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Nobara estaba enojada, y eso era decir muy poco para lo que sentía ahorita.

Ella había estado emocionada desde hace varios días, su humor no empeoró mucho cuando el chico molesto de Kioto y la hermana tonta de Maki los habían humillado a ella y Fushiguro, y aunque estaba enojado por eso, estaba aún más emocionada por saber que podría arrastrar por los suelos a esos chicos, o mínimo a la hermana de Maki, en el evento de intercambio con Kioto en unos días.
Ayer había preparado con emoción y cuidado su gran equipaje, que para nada la mayoría estaba vacía para cuándo fuera a visitar las tiendas de Kioto no tenga que comprar otra maleta. Aunque a sensei no le molestaría comprar otras 5 maletas y pagar por ellas, pero depender mucho de él no salía nada bien.

Así que mira su gran sorpresa que al despertar descubriera que no iba a viajar a Kioto porque un tal Okkotsu Yuta había arruinado todas sus oportunidades. "¡Vas a pagar por esto algún día, Okkotsu Yuta!".

Así que el día había iniciado fatal, y aún más cuando de nuevo su odioso maestro había llegado tarde a las presentaciones de las escuelas. ¡Era la ocasión perfecta para que el Gojo que le encantaba presumir de sus alumnos saliera y los presentara de una manera genial! Ah, que desperdicio de ocasión.
Aún después de enfurruñarse en si misma no había tenido tanto problema por el momento.

Hasta que Gojo Satoru llegó y les presento una caja gigante emocionado.

Realmente no le importaba mucho, pero la curiosidad la invadió y fue a dar un vistazo a la caja que había abierto su maestro y no salía, gracias a Dios, algún animal exótico que se haya robado de algún zoológico de su último viaje como la otra vez.

Al echar un pequeño vistazo se quedó helada. Con un Fushiguro a su lado izquierdo y Gojo frente a ellos siguió mirando con los ojos horrorizados dentro de la caja.

Una cabellera rosa con tonos marrón a sus lados, y aunque la oscuridad cubría la caja era muy obvia la ropa que era el traje de estudiante de hechicería junto a una muy característica capucha roja.

Con un suspiro tembloroso, que no sabía si era de ella o Fushiguro, miró por un segundo a su maestro. "¡¿Ésto es una broma?!" Con la humedad acumulándose en sus ojos pensó en sacar el martillo y los clavos que estaban en su cinturón. "¿Crees que es gracioso...?". No reconocía su propia voz, solo sabía que era la de ella porque Fushiguro había quedado congelado cuando se acercó, sin siquiera pestañear, hasta que sus ojos se posaron en sus maestro exigiendo respuestas.

Los chicos de Tokio parecían curiosos, pero escogieron la sabia desición de quedarse al margen.

Nobara estaba enojada, ¿Gojo había traído el cuerpo de Itadori? No, Gojo era un hijo de puta, pero ni él haría eso. ¿Un muñeco? ¿Era en realidad capaz de hacer este tipo de broma?. Ignoró lo que estaba hablando Fushiguro con la visión aún más borrosa por la cantidad de lágrimas sin derramar que se posaba en los ojos, luego la cantidad de energía maldita desbordando por todos lados activo su instinto, apenas sacando su martillo sintió una ráfaga de viento a su lado, siendo capaz de tirarla si no se hubiera estrellado con el cuerpo de Panda que estaba detrás de ella.

Sin siquiera poder hablar, Panda la movió en un movimiento rápido y eficaz atrás de los de segundo grado, estos creando una pared frente a Nobara para defenderla. Sin esperar más la castaña siguió el ejemplo de los demás y saco su arma.

No sabía que había pasado en esos segundos que se había desconectado, pero ver una pared de humo y escombros cayendo, sin un Fushiguro a la vista y alguien dentro de la caja con un puño estirado, el cuál derrochaba tanta energía maldita, y la única expresión de sorpresa no fingida de su maestro, sabía que era peligroso.

Fallar y Tratar, Tratar y Fallar -Jujutsu Kaisen-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora