hyuk solo asintió y salió de la habitación, cerrando la puerta con fuerza. A pesar de que quería ponerse a llorar, Young Seo se obligó a no hacerlo y dedicarse de lleno a arreglarse lo más rápido que le fuera posible, antes de que Soo Hyuk perdiera la paciencia y regresara para decirle cosas que no quería escuchar. Cuando estuvo lista, se miró al espejo y recordó que su madre siempre le decía que era la chica más bonita del mundo. Había muerto unos meses atrás y en las últimas semanas, Young Seo sentía que el dolor de la pérdida había regresado con más fuerza que antes. Tomó el bolso y salió de la habitación. Soo Hyuk estaba en la sala, viendo las noticias en la televisión. Se levantó del sofá donde estaba sentado, apagó el televisor y se acercó.

—Vámonos, se hace tarde —dijo, y la tomó del brazo.

Después de un rato de conducir por la ciudad, llegaron a un centro de convenciones donde se estaba llevando a cabo algún evento benéfico al que habían invitado a Soo Hyuk. Por ser el vicepresidente de una importante constructora y alguien de una familia prestigiosa, acostumbraba a asistir a ese tipo de eventos. Entregó las invitaciones en la entrada y siguieron al interior del salón, donde se encontraron con Jeon Jungkook, el socio de Soo Hyuk, su mejor amigo y el presidente de la empresa. Young Seo hizo una inclinación respetuosa.

—Buenas noches, Jungkook —saludó.

Él esbozó una radiante sonrisa.

—Buenas noches, Young Seo. Te ves hermosa esta noche, igual que siempre.

Soo Hyuk le dedicó una mirada de advertencia.

—¿A mí no me vas a saludar? —preguntó.

Jungkook dejó de mirar a Young Seo con la admiración mal disimulada de siempre y le sonrió a su mejor amigo.

𝔹𝕖𝕥𝕥𝕖𝕣 𝕥𝕙𝕒𝕟 𝕣𝕖𝕧𝕖𝕟𝕘𝕖 - 𝕁𝕖𝕠𝕟 𝕁𝕦𝕟𝕘𝕜𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora