𝑶𝒏𝒄𝒆

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Young Seo cerró la puerta del baño de la casa de los padres de Jungkook y se  desnudó frente al enorme espejo. Observó el raspón en el codo derecho y los moretones en las piernas y en el hombro. Estaba viva y eso era todo lo que debía importarle, pero no sentía ningún alivio, le hervía la sangre al pensar en todo lo ocurrido y se preguntaba qué haría Soo Hyuk al darse cuenta de que no había logrado su objetivo.

Jungkook se sentó en la sala junto a Seokjin y se quedó mirando fijamente la fotografía del día de su graduación de la universidad, en la que estaba junto a Soo Hyuk. Solo habían pasado unos pocos años desde ese día, pero no quedaba ni el menor rastro de las personas que eran en ese tiempo.

—¿Crees que cambió o en realidad siempre fue así y solo hasta ahora lo notamos? —preguntó.

Seokjin puso la mano en su hombro.

—La verdad aún no puedo creer lo que me contaste.

Jungkook suspiró.

—Ni yo, a pesar de lo evidente que es, una parte de mí se niega a creer que las cosas sean así.

—¿Y qué piensas hacer ahora?

—No lo sé. En estos momentos quisiera desaparecer.

—Tal vez sería bueno irte, no sabemos qué más hará Soo Hyuk después de que sepa que están vivos.

—No me preocupa lo que haga conmigo, sino que pueda hacerle daño a Young Seo.

Seokjin lo miró a los ojos.

—¿Estás enamorado de ella, Jungkook?

Él se sonrojó.

—No se lo digas a nadie.

Solo admitirlo en voz alta le causaba incomodidad, así como la idea de que Young Seo se enterara de alguna manera. Estaba seguro de que ella no se fijaría en él, además de que su corazón estaba demasiado lastimado para pensar siquiera en fijarse en otra persona y él lo comprendía. Se levantó y subió las escaleras para ir a buscarla.

—Young Seo —la llamó y golpeó suavemente en la puerta.

—Pasa —respondió ella.

Él entró y fue a sentarse en la cama a su lado.

—¿Cómo estás?

Ella dejó de limpiarse el raspón del codo, que estaba desinfectado con un algodón empapado en alcohol y lo miró.

—La verdad, me sigo sintiendo terrible. ¿Qué hay de ti?

Jungkook la envolvió en sus brazos, deseando más que nunca, tener la capacidad de sanar sus heridas y borrar para siempre su dolor.

—Tampoco me siento tan bien, pero confío en que los dos vamos a mejorar.

Young Seo se alejó despacio de él y tomó su mano entre las suyas.

—Todo va a estar bien, o eso espero.

Se sentía inmensamente agradecida por no estar sola en esos momentos, la presencia de Jungkook le resultaba muy reconfortante. De repente se fijó el los raspones que él tenía en la rodilla y el codo, y se levantó para tomar un poco de algodón y humedecerlo en alcohol. Luego volvió a sentarse junto a él para desinfectarle con cuidado las heridas.

—Creo que tenemos suerte de habernos salvado —dijo él, ignorando el ardor que sentía.

—Es verdad, aunque pensar en lo que pasó solo sirve para llenarme de ira —respondió ella, sin detenerse.

—Yo también la siento y realmente no sé qué hacer de ahora en adelante.

Definitivamente, necesitaba tomarse un tiempo para poner en orden sus ideas y sanar también sus heridas.

𝔹𝕖𝕥𝕥𝕖𝕣 𝕥𝕙𝕒𝕟 𝕣𝕖𝕧𝕖𝕟𝕘𝕖 - 𝕁𝕖𝕠𝕟 𝕁𝕦𝕟𝕘𝕜𝕠𝕠𝕜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora