Hablemos un poco del centro del pueblo; como ya se mencionó, en el centro de todo se encontraba un quiosco, alrededor se encontraba un parque que funcionaba como plaza principal, había algunas reuniones dentro de este parque que también era el punto de común encuentro de los habitantes de la ciudad, a su alrededor, se encontraban diferentes negocios, desde un pequeño supermercado hasta una cafetería rustica que te hacia volver a los años 90, había algunas cosas que parecían haber congelado en el tiempo a aquel pueblo, sin embargo la señal de "wifi gratis" retornaba a la modernidad al observador, en este caso, nuestro querido y perdido Juan.
El tour dado por Alfred parecía más completo de lo que pensó en un solo instante, si bien podía saber de qué iban los negocios a su alrededor con solo ver los letreros y las fachadas de las tiendas, el rubio se esmeró en entrar en cada una mientras presentaba a los propietarios y empleados de los mismos, al ser un pueblo pequeño se conocían entre todos, algunas veces podría ser contraproducente, pero hasta ese momento los habitantes de ese lugar parecían solo apoyarse entre ellos antes de desearse los males, incluso cada que veían al rubio le deseaban suerte en su próxima prueba.
-Parece que tienes algo importante en puerta ¿Debería desearte buena suerte también?- Escudriño Juan a base de los deseos recibidos, Alfred solo amplio su sonrisa llenando su pecho de aire y orgullo.
-No es necesario, sé que pasaré incluso sin ellos, es mi sueño y nadie podrá detenerme- afirmo con gran convicción mientras abría la puerta de la panadería del pueblo, la pequeña campanilla anuncio su entrada mientras el moreno colocaba una de sus manos sobre el hombro de su guía, era su manera de desearle buena suerte, aun apretón igual al recibido por compasión pero con una connotación diferente, al parecer se habían hecho buenos amigos en poco tiempo.
-¡Oh! ¡Alfred!- Expresó el hombre con una charola de pan, los llamados "besos", en las manos detrás del mostrador, aquella voz emanaba un acento distinguible, un ciudadano de los países al otro lado del mar se hacía presente -Tienes un nuevo amigo por lo que veo, estos jóvenes de hoy en día tienen tanta energía- Dijo en broma mientras reía saliendo del mostrador para acercarse al par de jovencitos, estaban a un costado de los mostradores por lo que podría realizar sus labores aun cuando conversaba con los jóvenes.
-Francis... Tus palabras podrían mal interpretarse ¡Juan claramente es un Alfa!- El susodicho no había entendido de esa manera las palabras del panadero pero al escuchar la explicación de su acompañante no hizo más que alejarse un paso, solo por si acaso.
-Alfred... Te he conocido poco, pero me temo que deberé rechazar tu oferta, veras, mis preferencias...-
-¡¿PORQUE DE REPENTE ACTÚAS ASÍ?!- La risa de Francis lleno el lugar extendiendo una pieza de pan hacia ambos, aquel joven moreno era de su agrado, aunque tardío, había seguido su broma para molestar al rubio, sin contar que aquella confianza forjada con Alfred era admirable, el rubio era bueno juzgando a la gente y él no tenía motivos para ir contra de su juicio. Juan acepto el pan gustoso mientras Alfred refunfuñaba un poco más, un par de mordidas y los halagos para el panadero se hicieron presentes ignorando el puchero infantil del rubio. La mirada molesta del rubio voló hasta una de las ventanas del local prestando atención a un anuncio inusual.
-Pese que habías encontrado a alguien, Matt me dijo que rechazaste su ayuda- Expreso con inocencia ante aquel anuncio, el francés se limitó a mirar a otro lado colocando el pan en el mostrador con algo de seriedad.
-Mattheu es un buen muchacho, estoy seguro que está demasiado ocupado como para asumir esta carga y aun así se ofreció... No me gustaría que se sobre esforzara por ayudarme, la medicina no es fácil después de todo- el rubio asintió con resignación, conocía a su hermano y seguramente se excedería por ayudar a Francis, era demasiado amable para este mundo así que su deber era protegerlo, aunque aún no entendía porque el francés llevaba el mismo deber que él a cuestas. Por su lado, el moreno observaba el cartel con cierto interés, el pan allí era delicioso y justo en esos momentos necesitaba trabajo ¿Qué mejor que un trabajo haciendo cosas deliciosas?.
-Jefe ¿Podría postularme?- comentó señalando el cartel sorprendiendo al francés, el rubio recordó un comentario sobre empleo que le hizo al inicio de su recorrido mientras dejaban al perro causante de su encuentro con su legítimo dueño -No tengo ni idea como se hace pan o repostería pero le aseguro que soy de rápido aprendizaje- expreso orgulloso golpeándose el pecho con sutileza, enfatizando sus palabras, Alfred comía, Francis examinaba al joven.
-Mmmm... Supongo que eres nuevo en el pueblo, no conoces la exigencia de una buena panadería como la mía ¿Podrás soportarlo?- escudriñó, Juan no cambio su semblante ni un poco, la presencia de Francis se hacía cada vez más fuerte, era de esperarse de un Alfa de su edad y experiencia, más aun estando en su territorio; entre más pasaba el tiempo la presión parecía aumentar, Alfred no se inmutó limitándose a comer su pan mientras ambos "hablaban", por su lado Juan parecía comenzar a tener problemas para soportar la presión, cuando estaba a punto de darse por vencido el francés rió complacido.
-Eres fuerte, mucho más de lo que aparentas, está bien, dejaré que tomes el puesto- Las entrevistas de trabajo en ese pueblo eran... Peculiares. Juan suspiro aliviado limpiándose el sudor que escurría por su frente luego de dicha muestra de poder, tenía algo claro, no quería pelear con ese hombre cuando se ponía serio, probablemente no sobreviviría. Alfred golpeó su hombro con algo de fuerza haciéndolo dar un paso hacia adelante por la fuerza inmiscuida en el golpe.
-Es perfecto ¿No? Francis es un buen tipo, es un promiscuo, pero buen tipo- expreso sonriente haciendo que el francés le llamara por dicho comentario, él lo ignoro y continúo con su nuevo amigo. -¡Ahora solo falta un lugar para quedarte! Te llevaré al hotel del pueblo- dijo sonriente, Juan asintió sonriente, no lo negaría estaba feliz por obtener el empleo.
-¿Necesitas donde quedarte?- pregunto el francés dejando la charola vacía sobre el mostrador.
-Bueno, acabo de llegar, buscaré un lugar fijo una vez obtenga mi primer salario, de momento busco un refugio temporal, el hotel estará bien - Sonriente coloco ambas manos en su cadera, el francés llamo a ambos a la trastienda, ambos se miraron confundidos pero decidieron seguirle sin más.
-Pensaba rentar esto una vez hiciera los arreglos para que no se conectará directamente con la panadería, pero ya que tengo un nuevo empleado... -introdujo antes de guiar al par a un departamento sobre la panadería, el edificio era de dos plantas, no pensó especialmente cual era el uso de la segunda planta, pero ahora lo agradecía, un modesto pero funcional departamento se mostró ante él. -Te haré un descuento en la renta si quieres quedarte aquí, aunque también deberás cuidar la panadería no creo que tengas problemas con eso- explico, Juan no tenía palabras para expresar su agradecimiento por lo que procedió a extender la mano al francés.
-¡Muchas gracias por la oportunidad! ¡Le prometo que no se arrepentirá!-Dijo entusiasmado estrechando firmemente la mano del francés, sus objetivos estaban cumplidos y, adicional, parecía haber encontrado un buen amigo, un par de años menor que él, pero eso no importaba en la camaradería.
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Destiny Road
FanficESTO ES UN OMEGAVERSE Un lugar donde muchas historias conviven, los lazos se tejen y allí se demuestra que el destino, en efecto, existe ¿Qué maravillosas historias tendrá este lugar para mostrar?... ESTO ES UN OMEGAVERSE Sé que a muchos no les gust...